Antes de la pandemia, el centro de espectáculos El Huaralino acogía por las noches de Lima hasta 7.000 amantes del rock y la cumbia. Ahora, desde sus instalaciones varias brigadas médicas se preparan para atender a domicilio a los pacientes con coronavirus en la capital de Perú, el segundo país en Latinoamérica con más casos de la enfermedad. La popular discoteca, cedida por su dueño, opera como base de la "respuesta rápida" para la sobrepoblada zona norte de Lima, iniciativa de atención primaria impulsada por el Gobierno para aliviar los congestionados hospitales peruanos. "Aquí (en la discoteca) se daban fiestas, celebraciones, y bueno hoy día se está utilizando como centro piloto para salir de acá a enfrentar esta pandemia", dice a la AFP el médico venezolano Ernesto Márquez, de 51 años. "Qué bueno que este establecimiento que antes era para divertirse ahora sirva para poder servir a la población", declara por su parte la enfermera peruana María Cris Miranda. Perú, que detectó el primer contagio de coronavirus el 6 de marzo, acumula más de 215.000 casos confirmados y más de 6.100 muertos en este país de 33 millones de habitantes.
Diagnóstico y tratamiento Profesionales peruanos y venezolanos trabajan en este centro de operaciones instalado por el Ministerio de Salud para cubrir a una población de 3 millones de habitantes, un tercio del total de Lima. "La respuesta rápida es: aquella persona que llama desde su casa a un ‘call center‘ (centro de llamados), e inmediatamente sale un equipo de médico, enfermera y chofer a su casa", explica a la AFP Claudio Ramírez, responsable del ministerio para esta zona de la capital. Al paciente "le hacen la muestra médica para ver si tiene coronavirus e inmediatamente lo diagnostican y le dan tratamiento", sin que tenga que salir de su hogar, agrega. Casi un centenar de profesionales y funcionarios trabajan en esta reconvertida discoteca, incluidas tres mujeres encargadas de la limpieza. Actualmente los equipos médicos de El Huaralino atienden a 8.000 pacientes en sus propias casas, lo que ayuda a reducir la demanda sobre los hospitales limeños, que están al borde del colapso por la pandemia. "Estos equipos hacen como una hospitalización domiciliaria para evitar que las personas vayan a congestionar los hospitales", destaca Ramírez.
El Señor de los Milagros En la pista de baile de la discoteca, los médicos y enfermeras se colocan cada mañana sus trajes e implementos de bioseguridad (batas, guantes, tapabocas) antes de partir a atender pacientes. En la barra donde se vendían vasos de cervezas ahora funciona el centro de llamados telefónicos que agenda las visitas y responde consultas de la gente. Los pacientes son principalmente ancianos y otras personas vulnerables. En varias de las modestas casas visitadas por estos equipos médicos hay pacientes conectados a oxígeno, observaron periodistas de la AFP. En una vivienda, un hombre en cama vive con seis familiares, todos contagiados con coronavirus. Las paredes de un par de casas están decoradas con imágenes del Señor de los Milagros, figura de la religiosidad popular a quien los enfermos se han encomendado para mejorarse.
Además de tomar exámenes a domicilio, los equipos de respuesta rápida reparten medicinas a los enfermos con covid-19, principalmente hidroxicloroquina, empleada tradicionalmente contra la malaria, e ivermectina, un antiparasitario de uso animal. "Es la lucha constante del personal de salud para poder ayudar a todas las personas que se han contagiado por este virus", indica la enfermera Miranda. Las autoridades sanitarias peruanas dan mucha importancia a los equipos de respuesta rápida. El ministro de Salud, Víctor Zamora, está convencido de que esta pandemia solo podrá ser derrotada por equipos del primer nivel de atención. "Es la hora de la atención primaria y de la unidad. Nada nos puede distraer del objetivo central de luchar contra ese virus, que se mueve rápido, se esconde y es letal", afirma Zamora.