El papa Francisco se encuentra en medio de un viaje en el sur de África, donde tiene como gran propósito llevar atención del mundo hacia algunas de las peores crisis humanitarias del continente en dos de los países con el mayor alto índice de pobreza del planeta y poder ayudar tanto a la República Democrática del Congo, como Sudán del Sur.
La cabeza de la iglesia católica estuvo el sábado en Sudán del Sur, después de haber estado en el Congo en días anteriores. Habló pidiendo por respaldo y ayuda internacional para los campos de refugiados por el conflicto que se vive en el país desde hace años.
“Un gran número de niños nacidos en estos años sólo ha conocido la realidad de los campos para desplazados, olvidando el ambiente del hogar, perdiendo el vínculo con la propia tierra de origen, con las raíces, con las tradiciones”, dijo el papa que pidió a los bandos retomar las negociaciones de paz para llegar a una resolución del conflicto.
Durante la gira hubo una imagen que dio la vuelta al mundo y que fue compartida por el Vaticano. La foto muestra a un niño sursudanés que se acercó a una reja que separaba a los miles de asistentes al papa, posteriormente le entregó un billete que hacía parte de una limosna del menor, a lo que el Pontífice se detuvo a tomar el billete.
El billete era de una libra de Sudán del Sur, una moneda que es de las más devaluadas de todo el mundo, por lo cual el dinero recibido por el papa Francisco es equivalente a 0,007 euros, que es una muestra de la difícil situación que se vive en el país africano desde que estalló la guerra en 2013 y que no ha podido terminarse. En perspectiva, el joven tendrá que ahorrar otros 425 billetes de esos para lograr tener lo equivalente a un dólar.
El director editorial del Vaticano, Andrea Tornielli, quien fue el que hizo pública la foto. La calificó como una “foto símbolo del viaje” del papa Francisco durante su gira en África. “Quien es pobre dona todo lo que tiene”, escribió en un tuit el funcionario de la iglesia.
El papa argentino, de 86 años, arrancó el viernes una “peregrinación de paz” en este país de 12 millones de habitantes, mayoritariamente católico, que en 2011 se independizó de Sudán, de mayoría musulmana, tras tres décadas de conflicto. Pero apenas dos años después, en 2013, Sudán del Sur se sumió en una guerra civil que duró cinco años y dejó 380.000 muertos, entre seguidores de los líderes Salva Kiir y Riek Machar.
Pese al acuerdo de paz de 2018, la violencia persiste y el país contaba en diciembre con 2,2 millones de desplazados internos, según la Oficina de Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA).
“Aunque los conflictos, la violencia y los odios hayan arrancado los buenos recuerdos de las primeras páginas de la vida de esta República, sean ustedes los que vuelvan a escribir la historia de paz”, afirmó el papa.
Lamentablemente, en este país martirizado ser desplazado o refugiado se ha convertido en una experiencia normal y colectiva”, afirmó Francisco tras haber escuchado los testimonios de tres jóvenes. “Estoy con ustedes, sufro por ustedes y con ustedes”, les dijo el papa, sentado en su silla de ruedas a causa de una persistente dolencia en una rodilla.
Con información de AFP.