Los habitantes de Wuhan, ciudad en la que se originó la pandemia de coronavirus a finales de 2019, permanecieron por cerca de 76 días confinados en sus casas mientras se combatía la epidemia en el territorio. Fueron los primeros en experimentar los devastadores efectos de un virus invisible y silencioso que terminó propagándose por todo el mundo. La pandemia privó a los chinos de conmemorar su tradicional fiesta del Año Nuevo Chino, así como de trabajar, estudiar y llevar su vida con normalidad desde el pasado mes de enero. Apenas, hasta hace unos días se levantó la cuarentena y las personas de a poco han retomado sus actividades, por supuesto, manteniendo las medidas de protección como lo son sus tapabocas, guantes y distanciamiento social. Wang Fang, más conocida como Fang Fang, es una escritoria china que mantuvo un diario en línea en el que día a día, durante el aislamiento, relató cómo era la vida encerrados en Wuhan. Sin pensarlo, el testimonio de Fang Fang también sería el de la mayoría de los chinos, las primeras víctimas de la covid-19, y sus palabras reflejaron el temor, la incertidumbre y la vulnerabilidad de los seres humanos ante una crisis sanitaria como esta.
Entre los relatos de Wang Fang se encuentran la historia sobre el padre de una amiga de su hija que tenía cáncer de hígado y murió por un "caso sospechoso de infección"; el ambiente tranquilo que se sentía en la ciudad sin la presencia de las personas; y el elogio a los empleados de supermercados y limpiadores de calles que trabajaron durante el brote.
También, escribió sobre la angustia que sintió al enterarse de la muerte del médico Li Wenliang, quien denunció sobre el coronavirus pero quien fue silenciado por las autoridades chinas.
"Es cierto que tienen que seguir viviendo y nosotros también, así son las cosas. A menudo admiro a estas personas trabajadoras. A veces, una breve conversación con ellos me deja sintiéndome misteriosamente calmada", escribió Wang Fang. El periódico británico The Times tradujo algunos extractos de sus textos desde los primeros días de cuarentena hasta que esta terminó. De hecho, según The New York Times, decenas de millones de lectores chinos accedieron a estos contenidos mientras estuvieron aislados para conocer más detalles sobre la enfermedad.
Sin embargo, han sido varias las opiniones sobre el diario de Fang Fang. Con sus palabras, la autora se ha enfrentado a la maquinaria comunista de China, pues su voz independiente se atrevió a expresar una narrativa distinta a la de los medios de comunicación oficiales que siguen la línea del presidente Xi Jinping.
"Si los autores tienen alguna responsabilidad ante el desastre, el mayor de ellos es dar testimonio", dijo la escritora en una entrevista con The Times. "Siempre me ha importado la forma en que los débiles sobreviven a grandes trastornos. Los individuos que quedan fuera, siempre han sido mi principal preocupación", señaló.
Fang Fang destacó que los habitantes de Wuhan son"testigos de los trágicos tiempos de esta ciudad" e indicó que tienen la responsabilidad y el deber de "buscar justicia para aquellos que murieron injustamente". La autora aseguró que continuará escribiendo sobre este episodio de la pandemia, la cual no ha terminado sino que se ha expandido por todo el mundo.