Erdogan, del Partido de la Justicia y el Desarrollo (AKP, islamoconservador), obtuvo el 49,5 % de los votos, seguido por el socialdemócrata Kemal Kiliçdaroglu, al frente de una coalición de seis partidos, con 44,9 % de los votos.
El tercer candidato, el nacionalista Sinan Ogan, obutvo el 5,2 %, con más del 99 % de los votos escrutados.
Las autoridades electorales confirmaron el lunes que habrá segunda vuelta, porque las mesas que quedan por escrutar no podrían asegurar a ningún candidato el 50 % más uno de los votos.
La tasa de participación del domingo, de 88,9 %, fue récord en una presidencial.
Erdogan, de 69 años, desmintió los sondeos que prácticamente lo igualaban con Kiliçdaroglu, en un contexto de grave crisis económica y de críticas por la tardía respuesta de las autoridades al terremoto que cobró más de 50.000 vidas en febrero.
El AKP conservó además el control del Parlamento gracias a su alianza con los ultranacionalistas.
“Una asombrosa victoria para Erdogan”, afirmó el economista, especializado en mercados emergentes Timothy Ash en una nota.
“Tiene la fórmula mágica en estas ocasiones para ganarse (...) a los nacionalistas, a los socialmente conservadores y a los musulmanes”, agregó.
Kiliçdaroglu tuvo que asumir la incapacidad de superar a Erdogan en uno de sus momentos de mayor debilidad, aunque está dispuesto a partir con nuevo ímpetu a la batalla de la segunda vuelta.
“No desesperen”, les dijo a sus simpatizantes. “Nos levantaremos y ganaremos estas elecciones juntos”, agregó.
Los mercados observan con preocupación las orientaciones económicas poco convencionales de Erdogan y la lira turca tocó mínimos frente al dólar este lunes, en tanto que la Bolsa operaba en baja.
“Creemos que Turquía está en un alto riesgo de que aumente su inestabilidad macroeconómica”, apuntó el gabinete Capital Economics.
En los círculos más nacionalistas y conservadores las cosas se veían de otra manera.
“¡El pueblo ganó!”, recogía un titular del diario Yeni Safak, de derecha.
Y para el diario Sabah, afín a Erdogan, que el presidente saliente quedase en primera posición representa “un éxito formidable”.
“Tayyip Erdogan ganará. Es un verdadero líder, los turcos confían en él y tiene una visión para Turquía”, afirmó Hamdi Kurumahmut, empleado en el sector del turismo en Estambul, de 40 años.
“Por supuesto, hay cosas que deben mejorar, en la economía, la educación o las políticas de acogida de los refugiados. Pero sabemos que él es quien puede solucionar todo eso”, agrego, en declaraciones a AFP.
Algunos simpatizantes de Kiliçdaroglu intentaron mantener una actitud positiva.
“Ni siquiera quiero pensar en la posibilidad de que Erdogan gane”, comentó Emin Serbest.
“Si Kiliçdaroglu gana [...] nos espera una época hermosa”, afirmó este funcionario público de Estambul, de 33 años.
Buena parte de los analistas creen que a Kiliçdaroglu y su alianza les será difícil ganarle terreno a Erdogan en las próximas dos semanas.
“Es probable que el presidente se aproveche de su fuerte índice de aprobación, su sorpresiva victoria en el Parlamento y la ventaja que le supone su cargo para asegurarse una reelección”, apuntó Emre Peker, de la consultora Eurasia Group.
El resultado obtenido por su alianza en las legislativas sugiere que las “cuestiones de identidad, terrorismo y seguridad tuvieron éxito con la amplia base electoral de Erdogan y la ayudaron a compensar sus escasos resultados económicos”, agregó.
El analista de riesgos económicos Anthony Skinner afirmó que los resultados del domingo subrayan la dificultad de medir la opinión pública en el país, de 85 millones de habitantes y muy polarizado.
“Los resultados de muchos sondeos de opinión preelectorales no reflejan el ingenio de Erdogan ni el apoyo del que sigue gozando en el país”, indicó.
“Eso muestra lo cauteloso que hay que ser al observar las encuestas antes de las elecciones”, añadió.
Por Rémi Banet e Imran Marashli con Fulya OZERKAN, AFP, en Ankara