Kim Yo Jong, la hermana del líder norcoreano Kim Jong-Un y considerada como una posible sucesora al poder en el país asiático, ha manifestado este viernes que la propuesta del presidente de Corea del Sur, Moon Jae In, para poner fin a la guerra es “una idea interesante y admirable”, si bien ha pedido estudiar “si es el momento adecuado” ante las “políticas hostiles” hacia Pyongyang.
“No hay nada malo en declarar el fin de la guerra, pero es necesario analizar si es el momento adecuado y si hay unas condiciones adecuadas para discutir el asunto”, ha manifestado en un comunicado, antes de mostrar su aprobación a los pasos para “poner fin al inestable estado de alto el fuego que existe desde hace mucho en la península de Corea”.
La Guerra de Corea tuvo lugar entre 1950 y 1953, si bien el conflicto sigue abierto ya que el armisticio alcanzado entonces no fue un tratado de paz, sino un acuerdo para lograr el cese de hostilidades entre las partes, pacto que ha sufrido altibajos durante las últimas décadas.
Así, Kim ha resaltado que las autoridades norcoreanas “han discutido la declaración sobre la finalización de la guerra en muchas ocasiones en el pasado” y “han reconocido la importancia de esta declaración como paso inicial para establecer un mecanismo de mantenimiento de la paz en la península de Corea”.
Sin embargo, ha denunciado “el doble rasero, los prejuicios y las políticas hostiles hacia Corea del Norte”, así como “los discursos y actos antagonistas” hacia el país asiático, y ha agregado que, en este contexto “no tiene sentido declarar el fin de la guerra si esta situación, que podría ser la semilla de una guerra entre partes que llevan enfrentadas más de medio siglo, sigue intacta”.
“Forzar una sonrisa, leer una declaración sobre el fin de la guerra y hacerse fotos podría ser fundamental para alguien, pero creo que no tendría sentido y no cambiaría nada, dada la desigualdad y la contradicción entre esto y las hostilidades”, ha argüido, tal y como ha recogido la agencia estatal norcoreana de noticias, KCNA.
En este sentido, ha hecho hincapié en que “para que se declare el fin de la guerra, debe mantenerse un respeto mutuo y debe ponerse fin a la política hostil y al doble rasero”, antes de defender la necesidad de “poner fin a los prejuicios ilógicos, las malas costumbres y las posturas hostiles para justificar los actos propios mientras se habla del derecho a la defensa propia”.
“Sólo cuando esta condición previa sea satisfecha será posible sentarse cara a cara y declarar la finalización de la guerra y discutir el asunto de las relaciones entre el Norte y el Sur y el futuro de la península coreana”, ha dicho, a tiempo que ha pedido a Seúl que “cumpla esta condición para lograr una paz duradera y completa”.
Por último, Kim ha mostrado la “voluntad” de Pyongyang para “mantener contactos cercanos” con Seúl y una “discusión constructiva” sobre el desarrollo de las relaciones bilaterales, para lo que ha reclamado que “el lenguaje futuro no sea hostil” y que “se rompa con el pasado”.
El comunicado de la hermana del líder norcoreano ha sido publicado horas después de que el viceministro de Exteriores norcoreano, Ri Thae Song, dijera que la propuesta de Moon es “algo prematura”, dado que “no hay ninguna garantía” de que esto “conduzca a la retirada de la política hostil de Estados Unidos hacia Pyongyang”.
“No hay ninguna garantía de que la mera declaración de la finalización de la guerra conduciría a la retirada de las políticas hostiles hacia Corea del Norte en la situación actual en la península, que se acerca, poco a poco, a una situación delicada”, advirtió Ri, tal y como ha recogido la KCNA.
Asimismo, avisó de que “nada cambiará mientras las circunstancias políticas” alrededor de Pyongyang “permanezcan sin cambios” y “la política hostil de Estados Unidos no cambie”, a pesar de que “el fin de la guerra se declare cientos de veces”.
Advierte “consecuencias desastrosas”
Al contrario, alertó de que esta declaración implicaría “consecuencias desastrosas” que podrían “alterar el equilibrio estratégico en la región” y presionar a las dos Coreas a involucrarse en una “carrera armamentista interminable” dado que la alianza entre Washington y Seúl “se endurece cada vez más”.
“Lo que está claro es que mientras persista la política hostil de Estados Unidos hacia Corea del Norte, el mayor obstáculo para poner fin a la guerra, este cese será meramente nominal aunque se declare”, apostilló.
Al respecto, Ri criticó las pruebas del misiles balísticos por parte de Washington, realizadas en febrero y agosto, y la reciente decisión de el país norteamericano de ayudar a construir submarinos de propulsión nuclear para Australia, cuestiones que Pyongyang “sigue con alerta”.
“Todos estos hechos demuestran que aún es pronto para declarar el fin de la guerra”, sentenció, para incidir en que “debe entenderse claramente” que la declaración del fin del conflicto “no ayuda en absoluto” a estabilizar la situación de la península en este momento.
Según Ri, esta declaración podría utilizarse de “forma indebida” como una “cortina de humo” para “encubrir las políticas hostiles de Estados Unidos”.
“Ya hemos aclarado nuestra posición oficial de que la declaración del cese de la guerra no es un ‘regalo’ y puede convertirse en un mero trozo de papel en un momento (...). La retirada de la política hostil y de doble rasero de Washington es la máxima prioridad para estabilizar la situación de la península de Corea y garantizar la paz en ella”, zanjó.
Las tensiones han aumentado recientemente en la península a causa de las pruebas de misiles de Corea del Sur y Estados Unidos, así como de las mismas manifestaciones por parte de Pyongyang. Ante ello, Seúl insiste en reanudar las conversaciones en busca de estabilidad.
En 2018 se produjo un deshielo en las relaciones entre Seúl y Pyongyang, con conversaciones directas incluidas, aunque los avances se estancaron repentinamente. Estados Unidos, bajo el mandato de Joe Biden, ha asegurado que está dispuesto a reunirse con funcionarios norcoreanos “en cualquier momento y lugar”.
Con información de Europa Press.