El Congreso de Ecuador aplazó para este domingo el debate de destitución del presidente derechista Guillermo Lasso, luego de deliberar casi ocho horas el sábado sobre su responsabilidad en la “conmoción interna”, que dejan trece días de sangrientas protestas indígenas.
“Procedo a suspender la presente sesión y la convoco para su continuación el día domingo a las 16 horas”, dijo Virgilio Saquicela, presidente del Parlamento.
Unos 30 congresistas se pronunciaron a favor y en contra de Lasso en un debate virtual que empezó hacia las 6:00 p. m. del sábado por solicitud de la oposición, que juntó las 47 firmas necesarias para pedir la salida del presidente del poder.
La bancada de Unión por la Esperanza, afín al expresidente socialista Rafael Correa (2007-2017), acusó a Lasso de la “grave crisis política y conmoción interna” que sacude al país desde el 13 de junio, con manifestaciones y bloqueos casi diarios.
“Vamos a elecciones anticipadas, que Lasso se vaya a su casa”, clamó la asambleísta Pierina Correa, hermana del exmandatario.
El jefe de Estado, un exbanquero que asumió hace un año, no asistió al debate, pero designó a su secretario jurídico, Fabián Pozo, para leer su defensa.
“Los asambleístas (...) buscan desestabilizar la democracia”, declaró Pozo.
El movimiento indígena y el Gobierno sostuvieron un primer acercamiento el sábado y, horas después, Lasso puso fin al estado de excepción que regía en seis de las 24 provincias del país con un robusto despliegue militar y toques de queda nocturnos. A las masivas movilizaciones en Quito siguieron choques con la fuerza pública, avivados por la represión policial.
Ríos de indignados protestan en Ecuador en rechazo al elevado costo de vida que hunde a sus territorios en la pobreza. Su punta de lanza es la reducción del precio de los combustibles que encareció los fletes en las regiones agrícolas.
Dardos de Correa
“Toda la canasta básica está muy cara y nuestros productos del campo (...) no valen nada”, dijo a la AFP Miguel Taday (39 años), un agricultor de papa de Chimborazo (sur).
Solo en la capital, unos 10.000 indígenas protestan al grito de “¡Fuera Lasso, fuera!”.
Al paso de los manifestantes van quedando hogueras con neumáticos quemados y destrozos en una ciudad semiparalizada y exhausta. Lasso culpa del caos al líder de las protestas, Leonidas Iza, presidente de la poderosa Confederación de Nacionalidades Indígenas.
“Aquí no hay un luchador social, aquí hay un anarquista (...) que quiere derrocar un Gobierno”, dijo el sábado el gobernante en entrevista con CNN.
La destitución del mandatario requiere 92 de los 137 apoyos posibles en el Congreso. Después de los debates, los diputados tendrán un máximo de 72 horas para votar.
De ser aprobado, el poder lo asumiría el vicepresidente Alfredo Borrero y se llamarían a elecciones presidenciales y legislativas para el resto del período (hasta 2025).
“Presidente Lasso, no sea cobarde. Llame a elecciones anticipadas”, lanzó Correa en Twitter.
Ecuador ganó fama de ingobernable tras la salida abrupta de tres mandatarios entre 1997 y 2005 ante la presión social.
”Seguiremos luchando”
La prolongada movilización deja cinco manifestantes muertos, más de cien detenidos y cerca de 500 heridos, entre civiles, policías y militares, según diversas fuentes.
La Alianza de Organizaciones por los Derechos Humanos había dado inicialmente un reporte de seis fallecidos, que corrigió el sábado.
Las noches del jueves y viernes en Quito fueron las jornadas más violentas del estallido social. La fuerza pública y los manifestantes se enfrentaron con bombas molotov, cohetes pirotécnicos, gas lacrimógeno y granadas aturdidoras.
El resto de protestas han sido mayoritariamente pacíficas. En la mañana del sábado, cientos de mujeres marcharon contra el gobierno. Algunas indígenas iban con sus ojos pintados de rojo.
Ecuador, cuya dolarizada economía empezaba a recuperarse de los efectos de la pandemia, pierde unos 50 millones de dólares diarios por las crisis, según cifras oficiales.
“Aquí seguiremos luchando, hasta las últimas consecuencias”, dijo Wilmer Umajinga (35), que protesta desde el lunes en la capital.
*Con información de AFP.