Representantes de Marruecos y de Argelia se enfrentaron este martes durante la Asamblea General de la ONU en torno al Sahara Occidental, considerado un “territorio no autónomo” por Naciones Unidas.
El asunto del Sahara Occidental, excolonia española, es una disputa viva desde hace décadas entre Marruecos, que controla cerca del 80 % de ese territorio y propone un plan de autonomía bajo su soberanía, y los independentistas saharauis del partido Frente Polisario, apoyados por Argelia.
En su derecho de réplica, tras el discurso de su homólogo marroquí, el embajador argelino Amar Bendjama lo acusó de “distorsionar” las palabras del presidente argelino Abdelmadjid Tebboune, que la semana pasada reafirmó su apoyo a la realización de un referendo de autodeterminación, previsto en la firma en 1991, de un cese al fuego que nunca se concretó.
“Cada uno tiene su bando. Nosotros, los argelinos, hemos elegido el bando de la justicia, la descolonización, la libertad, la autodeterminación y los derechos humanos. Este compromiso se aplica a favor de la causa del pueblo saharaui que espera desde hace casi medio siglo que la ONU le haga justicia”, remarcó.
También refutó las “acusaciones de terrorismo hacia el Polisario” y se quejó de que “todas las potencias hegemónicas siempre han tratado de demonizar a los resistentes y a los activistas por la libertad”.
En la intervención transmitió las condolencias en nombre de su país a Marruecos, afectado recientemente por un devastador terremoto.
En respuesta, el embajador marroquí, Omar Hilale, pidió no “derramar lágrimas de cocodrilo y al mismo tiempo atacar a un país que todavía vive una tragedia”.
“Muestran su solidaridad y su apoyo, pero al mismo tiempo inyectan su veneno, insultan a los muertos, insultan a los marroquíes”, dijo.
Hilale reiteró que “la iniciativa de autonomía en el marco de la soberanía nacional y de la integridad territorial de Marruecos, sigue siendo la única manera de pasar la página de este conflicto regional fabricado”.
“Marruecos está en su Sahara y así seguirá siendo hasta el fin de los tiempos”, insistió.
Envalentonado por el reconocimiento que le dio la administración estadounidense de Donald Trump en 2020 de su soberanía sobre este territorio, a cambio de un acercamiento con Israel, Marruecos desde entonces ha desplegado una diplomacia cada vez más ofensiva para atraer a otros países a sus posturas.
El emisario de Naciones Unidas para el Sahara Occidental, Staffan de Mistura, llegó a comienzos de septiembre a El Aaiún, la ciudad más grande del territorio, para consultas “con todas las partes involucradas”, en su primera visita desde su nombramiento, como lo anunció la ONU.
El Consejo de Seguridad de la ONU llamó a fines de octubre de 2022 a las “partes” del conflicto a “reanudar las negociaciones” para hacer posible una solución “sostenible y aceptable”.
Pero Argelia, que rompió relaciones diplomáticas con Marruecos en 2021, se opone a la reanudación de las negociaciones en mesas redondas como las que fueron organizadas en Suiza por el anterior emisario de la ONU, el expresidente alemán Horst Köhler, quien renunció a mediados de 2019 al no lograr resultados efectivos.
La última mesa redonda se llevó a cabo en la primavera de 2019 en presencia de Marruecos, Polisario, Argelia y Mauritania.
El Consejo de Seguridad de la ONU debe votar este mes una resolución sobre el asunto del Sahara Occidental.
Con información de AFP.