Aunque por el momento los ojos del mundo se han centrado en el aspecto bélico de la guerra en Ucrania, haciendo eco de la vulneración a los derechos humanos y las reacciones de políticos internacionales con la imposición de múltiples sanciones a Rusia y sus magnates en represalia por la invasión, la FAO, Organización de Naciones Unidas para la Alimentación, ha elevado una alerta mundial en la que advierte de los efectos globales que representa esta confrontación.

En su comunicado, Qu Dongyu, director de la FAO, ha hecho una importante advertencia sobre las consecuencias de la guerra en Ucrania para la seguridad alimentaria mundial, notando el importante papel que juegan Ucrania y Rusia en la producción agrícola y de fertilizantes e insumos básicos para gran parte del orbe.

El alto funcionario advirtió, a su vez, sobre el significado que tiene ello sobre la disponibilidad de alimentos, la cual, al disminuirse, significará un nuevo aumento en los precios de los productos en todo el mundo, lo cual recrudecerá la tendencia que ya se vive desde mediados de 2020 por cuenta de las crisis en los combustibles y los múltiples limitantes que ha presentado el comercio mundial para la movilidad, en lo que se ha conocido como la ‘crisis de los contenedores’.

Cifras: la importancia de Rusia y Ucrania para la alimentación mundial

Dentro del reporte de la FAO, la entidad hizo énfasis en en el alto porcentaje de dependencia alimentaria mundial a la producción agrícola de esa zona del mundo, recordando que, por ejemplo, “Rusia es el mayor exportador mundial de trigo y Ucrania es el quinto. Juntos, proporcionan el 19 % del suministro mundial de cebada, el 14 % del trigo y el 4 % del maíz, lo que representa más de un tercio de las exportaciones mundiales de cereales”.

La FAO cifra en aproximadamente la cuarta parte de los países del mundo los que “dependen de Rusia y Ucrania para el 30 % o más de su suministro de trigo”; producto básico en la elaboración de productos cotidianos como el pan.

En cuanto a la posibilidad de que otros países asuman la carga de producción que se mina por el conflicto en Ucrania y Rusia, la FAO advirtió que “todavía no está claro si otros exportadores podrían llenar este vacío”, señalando a su vez que, en otros países productores como Canadá, los inventarios han comenzado a reducirse y explicando que, además, debido a la crisis, los países productores podrían imponer barreras a la salida de productos con el fin de propender por el suministro interno.

De igual modo, según la FAO, estos dos países “representan el 52 % del mercado mundial de exportación de aceite de girasol”.

Frente a las actuales sanciones que se han venido incrementando, la organización invitó a que estas decisiones se tomen de manera consciente y llamó a que se sopesen los efectos de estas, teniendo en cuenta que, antes de cerrar importantes intercambios comerciales, se tenga en cuenta que “el suministro mundial de fertilizantes también está muy concentrado, con Rusia como principal productor”.

La FAO caracterizó a los países que resultarán más golpeados por la actual situación y riesgo de seguridad alimentaria, a un grupo de Estados “menos adelantados o países de bajos ingresos y con déficit de alimentos del norte de África, Asia y el Cercano Oriente”, advirtiendo de igual modo que “muchos países de Europa y Asia Central dependen de Rusia para obtener más del 50 % de su suministro de fertilizantes, y la escasez allí podría extenderse hasta el próximo año”.

A lo anterior, como es obvio, la FAO añadió los efectos que la actual situación tiene sobre Ucrania, advirtiendo que “el conflicto también podría limitar la producción agrícola y el poder adquisitivo del país, lo que provocaría una mayor inseguridad alimentaria a nivel local”.

Más allá del desplazamiento

De acuerdo con la FAO, si bien se acerca la temporada de cosecha de cereales, la actual situación que vive esa zona del mundo pone en claro entredicho la posibilidad que tendrá Ucrania para lograr poner dicha producción en el mercado, advirtiendo que el desplazamiento masivo de la población (derivado de la necesidad de resguardar su vida ante los indiscriminados ataques rusos), ha reducido el número de trabajadores agrícolas.

Además, sumado al problema de la falta de quién cultive la tierra, la FAO advierte sobre los problemas mismos que tendría la cadena de producción, señalando las limitantes logísticas que se han derivado de la ocupación.

“Los puertos ucranianos en el Mar Negro se han cerrado. Incluso si la infraestructura de transporte interior permanece intacta, el envío de granos por ferrocarril sería imposible debido a la falta de un sistema ferroviario operativo. Los buques todavía pueden transitar por el Estrecho de Turquía, una coyuntura comercial crítica por la que pasa una gran cantidad de envíos de trigo y maíz. El aumento de las primas de seguros para la región del Mar Negro exacerbaría los ya altos costos de envío, lo que agravaría los costos de las importaciones de alimentos. Y aún no está claro si las instalaciones de almacenamiento y procesamiento permanecerán intactas y con personal”, explicó el ente.

Los efectos de las sanciones

Según explicó la FAO, las actuales sanciones económicas impuestas a Rusia también impactan a la seguridad alimentaria mundial, advirtiendo que de ellas se deriva una significativa depreciación que repercute y mina la productividad y el crecimiento, lo que se traducirá posteriormente en el encarecimiento de su producción agrícola.

A lo anterior, la FAO también señaló que la importancia energética de Rusia, recordando que es otro aspecto importante para la producción alimentaria mundial.

“La agricultura requiere energía a través del uso de combustible, gas, electricidad, así como fertilizantes, pesticidas y lubricantes. La fabricación de ingredientes para piensos y piensos también requiere energía. El conflicto actual ha provocado un aumento de los precios de la energía, con consecuencias negativas para el sector agrícola”, apuntó en su informe Qu Dongyu.

En cifras: la importancia minero energética de Rusia

  • 18 % de las exportaciones mundiales de carbón.
  • 11 % de la producción de petróleo.
  • 10 % de la producción de gas.

¿Qué debe hacer el mundo, según la FAO?

Tras la exposición del panorama anterior, la FAO insistió en la necesidad de “mantener abierto el comercio mundial de alimentos y fertilizantes”, y con ello, la protección de la infraestructura y cadenas logísticas correspondientes.

En ese sentido, y pese a las limitantes expuestas, la FAO también llamó a que los países que han identificado dependencia de la producción de la región afectada, puedan buscar comercios alternativos que ayuden a saciar la demanda con el fin de minimizar el impacto.

La FAO explicó la necesidad de un mercado con transparencia en la información respecto a la situación global, advirtiendo que el poseerla, ayuda al os gobiernos a tomar mejores decisiones.

Frente a los efectos de la afectación de la seguridad alimentaria mundial, la organización también advirtió la necesidad de que se creen o extiendan las llamadas redes de seguridad mundial, que permitan la protección de las poblaciones vulnerables, advirtiendo que la pobreza mundial podría crecer.

Sobre las decisiones políticas, la FAO llamó a que “antes de promulgar cualquier medida para asegurar el suministro de alimentos, los gobiernos deben considerar sus posibles efectos en los mercados internacionales”.

En ese sentido, la institución también advirtió que “las reducciones en los aranceles de importación o el uso de restricciones a la exportación podrían ayudar a resolver los desafíos de seguridad alimentaria de cada país a corto plazo, pero harían subir los precios en los mercados globales”.

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