China, uno de los aliados más poderosos de Rusia, evitó este jueves condenar el ataque ordenado por Vladimir Putin a Ucrania.
China “comprende las preocupaciones razonables de Rusia en materia de seguridad”, afirmó el ministro de Exteriores chino, Wang Yi, a su homólogo ruso, Serguéi Lavrov, el día en que Moscú lanzó un ataque a gran escala contra varias zonas de Ucrania.
“China siempre ha respetado la soberanía y la integridad territorial de todos los países”, dijo Wang, según una transcripción de la conversación telefónica publicada por su ministerio. “Al mismo tiempo, también observamos que la cuestión ucraniana tiene una historia especial y complicada. Comprendemos las preocupaciones razonables de Rusia en materia de seguridad”, indicó
“China está siguiendo de cerca los últimos acontecimientos”, dijo por su parte Hua Chunying, una portavoz del ministerio de Relaciones Exteriores de China, horas más tarde.
Hua negó a describir el ataque como una “invasión”. “Instamos a todas las partes a que ejerzan moderación para evitar que la situación salga de control”, dijo en una conferencia de prensa. Sin condenar a Rusia, Hua había reservado sus principales ataques contra Estados Unidos, acusado de haber suministrado municiones a Kiev y de haber invadido Irak y Afganistán en el pasado.
La portavoz pareció minimizar la gravedad de la situación, cuestionando la existencia de víctimas y señalando que el ministerio de Defensa ruso había prometido no atacar ciudades ucranianas.
De acuerdo con una análisis publicado en The Washington Examiner, la postura del régimen chino convierte a Ucrania en “un campo de batalla para el nuevo orden mundial”. Según señala el texto, la “aprobación tácita” de China a las acciones bélicas lideradas por Putin hace parte de un esfuerzo conjunto “para socavar las instituciones que los líderes estadounidenses y sus aliados establecieron para minimizar el conflicto en las décadas posteriores a la Segunda Guerra Mundial”.
En días pasados, el vocero del Departamento de Estado de Estados Unidos, Ned Price, hizo referencia a la alianza entre Rusia y China, asegurando que los dos países quieren un nuevo orden en el mundo. “Rusia y la República Popular China también quieren un orden mundial. Pero esta es un orden que es y sería profundamente antiliberal. Es un orden que, en muchos sentidos, es más destructivo”, expuso.
En el análisis de The Washington Examiner se señaló que los dos países han mostrado una enorme sintonía en los últimos años, que se ha acrecentado a tal punto que a principios de este mes las naciones emitieron una comunicación en la que mencionaban “una amplia gama de planes para la cooperación económica y diplomática, incluido el apoyo del Kremlin al reclamo de soberanía de Beijing sobre Taiwán y el apoyo del secretario general chino, Xi Jinping, a las restricciones a las actividades de la OTAN en Europa”.
No obstante, manifiesta el artículo que funcionarios chinos han enviado “señales contradictorias” sobre la crisis en los últimos días. El ministro de Relaciones Exteriores mencionó a Ucrania por su nombre la semana pasada, cuando afirmó que “la soberanía, la independencia y la integridad territorial de todos los países deben ser respetadas y salvaguardadas” de los ataques.
Días después, China criticó a Estados Unidos por enviar armas a Ucrania. “Últimamente, Estados Unidos ha estado enviando armas a Ucrania, aumentando las tensiones, creando pánico e incluso exagerando la posibilidad de una guerra”, dijo la portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores.
Acuerdos comerciales
Aunque China ha tratado de mostrarse neutral en los últimos días, lo cierto es que sus últimas negociaciones con Rusia muestran una clara preferencia por el Kremlin, al menos en cuanto a acuerdos comerciales se trata.
La administración de aduanas de China confirmó que desde este jueves, el gigante asiático permitiría las importancias de trigo desde Rusia, lo que podría tildarse como una clara muestra de apoyo al Gobierno ruso en pro de aliviar los bloqueos internacionales que han llegado desde Occidente.
Y es que, de acuerdo con algunos análisis de expertos en relaciones internacionales, China podría estarse viendo reflejada en Rusia, entendiendo que como nación tampoco querrían verse inmiscuidos en un conflicto cuya base es la supuesta interferencia de los países occidentales en asuntos políticos, sociales y culturales que en nada tendrían que importarles.
Por esto, aunque China y Rusia no se consideran aliados militares, sí han intentado acercarse un poco más en una alianza que seguramente beneficia a Rusia en medio del conflicto que ahora ha decidido afrontar.
Sin embargo, por el momento, el Gobierno chino no ha mostrado un apoyo diferente al comercial con su vecino y gigante euroasiático; aunque el mundo no pierde de vista las posibles decisiones con las que los chinos podrían sorprender, ya sea este 24 de febrero o en los próximos días.
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