Los equipos de rescate buscaban a posibles supervivientes entre los escombros de edificios dañados por un potente sismo en Vanuatu que dejó al menos 14 muertos, según el gobierno de este pequeño país insular en el Pacífico.

El temblor de magnitud 7.4 se registró el lunes 16 de diciembre, a 57 kilómetros de profundidad y a unos 30 kilómetros de la costa de Efate, la isla principal de Vanuatu, dijo el servicio geológico de Estados Unidos.

Poco después se sintió una réplica de magnitud 5.5, seguida de una cadena de temblores menores que estremecieron el archipiélago de 320.000 habitantes.

Los equipos de rescate buscaban a posibles supervivientes entre los escombros de edificios dañados. | Foto: AFP

Según un informe del departamento de mitigación de desastres del gobierno, el terremoto causó cuatro muertos en el hospital de Port Vila, seis en un desprendimiento de tierra y cuatro en una tienda que colapsó.

Dos de los fallecidos eran de nacionalidad china, dijo el embajador de Pekín en Vanuatu a la televisión estatal del gigante asiático.

El terremoto provocó “importantes daños estructurales” en al menos diez edificios, entre ellos el principal hospital del país, y también afectó puentes y líneas de electricidad, según el informe gubernamental.

Además, dos importantes reservas de agua que abastecen Port Vila quedaron “totalmente destruidas”, la red de internet móvil funcionaba “intermitentemente” y el aeropuerto no está operativo, aunque podría recibir ayuda humanitaria, agregó.

En este sentido, Australia y Nueva Zelanda anunciaron que iban a enviar este miércoles equipos médicos y de rescate para aportar ayuda de emergencia al pequeño país.

“Podíamos escuchar gritos”

La sacudida provocó el derrumbe del edificio donde estaban las embajadas de Estados Unidos, Francia, Reino Unido, Australia y Nueva Zelanda, según imágenes de AFPTV.

Los funcionarios de las embajadas de Estados Unidos y Francia están a salvo, indicaron ambos países. La misión estadounidense cerró su sede hasta nuevo aviso. Francia dijo que su oficina quedó “destruida”.

El miércoles 18 de diciembre, decenas de policías, médicos, socorristas y voluntarios intentaban retirar los escombros de una tienda de tres plantas que colapsó en la capital, explicó a la AFP por teléfono Michael Thompson.

Los equipos de rescate buscaban a posibles supervivientes entre los escombros de edificios dañados. | Foto: AFP

Cuando los rescatistas guardaban silencio, todavía podían escuchar a tres personas gritando que estaban vivas, aseguró este residente. Pero “hay toneladas y toneladas de escombros encima suyo”, explicó.

Este testigo también señaló que mientras conducía cerca del aeropuerto vio un edificio de cuatro pisos derrumbado. “Podíamos escuchar gritos que venían de dentro”, dijo.

Desde la primera sacudida, varias réplicas han golpeado este archipiélago de baja altura con unos 320.000 habitantes, que figura como uno de los países más expuestos del mundo a sufrir desastres naturales.

Su ubicación en el llamado Anillo de Fuego del Pacífico, una zona de intensa actividad sísmica y volcánica, lo hace propenso a sufrir terremotos.

La Oficina de la ONU para la Coordinación de Asuntos Humanitarios estimó que unas 116.000 personas pueden verse afectadas por los peores impactos del terremoto.

“Los esfuerzos de respuesta inmediata están en marcha mientras los socios humanitarios y las autoridades trabajan para superar las dificultades de acceso y comunicación”, afirmó.