El Juego del calamar se popularizó rápidamente en la plataforma de streaming Netflix, convirtiéndose en una de sus series más exitosas hasta el momento. La historia de 456 personas endeudadas que compiten en macabros juegos para ganar el premio de 45.600 millones de wones mantuvo la intriga de los espectadores hasta el último capítulo, cuando solo uno de los participantes originales conservó su vida.

La serie generó todo tipo de opiniones y motivó críticas desde algunos sectores, los cuales no aprobaron su contenido explícito de violencia. Por ejemplo, recientemente se conoció que la Escuela Municipal Erquelinnes Béguinage, una institución educativa ubicada en Bélgica, pidió a los padres de familia “acompañar a sus hijos al momento de ver este tipo de series”, las cuales calificaron como “malsanas y peligrosas”.

Sin embargo, el hecho más grave asociado hasta el momento con El juego del calamar habría ocurrido en Corea del Norte, y no precisamente a razón de su temática.

Según dio a conocer el medio Radio Free Asia, “fuentes no identificadas dentro de Corea del Norte aseguran que un hombre que contrabandeó y comercializó la serie fue condenado a muerte”.

Esta persona, según informó el medio asiático, habría ingresado los capítulos de la serie ilegalmente, a través de una memoria USB proveniente desde China, lo cual configura un delito de contrabando. Posteriormente, habría vendido copias de El juego del calamar dentro de Corea del Norte.

Las mismas fuentes citadas por la radiodifusora asiática indicaron que un estudiante de secundaria que compró un dispositivo USB con los capítulos de la serie fue capturado y sentenciado a cadena perpetua, mientras que varios menores de edad fueron detenidos y obligados a trabajos forzados por haber visto la producción surcoreana.

“Todo empezó la semana pasada, cuando un estudiante de secundaria compró en secreto una memoria USB que contenía El juego del calamar y la vio con uno de sus mejores amigos en clase”, detalló a Radio Free Asia una fuente de las fuerzas del orden de la provincia norcoreana de Hamgyong del Norte.

“El amigo se lo contó a otros estudiantes, que se interesaron, y compartieron el material entre ellos”, agregó.

Corea del Norte tiene una ley que penaliza la distribución o tenencia de programas de países capitalistas, como Corea del Sur y Estados Unidos. Según apuntó la radiodifusora asiática, esta es la primera vez que el régimen norcoreano castiga a menores de edad en virtud de esta norma.

Vale la pena mencionar que uno de los personajes de la serie es una mujer que escapó del régimen norcoreano, quien se integró al grupo de los 456 participantes en El juego del calamar para solucionar sus problemas económicos.

Sobre la posición de Corea del Norte frente a esta serie, recientemente un sitio web estatal aseveró que se trata de una producción que expone cómo Corea del Sur es un lugar donde “la corrupción y los sinvergüenzas inmorales son habituales”.

Aunque este caso siembra un precedente para quienes trafican material audiovisual dentro de Corea del Norte, especialmente producciones realizadas en países capitalista, el portal Infobae indica que copias de la serie siguen llegando a Corea del Norte por vía de contrabando.

Habrá segunda temporada

Algunos seguidores de la serie consideran que la historia tuvo un “cierre perfecto”, pese a que el desarrollo del último capítulo dejó algunas ventanas abiertas y temas que podrían resolverse en una futura entrega, lo cierto es que su director y creador, Hwang Dong-hyuk, ya confirmó una nueva temporada.

“Ha habido tanta presión, tanta demanda y tanto amor por una segunda temporada. Así que casi siento que no nos dejan otra opción”, dijo Hwang en la alfombra roja, según la revista Variety.

“Pero diré que sí habrá una segunda temporada. Está en mi cabeza ahora mismo. Estoy en el proceso de planificación actualmente”, confirmó el creador de El juego del calamar.