Un tribunal militar congoleño ha condenado a 51 sospechosos por el asesinato de dos expertos de la ONU, la suizo-chilena Zaida Catalán y el estadounidense Michael Sharp, en Kasai en 2017.

En total se han procesado a 54 personas por movimiento insurreccional, asociación delictiva, crimen de guerra por asesinato, crimen de guerra por mutilación, malversación de objetos incautados, violación de órdenes y terrorismo.

Entre los reos está el coronel Jean de Dieu Mambueni, condenado a diez años de prisión y trabajos forzados por incumplir las órdenes, mientras que el periodista Raphael Kamuzadi y el policía André Tshipamba han sido absueltos. Los otros 51 acusados han sido condenados a muerte.

La fiscalía había pedido la pena de muerte para la mayoría de los acusados, incluido Mambueni, pero finalmente se le ha condenado a prisión por haber estado junto a los dos expertos y haber planificado su viaje a Moyo Musuila sin informar a sus superiores.

El periodista Raphael Kamuzadi y el policía André Tshipamba han sido absueltos por falta de pruebas. El primero había sido acusado de haber suministrado machetes a los milicianos y el segundo, de aparecer en una fotografía con un líder miliciano que participó en la muerte de los dos expertos de la ONU.

Los otros acusados, incluidos Jean-Bosco Mukanda, Bula Bula y Vincent Manga, han sido condenados a muerte.

Otros dos imputados, considerados menores de edad cuando se cometieron los hechos, han sido remitidos a un juzgado de menores para su procesamiento.

Catalán y Sharp intentaban verificar una masacre durante un enfrentamiento entre el Ejército congoleño y las milicias Kamuina Nsapu cuando fueron atacados.

Kasai Central ha sido escenario de enfrentamientos entre las fuerzas de seguridad y la milicia Kamuina Nsapu en los que, según la ONU, han muerto al menos 400 personas y unas 200.000 se han visto obligadas a abandonar sus hogares.

Aplican pena de muerte a hombre que asesinó a su esposa y violó a su hijastra

Un hombre de 50 años, identificado como David Neal Cox, fue ejecutado el pasado 17 de noviembre tras matar a su esposa y violar a su hijastra de doce años mientras su madre agonizaba, en hecho ocurridos en mayo de 2010.

Inicialmente, el hombre había sido condenado por cometer crímenes como asesinato, secuestro, robo y agresión sexual. Ahora, su ejecución se convirtió en la primera tras casi una década en la que no se realizaron procedimientos de pena de muerte en Mississippi.

De acuerdo con las autoridades estadounidenses, David Neal Cox asesinó con un arma de fuego a su esposa Kim Kirk Cox, en momentos en que ella estaba en la casa de una hermana.

Posteriormente, aseguran que el hombre abusó de su hijastra que hoy en día tiene 23 años y, no satisfecho con todo lo anterior, tomó como rehén a uno de sus hermanos menores en la noche del 14 y 15 de mayo.

De acuerdo con The New York Times, dos años después de que fuera llevado ante la justicia, David Neal Cox se declaró culpable de “un cargo de homicidio capital, tres cargos de agresión sexual, dos cargos de secuestro, un cargo de robo con allanamiento de morada y un cargo de disparar contra una vivienda durante el enfrentamiento, que había llevado a un enfrentamiento de horas con la policía”, publicó ese medio.

Por lo tanto, un juez estadounidense lo sentenció a muerte, aunque la ejecución se venía aplazando desde hacía varios años atrás hasta que se llevó a cabo el mes pasado en la Penitenciaría Estatal de Mississippi, en Parchman.

El medio estadounidense también indicó que no fue el único asesinato que cometió el hombre. Aseguran que durante sus últimos días, este aceptó haber matado a su cuñada -cuyos restos aún no encuentran-, tres años antes de asesinar a su esposa y abusar de su hijastra.

Con información de Europa Press