Geoffrey Hinton, científico de la computación, sorprendió a los asistentes a una conferencia en el King’s College de la University of Cambridge, Inglaterra, por decir que la inteligencia artificial puede tener sentimientos y hasta merecer algún día derechos políticos, informó The Times, de Londres.
Refiriéndose a los chatbots, que son una de las aplicaciones de esta tecnología, Hinton afirmó: “No sentirán el dolor del mismo modo que nosotros, pero no veo por qué no puedan experimentar cosas como la frustración y la rabia”.
Hinton, uno de los pioneros de la inteligencia artificial, agregó que su definición de sentimientos no es compartida por muchos filósofos.
“Muchas veces cuando hablamos de sentimientos nos referimos a acciones hipotéticas, que te dejan saber algo sobre mi estado. Entonces, si te digo, ‘tengo ganas de golpear a Gary en la nariz’, te estoy expresando una acción hipotética para expresarte cómo estoy emocionalmente”, explicó Hinton de acuerdo con el rotativo británico.
El especialista fue noticia en mayo pasado, cuando dejó su posición en Google, para advertir sobre los peligros potenciales de la inteligencia artificial.
En la misma conferencia, agregó que, en el futuro, la inteligencia artificial necesitará que se le reconozcan derechos políticos.
“¿Que si pienso que ellos (los chatbots) merecen tener derechos políticos? Realmente lo creo. Me parece que ‘humanista’ es una especie de término racista”, manifestó Hinton, antes de añadir que los chatbots darán una “gran pelea” para que les sean reconocidos esos derechos, un poco al estilo de lo que pasó con las sufragistas en el siglo XX.
Hinton es ganador del premio Turig, considerado el Nobel en el campo de la computación, por su trabajo acerca de los algoritmos de aprendizaje automático.
Su salida de Google, recordó también The Times, sembró serias preocupaciones sobre el futuro de la inteligencia artificial y sus visiones sobre el tema han sido tenidas en cuenta por los gobiernos que trabajan en la regulación de esa tecnología.
En la charla en el King’s College, Hinton admitió que sus opiniones pueden resultarles extravagantes a muchos y que por eso suele mantenerlas en privado.
“La cuestión es esta. Si comienzas con una buena reputación, pero dices algo tan raro como que ‘los chatbots van a ser más inteligentes que nosotros’, la gente escuchará. Pero si dices dos cosas raras acerca de este tema, entonces la gente va a decir ’se está volviendo loco’ y no va a escuchar. Por eso es que no me extiendo mucho más al respecto”, manifestó Hinton.
Al respecto de las impresiones del científico se pronunciaron algunos colegas.
Entre ellos Henry Shevlin, director asociado del Leverhulme Centre for the Future of the Intelligence de la University of Cambridge, quien le declaró a The Times: “Parte de lo que Geoffrey Hinton está diciendo es relativamente controversial. La mayoría, aunque no todos, los investigadores de la conciencia y desarrolladores de la inteligencia artificial aceptarían que los sistemas artificiales podrían tener emociones algún día. Sin embargo, su afirmación de qué sistemas como GPT-4 ya experimentan sentimientos es una posición mucho más radical y todavía una visión minoritaria entre los científicos cognitivos y los investigadores de la inteligencia artificial”.
Otro experto, Gary Marcus, profesor de psicología y ciencia neuronal de la New York University, le dijo al diario londinense que ningún sistema de inteligencia artificial actual está cerca de sentir emociones.
“Geof Hinton es un hombre brillante, pero también dado al despliegue publicitario. En 2016, él predijo que las máquinas podrían reemplazar a los radiólogos, pero eso no ha pasado todavía y no va a pasar pronto”, explicó Marcus.
En cuanto a los dichos de Hinton en el King’s College, Marcus opinó: “Sus pronósticos acerca de las emociones no me hacen sentido. Ninguna tecnología actual está al borde de sentir frustración o rabia. Predecir palabras, como lo hacen los sistemas de inteligencia artificial actuales, no es lo mismo que sentir emociones o ser consciente de sí mismo”.
La concesión de atributos humanos a la inteligencia artificial es un tema controversial que también despertó un debate público, cuando Blake Lemoine, un ingeniero de Google, declaró que el chatbot que estaba implementando tenía sentimientos.
Esa visión fue criticada por otros miembros de la industria de la tecnología, para quienes los productos de la inteligencia artificial, como ChatGPT son modelos estadísticos sin conciencia de sí mismos.
El debate se tornó tan grave, que Lemoine fue despedido de Google. De todos modos, para muchos, al científico no le faltaba sensatez, si se tiene en cuenta que planteamientos suyos, como sus temores sobre la reacción de personas vulnerables a la inteligencia artificial, han demostrado tener sentido.