Varios países le han apostado por impulsar el certificado digital verde o el pasaporte sanitario, que indica si un pasajero está o no vacunado y otros datos necesarios sobre el coronavirus.

Hay varios países que apuestan por esta idea, especialmente de la Unión Europea (UE), esta última que presentó este miércoles su proyecto, y China, que ya lanzó su versión.

En el documento se destaca que para evitar la discriminación la acreditación informará si una persona se ha vacunado, tiene anticuerpos o tiene una prueba PCR de antígenos negativa.

Así las cosas, el certificado tendrá el nombre completo de la persona que viaja, su fecha de nacimiento, la fecha en la que se aplicó la vacuna y cuál es el fabricante de esta.

Entre la información personal que se encontrará estarán el nombre, la fecha de nacimiento, el país y un identificador único del certificado. Además se hallará un código de barras QR y detalles en función del tipo de certificado.

  • Certificado de vacunación: producto de la vacuna y fabricante, número de dosis, fecha de vacunación.
  • Certificado de prueba: tipo de prueba, fecha y hora de la prueba, centro de prueba y resultado.
  • Certificado de recuperación: fecha del resultado positivo de la prueba, emisor del certificado, fecha de emisión, fecha de validez.

Vale mencionar que únicamente las vacunas aceptadas por la Agencia Europea del Medicamento serán las avaladas para el certificado.

¿Que son estos pasaportes?

El pasaporte sanitario es un documento que prueba que el titular está, en principio, inmunizado contra la covid-19, por lo que puede viajar de un país a otro sin riesgo de transmitir el virus entre fronteras.

Los diferentes proyectos que se están desarrollado, y que en general consisten en una aplicación móvil, aceptan otros criterios: por ejemplo, un test que garantice la presencia de anticuerpos en el viajero, si este ya padeció la enfermedad.

A menudo se habla de pasaporte “de vacunación”, pues es el hecho de haber recibido una vacuna el que apunta más claramente hacia esa inmunidad.

Sin embargo, los diferentes proyectos que se están desarrollado, y que en general consisten en una aplicación móvil, aceptan otros criterios: por ejemplo, un test que garantice la presencia de anticuerpos en el viajero, si este ya padeció la enfermedad.

Además, hay que distinguir entre esos pasaportes y otro concepto, que algunos llamaron “pase sanitario”, que no tiene la misma finalidad pues solo sería válido en el país de origen. Este “pase” se utilizaría para entrar en algunos establecimientos, como restaurantes, o asistir a conciertos.

¿Quién está detrás de esto?

Numerosos países contemplan un pasaporte sanitario y algunos ya han empezado a utilizarlo.

Este miércoles, la UE presentó su proyecto, que quiere comenzar a aplicar este verano para los viajes en su territorio. El documento, que estará dotado de un código QR, certificará que su titular fue vacunado contra la covid-19 (por ahora con una de las cuatro vacunas autorizadas en el bloque: Pfizer/BioNTech, Moderna, AstraZeneca/Oxford, y Johnson & Johnson), dio negativo en un test PCR o está inmunizado tras haberse contagiado con el virus.

Por su parte, China anunció a principios de marzo el lanzamiento de un “certificado de salud” digital para los chinos que quieran viajar al extranjero.

De manera aislada, en Europa, Grecia y Chipre han puesto en marcha pasaportes de ese tipo para viajar a Israel, un país particularmente avanzado en su vacunación, según sus autoridades. Los ciudadanos inoculados pueden viajar entre esos tres países sin restricciones.

Dinamarca o Suecia prevén instaurar pasaportes sanitarios próximamente, mientras otros miembros de la UE como Francia y Alemania son reacios a la idea de que se impongan restricciones demasiado severas.

¿Es un verdadero pasaporte?

No, ningún proyecto equivaldría a un verdadero pasaporte, es decir, un documento obligatorio para viajar de un país a otro.

Por ejemplo, el pasaporte sanitario chino solo es una de las varias opciones que tienen sus ciudadanos. Además, como de momento no se firmaron acuerdos con otros países al respecto, su interés sigue siendo vago.

De su lado, la UE trabaja en un certificado que “facilite” la libre circulación entre sus estados miembros, pero que no será una obligación para cruzar fronteras. Además, se especifica que es un documento temporal hasta que la OMS determine el fin de la emergencia sanitaria.

En definitiva, más que de un documento oficial, se trata de una aplicación destinada a facilitar los controles sanitarios en las fronteras.

Por ello, el sector privado también está estudiando este tipo de iniciativas, empezando por las aerolíneas, deseosas de retomar la actividad y muy golpeadas por las restricciones.

La Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA), que reagrupa a las principales compañías del sector, también examina desde hace meses la posibilidad de instaurar un pasaporte digital para que los viajeros puedan probar su situación sanitaria antes de embarcar. Algunas compañías, como American Airlines, ya lo están haciendo.

*Con información de AFP