Los talibanes anunciaron este lunes haber rodeado a los combatientes de la resistencia contra su poder en el valle del Panshir, una provincia al noreste de Kabul, aunque aseguraron querer negociar en lugar de combatir.
En la noche, informaciones no confirmadas evocaron enfrentamientos en los alrededores del valle, donde el vicepresidente del gobierno derrocado por los talibanes, Amrullah Saleh, se refugió y decretó la resistencia contra los fundamentalistas.
“Nuestros combatientes están estacionados cerca de Panshir”, zona que rodean, declaró en Twitter un portavoz de los talibanes, Zabihullah Mujahid, asegurando que “intentan resolver este asunto pacíficamente”.
El domingo, las cuentas protalibanes en Twitter anunciaron que “cientos” de sus combatientes se dirigían a Panshir.
En las redes sociales, las cuentas favorables a la resistencia niegan cualquier avance de los talibanes, asegurando que las emboscadas los detuvieron.
Estos anuncios e informaciones eran difíciles de confirmar de manera independiente, ya que la región es poco accesible en los últimos días por su situación orográfica.
Panshir es conocido por ser un bastión antitalibán. La resistencia se organizó en las últimas semanas entorno al Frente Nacional de Resistencia (FNR) liderado por Ahmad Masud, hijo del comandante Ahmad Shá Masud, y Saleh.
La entrada principal del valle es un estrecho desfiladero que dificulta su invasión por fuerzas exteriores.
Los talibanes han vuelto al poder a Afganistán después de 20 años y quieren reafirmar su autoridad por todos los medios a su alcance, incluida la bandera.
Desde que entraron en Kabul el 15 de agosto, tras una ofensiva militar sorprendentemente rápida y exitosa, los islamistas impusieron su bandera en todos los edificios oficiales, las comisarías y las instalaciones militares.
También han sido acusados de haber castigado a las personas que ondeaban la bandera nacional negra, roja y verde aunque no ha habido ninguna directriz al respecto por parte del movimiento islamista.
El domingo en Kabul varios vendedores proponían en sus comercios la bandera de los talibanes, blanca, con una inscripción religiosa escrita en negro y con el nombre de su régimen: Emirato islámico de Afganistán.
“Nuestro objetivo es difundir la bandera del emirato islámico en todo Afganistán”, declaró a la AFP Ahmad Shakib, uno de los vendedores, sin querer decir si él era partidario de los islamistas o no.
La visión de los talibanes, encaramados en sus vehículos y ondeando su estandarte, ha aterrorizado a los afganos en estas últimas semanas, conforme avanzaban por diferentes provincias y ciudades rumbo a Kabul.
En cuanto tomaban el control de una nueva región uno de sus primeros gestos era reemplazar la bandera nacional por la suya.
Para una gran parte de la población, que no ha olvidado el brutal régimen talibán que gobernó el país de 1996 a 2001 y siente escalofríos al ver de nuevo al movimiento en el poder, mantener la bandera nacional es un acto de resistencia.
Numerosos afganos se han arriesgado a salir a las calles de Kabul y de otras grandes ciudades con esta bandera nacional en las manos, sobre todo el jueves, cuando se celebró el 102º aniversario de la independencia del país.
En la capital, las personas ondearon la bandera nacional en un convoy de vehículos que recorrió las calles a bocinazos. En otros lugares, hombres y mujeres se congregaron en los bordes de las carreteras mostrando la bandera del país.
En las redes sociales, la bandera también se ha convertido en símbolo de resistencia. Personalidades públicas, deportistas y simples ciudadanos la muestran como una reivindicación frente a lo que sucede en Afganistán.
El miércoles pasado, los talibanes lanzaron disparos al aire en la ciudad de Jalalabad, al este del país, para dispersar a decenas de personas que protestaban contra la retirada de la bandera, según la prensa local.
“Mi corazón está aquí, con esta bandera. Nunca la abandonaré”, decía un habitante de la localidad. “Mátennos, dispárennos, pero no abandonaremos esta bandera”, insistía.
Un guardia afgano muere en tiroteo en aeropuerto de Kabul
Un guardia afgano murió este lunes en el aeropuerto de Kabul en un tiroteo con desconocidos en el que también participaron soldados alemanes y estadounidenses, informó el ejército alemán en su cuenta de Twitter.
“Esta mañana, a las 4H13, hubo un intercambio de disparos entre guardias afganos y asaltantes desconocidos en la puerta norte del aeropuerto de Kabul”, indicó el tuit del ejército.
“Un guardia afgano murió, otros tres resultaron heridos”, precisó.
Soldados alemanes y estadounidenses participaron “en otros tiroteos ulteriores”, pero ningún soldado alemán resultó herido, agregó.
El aeropuerto de Kabul vive escenas de caos, cuando decenas de miles de personas, extranjeros y afganos, buscan huir del país desde que los talibanes tomaron el control de la capital hace más de una semana.
El ejército alemán ha evacuado hasta el momento a más de 2.500 personas en aviones militares.
Este domingo se confirmó que por lo menos 20 personas habían muerto en el aeropuerto de Kabul -La cifra se elevaría a 21 fallecidos este lunes-, y sus inmediaciones desde el inicio, hace siete días, del caótico proceso de evacuación de la ciudad, según han confirmado fuentes de la Otan a la cadena Sky News.
Horas antes, el Ministerio de Defensa británico confirmaba al menos siete muertos durante las últimas 24 horas en las inmediaciones del aeropuerto, escenario del caos y del pánico ante la toma de poder de los insurgentes de la capital, el pasado domingo.
El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, aseguró este domingo que aún espera terminar la caótica evacuación de Afganistán para el 31 de agosto, pero dejó la puerta abierta a extender ese plazo si fuera necesario, en tanto ordenó a las aerolíneas comerciales asistir en los traslados.
En una alocución televisada desde la Casa Blanca sobre este operativo, Biden dijo que su “esperanza” es que no se deban “extender” los tiempos.
“Veremos qué podemos hacer” si líderes de otros países solicitan correr la fecha límite, añadió no obstante ante la consulta de un periodista.
La Casa Blanca dijo el domingo por la noche que desde el fin de semana pasado, cuando los talibanes completaron su campaña victoriosa en Afganistán al capturar Kabul, Estados Unidos “ha evacuado y facilitado la evacuación de aproximadamente 30.300 personas en vuelos militares y de la coalición”.
Biden reconoció las escenas desgarradoras de afganos llenando el aeropuerto desesperados por escapar de los insurgentes, pero dijo que esto tenía que ser aceptado, dada la situación.
“No hay manera de evacuar a tanta gente sin dolor ni pérdidas y sin imágenes desgarradoras”, dijo.
Biden advirtió además que los extremistas del grupo Estado Islámico conocidos como ISIS-K son una amenaza constante.
“Sabemos que algunos terroristas podrían tratar de aprovechar la situación”, sostuvo. “Sigue siendo una operación peligrosa”.
El jefe de la diplomacia europea, Josep Borrell, estimó el sábado “imposible” evacuar a todos los colaboradores afganos de las potencias occidentales antes del 31 de agosto.
Varias organizaciones de derechos humanos también pidieron a Biden que extienda el plazo para la retirada de su país de Afganistán.
Biden aseguró que estas evacuaciones habrían sido “difíciles y dolorosas” aunque se hubieran iniciado “hace un mes”.
Una semana después de que los talibanes tomaran el poder, miles de personas aún intentaban huir del país el domingo y el caos reinaba en el aeropuerto de Kabul.
“Hemos realizado una serie de cambios, incluida la ampliación del acceso alrededor del aeropuerto y la zona de seguridad”, señaló Biden sin dar más detalles.
Los talibán advierten sobre “consecuencias” si EE.UU. no abandona Afganistán para el 31 de agosto
Uno de los portavoces de los talibán, Suhail Shahin, ha advertido este lunes de que habrá “consecuencias” si Estados Unidos y el resto de países extranjeros no completan la retirada y las evacuaciones de Afganistán para el 31 de agosto, la fecha límite que estableció el presidente estadounidense, Joe Biden.
En una entrevista concedida a Sky News, Shahin ha avisado que el 31 de agosto “es una línea roja”, una fecha que se acerca mientras los países intentan evacuar a marchas forzadas y cuando Biden se plantea que las tropas estadounidenses salgan del país asiático después de esa fecha.
“Biden anunció que el 31 de agosto retiraría a todas sus fuerzas militares”, ha incidido Shahin, que ha remarcado que si el mandatario amplía el plazo “significa que hay una extensión de la ocupación cuando no hay necesidad para la misma”. “Si Estados Unidos o Reino Unido buscan más tiempo para continuar las evacuaciones, la respuesta es no. O habrá consecuencias”, ha agregado.
Las palabras de Shahin también llegan cuando el primer ministro británico, Boris Johnson, ha pedido a Biden extender la fecha límite para dejar Afganistán, una ampliación que busca sacar del país al mayor número de personas, después de que los talibanes se hayan hecho con el poder en el país. Mientras, las escenas de desesperación en el Aeropuerto Internacional Hamid Karzai de Kabul continúan produciéndose.
*Con información de AFP y Europa Press