México es el segundo país con la mayor tasa de obesidad en el mundo, después de Estados Unidos, y el sexto con mayor número de diabéticos. De los 120 millones de habitantes, 96 padecen obesidad o sobrepeso, mientras que más de 8 millones sufren de diabetes. Según la OMS el país latinoamericano encabeza la lista de diabéticos y obesos a nivel mundial, y este podría ser un escenario tenebroso ante la pandemia pues estas personas tienen mayor riesgo de contraer una enfermedad severa.
Para los adultos mayores, los pacientes hipertensos, fumadores, personas con enfermedades respiratorias como Epoc, o los inmunocomprometidos, el covid-19 podría tener serias complicaciones. En el caso mexicano el hecho de tener una población altamente afectada por obesidad y diabetes ya le está pasando factura. De los 29 fallecidos que hasta este miércoles han sido reportados, la mitad padecía obesidad e hipertensión.
México es un país de "alta vulnerabilidad, tenemos que estar conscientes de eso y lamentablemente vamos a tener un número importante de fallecimientos", comentó en una reciente conferencia Abelardo Ávila, Investigador del Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición Salvador Zubirán. La tasa de mortalidad por diabetes mellitus, que en toda América Latina es de 45,6 por cada 100.000 habitantes, en México alcanza 95,8, según datos de la Organización Mundial de la Salud hasta diciembre de 2018. En Estados Unidos es de 14,9.
"Ya veníamos viviendo una emergencia epidemiológica por obesidad y diabetes que nos hace muy vulnerables al covid-19", alerta Alejandro Calvillo, director de la organización El Poder del Consumidor. La buena noticia es que después de una década de lucha, la semana pasada la justicia destrabó una norma de etiquetado frontal de alimentos y bebidas que busca exponer ingredientes dañinos para la salud, como sodio, grasas y azúcares, lo que podría ayudar a concientizar un poco más a la población. Emergencia sanitaria A raíz de esta situación el gobierno decretó emergencia sanitaria en todo el país en la noche del lunes. El presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador (AMLO), ha sido fuertemente criticado por la ligereza con la que ha tomado la crisis del coronavirus, no solo en su país, sino en el mundo entero. Sin embargo, con el incremento de casos en el país, y el riesgo que tiene su población con las enfermedades ya mencionadas, el Gobierno finalmente tomó medidas un poco más drásticas para enfrentar el coronavirus.
Aunque por el momento AMLO no ha decretado cuarentena nacional, la recomendación es que todos los ciudadanos deben quedarse en casa a menos que sea estrictamente necesario y todas las actividades que no sean prioritarias quedarán canceladas hasta el 30 de abril. Los adultos mayores y quienes padezcan enfermedades crónicas deben acatar con mayor severidad esta recomendación y no salir bajo ninguna circunstancia. En la alocución matutina del presidente, se evidenció un cambio en su retórica y ahora se percibe más consciente de la gravedad del asunto. "Es importante que todos cumplamos estas medidas. Si lo hacemos, si la gente nos ayuda como siempre, vamos a salir airosos de esta crisis. Reitero, esta enfermedad no se cura solo en los hospitales, se cura si todos ayudamos, si somos solidarios", expresó AMLO. También hizo un llamado a los empresarios para que no desfallezcan y sigan apoyando a sus empleados. "A los trabajadores no se les puede privar con su salario durante este mes", dijo Marcelo Ebrard, Secretario de Relaciones Exteriores. El funcionarió precisó que quien se oponga a esta norma, tendrá sanciones administrativas -multas o clausuras- o incluso consecuencias penales en caso de contagio por motivos laborales.
El Gobierno también afirmó que el domingo anunciará las medidas económicas que se tomarán para enfrentar la crisis financiera durante la pandemia. Sin embargo, el presidente indicó que este plan estará destinado principalmente a la población vulnerable. "Vamos a rescatar al pueblo. Hay algunos de arriba que estarán pensando que los vamos a rescatar, con la idea de que si les va bien a los de arriba les va a ir bien a los de abajo. No, eso no aplica. La riqueza no es contagiosa, tenemos que procurar que haya una distribución equitativa del ingreso", expresó el mandatario mexicano. Sistema de salud Ante este panorama, las autoridades reconocieron la insuficiencia del sistema de salud público en el país. México, como muchos países de la región, enfrenta un enorme problema en cuanto a la capacidad de unidades de cuidados intensivos y camas disponibles para realizar las terapias respiratorias. En el peor escenario, el gobierno prevé que 250.000 personas se contagiarán en la primera oleada que calcula abarcará hasta junio o agosto, de los cuales 12.500 necesitarían una cama de terapia intensiva. En el sistema público del país -donde la mitad de la población es pobre- hay menos de 4.500 camas.
El Ejército y la Marina anunciaron que proporcionarán instalaciones hospitalarias, capacitarán a sus dentistas para atender a enfermos y contratará más personal médico. Pero surgen otras dificultades como la sobredemanda planetaria de ventiladores para respiración asistida que exigen los casos más graves. "La ONU debe intervenir también para que no haya especulación en compras de medicamentos, ventiladores", dijo el presidente Andrés Manuel López Obrador durante la reciente cumbre del G-20, celebrada en línea debido a la pandemia. AMLO señaló que México tiene 5.000 ventiladores que duplicará con una compra a China, pero aún así la cifra alarma en un país de 120 millones de habitantes. Ambiente "obesogénico" Los altos índices de obesidad, diabetes e hipertensión en México, "que nos ponen en estado de alerta ante el covid-19", tienen varias explicaciones, expone Elvira Sandoval, médica nutrióloga por la Universidad Nacional Autónoma de México.
México reporta más de 1.200 casos de coronavirus y hasta hace muy poco el Gobierno implementó medidas estrictas para la contención de la pandemia. Foto: AP Explica que la mayoría de mexicanos "vive en un ambiente obesogénico", es decir, que "no tiene acceso a alimentos saludables fácilmente, vive con altos niveles de estrés, ya sea por trabajo o por inseguridad", y carece, además, de suficientes nutriólogos en el sistema de salud público. A ello se suma su predisposición genética debido a "un pasado histórico de hambre", dice Sandoval evocando la generación marcada por la desnutrición que emergió después de la Revolución Mexicana (1910-1924). Clarita, como la llaman de cariño, encarna esas circunstancias."He batallado, he estado en dos clínicas del Seguro Social y ninguna de las dos tiene un nutriólogo, y seguir una dieta es caro, es más barato el refresco, las papitas, la comida rápida", comenta. El gobierno "no ayuda a que estés con una buena alimentación, no te ayuda con médicos desde que estás chiquita", concluye esta madre de dos mujeres, desempleada hace más de un año, y que ahora hace todo para no contagiarse de covid-19. *Con información de AFP.