El secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, conversará este martes por teléfono con su homólogo ruso, Serguéi Lavrov, sobre la crisis ucraniana, en un momento en que los países occidentales mencionan posibles sanciones económicas con la esperanza de que Moscú renuncie a cualquier agresión.
Paralelamente a esta conversación crucial y mientras decenas de miles de soldados rusos continúan desplegados en la frontera con Ucrania, los primeros ministros británico, Boris Johnson, y polaco, Mateusz Morawiecki, visitan Kiev el martes en señal de solidaridad. Varios responsables europeos les imitarán en los próximos días.
El presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, manifestó su satisfacción el martes por este apoyo diplomático y militar de los países occidentales frente a Moscú, “el más importante”, según él, desde 2014, cuando se produjo la última ofensiva rusa contra su país.
Estados Unidos acusa a Rusia de preparar una invasión de Ucrania, un país golpeado por una guerra civil en el este, entre las fuerzas armadas ucranianas y combatientes separatistas pro-Rusia, supuestamente apoyados por Moscú.
Por su parte, el Kremlin asegura no tener la intención de atacar al país vecino, sino que reclama “garantías” formales de seguridad, como el compromiso jurídico de que Ucrania no entrará jamás en la Otan y un repliegue a las posiciones militares de 1997.
Tanto Estados Unidos como la Otan rechazan estas peticiones claves, pero Washington dejó la puerta abierta a negociaciones sobre otros temas, como el despliegue de misiles o los límites recíprocos de los ejercicios militares.
Según Ucrania, la amenaza de Rusia es evidente pero la considera menos inminente que los estadounidenses, y Zelesnki pidió a sus aliados que no siembren el “pánico”, algo que podría desestabilizar el país.
Sembrar “histeria”
La conversación de Blinken y Lavrov se produce tras los acalorados debates en el Consejo de Seguridad de la ONU entre Rusia y Estados Unidos sobre las tropas concentradas por Moscú en la frontera con Ucrania.
Durante esa reunión, el embajador de Rusia ante Naciones Unidas, Vassily Nebenzia, acusó a Washington de querer sembrar “histeria” y “engañar a la comunidad internacional” con “acusaciones infundadas”.
Su homóloga estadounidense, Linda Thomas-Greenfield, estimó que el despliegue de más de 100.000 militares rusos cerca de Ucrania amenazaba “la seguridad internacional”. Asegurando tener pruebas, acusó a Moscú de querer desplegar a comienzos de febrero más de 30.000 militares adicionales en Bielorrusia, cuyo régimen es muy cercano al Kremlin.
Paralelamente a la intensa diplomacia, también se preparan sanciones. Estados Unidos y el Reino Unido, una de las zonas de inversión favoritas de los oligarcas rusos, dijeron el lunes que iban a apuntar contra el monedero de personas cercanas al Kremlin.
En Reino Unido, los rusos ricos correrán el riesgo de congelamiento de activos en el país y también podrían tener prohibida la entrada al territorio. Empresas e individuos de Reino Unido también podrían tener prohibido hacer transacciones con ellos.
“No vamos a retroceder ni quedarnos quietos escuchando las amenazas de sanciones de Estados Unidos”, respondió el martes la embajada rusa en Washington en su página de Facebook.
Orban en Moscú
Los europeos no quieren quedarse atrás en los esfuerzos diplomáticos de Washington. Mientras los jefes de la diplomacia estadounidense y rusa hablan por teléfono, el primer ministro británico, Boris Johnson, y su homólogo polaco, Mateusz Morawiecki, estarán en Kiev.
“Exhortamos a Rusia a retroceder y entablar un diálogo para encontrar una solución diplomática y evitar nuevos baños de sangre”, pidió en un comunicado publicado el lunes Johnson, quien espera reunirse con Vladimir Putin esta semana. El primer ministro británico propondrá esta semana en la Otan un despliegue de tropas en respuesta a la creciente “hostilidad rusa” hacia Ucrania.
Por su parte, Putin recibirá este martes al primer ministro húngaro, Viktor Orban, su aliado europeo, en un viaje muy criticado por la oposición húngara, habida cuenta de las tensiones con Ucrania. En el ámbito militar, también hay movimientos. Varios países occidentales anunciaron en los últimos días el envío de nuevos contingentes a Europa del Este.
Este martes, Ucrania anunció que en los últimos días recibió unas 500 toneladas de munición y equipos militares procedentes de Estados Unidos.
*Con información de la AFP.