A principios de abril, Megan Sites, una enfermera de 27 años, fue internada de urgencia en un hospital de Ohio, Estados Unidos, luego de que su estado de salud empeorara a los días de haber sido diagnosticada con coronavirus. La mujer desarolló dificultades para respirar y tuvo que ser conectada a un ventilador, ya que sus pulmones estaban gravemente coagulados. Sin embargo, lo más preocupante de su situación es que al ser hospitalizada en el Joint Township District Memorial Hospital, donde trabajaba, tenía siete meses de embarazo de su segundo hijo, al que llamaría Jameson. Tenía miedo de perder a su bebé, pues el virus avanzaba de forma agresiva en su organismo.
La mantuvieron sedada, aislada de su esposo y de su familia, pero debido a su difícil situación fue trasladada al Hospital Miami Valley, en la ciudad de Dayton. “Me derrumbé varias veces. Me dije a mí misma, eso es todo, no voy a lograrlo (...) Todo en mi cuerpo dolía. Dolía respirar, dolía moverme, toser, hacer cualquier cosa dolía”, contó Sites para el periódico The Cincinnati Enquirer.
El personal médico tuvo que llamar a su esposo para informarle que uno de los pulmones de Megan había colapsado y que la única oportunidad de salvarle la vida era proceder al parto del bebé, aunque todavía no completaba el tiempo para hacerlo. Para lograr esto, Megan Sites fue conectada al sistema de Oxigenación por Membrana Extracorpórea (ECMO, por sus siglas en inglés). Como si fuera un milagro, Jameson Ivan Leroy Sites nació sano y salvo, a las 29 semanas y tres días, y luego de una cesárea. Los médicos le practicaron dos veces la prueba de la covid-19 y el resultado en ambas fue negativo. Sin embargo, el recién nacido fue llevado a la unidad de cuidados intensivos neonatal para recibir atención.
Megan permaneció durante otros días con el sistema ECMO y cuando fue desconectada estuvo algo transtornada. Aseguró en The Cincinnati Enquirer que no recordaba muchos detalles de su tratamiento con la máquina. Por las fotografías de Jameson que su familia le envió a las enfermeras fue que Sites conoció a su hijo. La mujer reconoció en el periódico local el esfuerzo de los trabajadores de la salud, quienes lucharon de la misma forma en que ella lo hizo para sobrevivir a la covid-19. “No hay palabras. No hay forma de mostrarles el aprecio que merecen. Es surrealista", dijo. El pasado 21 de abril, la enfermera fue dada de alta del hospital y se pudo dirigir finalmente a su casa para compartir con su nuevo hijo. “Sabía que había tenido un bebé pero...es difícil de explicar, pero luego lo abracé y fue real para mí, que este es mi hijo y es perfecto”, manifestó en The Cincinnati Enquirer.