El Ministerio de Salud de Austria anunció este viernes nuevas restricciones de entrada al país, y solo aquellos que cuenten con un certificado de vacunación completa -incluida dosis de refuerzo- podrán hacerlo libremente, ya que a los no vacunados se les obligará a guardar cuarentena a partir del 20 de diciembre.
En un intento por frenar la expansión de la variante ómicron, las autoridades sanitarias precisaron que aquellos que se hayan recuperado de la enfermedad también podrán entrar al país, mientras que han subrayado que solo los viajeros que cuenten con tres dosis tendrán vía libre.
Para aquellos que no tengan la dosis de refuerzo, deberán presentar una prueba PCR negativa o tendrán que someterse también a cuarentena inmediatamente después de su llegada a Austria, que solo finalizará una vez se haya presentado una prueba negativa ya en el país.
“Estas normas de entrada más estrictas suponen un gran reto, especialmente para las personas que viajan al extranjero durante las vacaciones de Navidad. Sin embargo, son necesarias especialmente en este momento para contrarrestar la propagación de ómicron en Austria”, indicó el ministro de Sanidad, Wolfgang Mieckstein, según Die Presse.
Los ciudadanos austríacos y de la Unión Europea no están exentos de presentar el certificado de vacunación válido o de recuperación del nuevo coronavirus. Por otro lado, la cartera de Salud ha indicado que Angola, Zambia y Malaui han entrado a la lista de prohibición de viajes.
Este mismo viernes, el Gobierno de Austria anunció que las personas que no se hayan vacunado contra la covid-19 no tendrán que confinarse esta Navidad, una moratoria especial que llega tras la reducción de los contagios, fruto en gran medida de las fuertes restricciones impuestas en las últimas semanas.
Mueckstein explicó ante los periodistas que los no vacunados podrán reunirse en grupos de hasta diez personas los días 24, 25, 26 y 31 de diciembre. Para quienes sí estén inmunizados o hayan superado recientemente la enfermedad, el límite se amplia a 25 personas.
Austria concluyó la semana pasada su confinamiento general para toda la población, pero para las personas que no están vacunadas se mantiene que solo puedan salir de casa para trabajar, realizar ejercicio o compras esenciales. En febrero, la vacuna pasará a ser algo obligatorio, con multas de hasta 7.200 euros para los incumplidores.
Ómicron, una variante complicada
Detectada por primera vez en noviembre de este año en el sur de África y con cerca de cincuenta mutaciones respecto al virus original, esta variante del coronavirus es la que más mutaciones presenta, poniendo al mundo en alerta.
La variante anteriormente conocida como B.1.1.529 ha sido estudiada desde entonces por los expertos para tratar de definir una ruta de acción que permita contrarrestar su alta transmisibilidad; sin embargo, no es el número de mutaciones que tiene una variante lo que hace de este un proceso complejo, sino la forma como estas mutaciones interactúan entre sí, lo que se conoce como epistasis.
De acuerdo con el Instituto Nacional de Investigación del Genoma Humano de Estados Unidos (NHGRI), la epistasis consiste en una circunstancia en la que la expresión de un gen se ve afectada por la expresión de uno o más genes heredados de forma independiente.
Dependiendo de cómo se comporten las mutaciones entre ellas, o sea qué tipo de epistasis tengan, se podría definir el comportamiento de las nuevas variantes. Sin embargo, esto es extremadamente difícil de predecir, ya que dos mutaciones pueden tanto sumarse como cancelarse entre ellas, dando paso a la posibilidad de que una variante sea más contagiosa o menos.
El dilema con la variante ómicron es precisamente que tiene tantas mutaciones que no se puede saber cómo vayan a interactuar entre ellas, y esto hace muy complicado descifrar su comportamiento como virus.
*Con información de Europa Press.