El Bosque Nacional Gila en Nuevo México, en Estados Unidos, autorizó una matanza masiva de cerca de 150 vacas salvajes, no domesticadas, debido a los presuntos daños que causa el ganado a los ríos y arroyos, además de la amenaza que representan para los excursionistas y por el pisoteo de hábitats de otras especies, según informa la organización. De acuerdo con el diario estadounidense New York Times, las agencias estadounidenses han reclutado tiradores aéreos que dispararán a los animales desde helicópteros.

El comunicado define ganado salvaje como aquel que no tiene marcas, etiquetas en las orejas u otros signos de propiedad. | Foto: Getty Images

De acuerdo con un comunicado emitido este jueves por el Servicio Forestal de Estados Unidos, el ganado salvaje representa “una amenaza significativa para la seguridad pública y los recursos naturales”.

El ganado salvaje es definido como aquel que no tiene marcas, etiquetas en las orejas u otros signos de propiedad, de seres humanos. | Foto: Getty images

De acuerdo con la información de CNN, la caza aérea del ganado se llevará a cabo del 23 al 26 de febrero, aunque la agencia dijo que “es probable que sean necesarias operaciones adicionales, usando métodos letales y no letales, para eliminar el ganado salvaje”.

Se estima que son 150 las vacas salvajes que viven en Gila Wilderness y que resultarán perjudicadas, esta es área protegida y es parte del Bosque Nacional Natural Gila.

La historia de este ganado salvaje

Desde la década de los 70 este ganado salvaje ha creado algunos problemas en el Bosque Nacional de Gila, cuando un ganadero abandonó un grupo de vacas en la zona de Redstone Allotment, dentro de Gila Wilderness, según el comunicado del Servicio Forestal.

Algunas organizaciones ambientalistas han defendido la medida, por los daños que causan las vacas en los hábitats de especies nativas. | Foto: Getty images

El comunicado define ganado salvaje como aquel que no tiene marcas, etiquetas en las orejas u otros signos de propiedad.

“Este ganado no ha sido criado, cuidado por propietarios privados, ni mantenido o criado en un rancho durante varias generaciones y, por lo tanto, no está domesticado”, dice el comunicado, según la información del medio ABC13.

Justificación de la medida

De acuerdo con la entidad, la captura del ganado en este terreno se hace muy difícil. Según la información, el ganado es agresivo con los humanos y los toros salvajes han atacado excursionistas en Gila Wilderness.

Además, la entidad dice que el hábito de pastoreo intensivo de este ganado ha alterado el medio ambiente y ha dañado los hábitats naturales de otras especies, que sí son nativas. Además, las vacas y toros salvajes habrían dañado en las orillas de los arroyos, habrían alterado la calidad del agua.

“Esta ha sido una decisión difícil, pero la remoción letal del ganado salvaje del Gila Wilderness es necesaria para proteger la seguridad pública, los hábitats de especies amenazadas y en peligro de extinción, la calidad del agua y el carácter natural del Gila Wilderness”, fue el mensaje de la supervisión del Parque nacional de Gila.

Reacciones

La medida ha creado polémica entre varios grupos de animalistas e incluso, personas dentro de la industria ganadera.

La medida es criticada por tratarse de crueldad animal y algunas voces han dicho que la acción podría crear una problemática ambiental peor, cuando los cadáveres de las vacas empiecen a pudrirse.

De acuerdo con el New York Times, los mismos ganaderos de Nuevo México son quienes han demandado sin éxito al Servicio Forestal por la idea de los disparos aéreos, que inició desde el año pasado, pues alegan que el método pone en peligro su propio ganado de propiedad privada. De acuerdo con la organización de más de 1.000 personas, dispararle al ganado desde un helicóptero viola las leyes y regulaciones estatales y federales.

También han hablado ambientalistas, que consideran que la eliminación del ganado salvaje es indispensable, pues lo consideran una seria amenaza para la vida silvestre nativa y los hábitats de los ríos.

De acuerdo con Robin Silver, fundadora del Centro para la Diversidad Biológica, un grupo especializado en demandas para la conservación, la medida es la:“única forma de lograr lo que se necesita hacer allí” y mitigar una mayor destrucción del desierto de Gila.