Un enorme candado bloquea la puerta del aeropuerto de Lima, una de las principales terminales aéreas de América Latina, custodiado por soldados equipados con máscaras quirúrgicas y rifles de asalto. Desde el lunes a las 11:59, todos los vuelos internacionales y nacionales fueron suspendidos en Perú. El país cerró todas sus fronteras durante 15 días en un intento por frenar la propagación del nuevo coronavirus. En una América Latina que se encierra de hora en hora, los turistas bloqueados por las decisiones de los diferentes gobiernos suman miles. "Todo iba bien hasta el domingo por la noche", dijo Kenza Hraoui, una consultora informática de 32 años que vive en París. Kenza viaja por Perú con un amigo desde el 7 de marzo. Actualmente está en Cuzco, la antigua capital del imperio inca, en el sureste del país.
El lunes al amanecer pensaba visitar el famoso sitio de Machu Picchu, pero el presidente peruano acababa de declarar el estado de emergencia y el confinamiento de la población durante dos semanas y la ciudadela inca permaneció cerrada. "En la embajada de Francia en Lima nos dijeron que nos tomáramos nuestros problemas con paciencia. Aquí (en Cuzco) podemos ir de compras, pero el resto del tiempo no debemos salir del hotel. Estamos un poco perdidos. Lo más difícil es que no se sabe qué va a pasar". Según asegura, "cien franceses están atrapados en Cuzco". ¡Y cuidado con aquellos que no respetan la cuarentena! En Colombia, seis viajeros franceses y españoles fueron expulsados del país por no cumplir con el autoaislamiento impuesto por el gobierno. Lo mismo en Argentina, donde casi 300 turistas que caminaban por las calles fueron expulsados en los últimos días, de acuerdo con medios locales. Los principales sitios turísticos de la región, que normalmente reciben flujos ininterrumpidos de turistas, han bajado el telón uno tras otro. En Río de Janeiro, el Pan de Azúcar y el Cristo Redentor estarán cerrados al público a partir del martes y miércoles respectivamente. Más al sur, en la Patagonia, el gigantesco glaciar argentino de Perito Moreno no ha recibido a nadie desde el domingo. "Todo cerrado" Sarfaraaz Aslam, un ingeniero informático de 35 años que vive en París, viajó a América Latina por primera vez el 23 de febrero. Después del carnaval en Río y Sao Paulo, se fue al sur de Argentina, primero a Ushuaia y luego a El Calafate. "Apenas llegué a El Calafate, todo se cerró", dice. Controlado dos veces por la policía, tuvo que completar un formulario en el que se planteaban una serie de preguntas sobre posibles síntomas. "Los turistas con los que hablo realmente no saben cómo van a volver", dice. Él mismo no lo sabe: su pasaje de regreso fue cancelado por la compañía de bajo costo Norwegian.
Aslam debió comprar un boleto de ida a Francia, vía Sao Paulo, en Latam, por más de 1.400 dólares. Pero el vuelo de regreso, originalmente programado para el miércoles por la noche desde Buenos Aires, donde ahora se encuentra, fue cancelado. Ahora debería partir el jueves. La compañía chileno-brasileña Latam, la más grande de América Latina, comunicó el lunes una reducción de sus operaciones en un 90% a nivel internacional ante la disminución de la demanda y las restricciones impuestas por los gobiernos debido a la pandemia de coronavirus. El grupo Air France-KLM lo había precedido anunciando una disminución de su actividad entre un 70% y un 90% como mínimo por los próximos dos meses. Por su parte, el gobierno francés pidió a las aerolíneas que mantengan vuelos y "moderen" sus precios para permitir el regreso de los franceses varados en el extranjero debido a la epidemia de COVID-19, anunció el martes por la noche el ministro de Asuntos Exteriores. Pero las centrales telefónicas "están saturadas", denuncia en un testimonio escrito que hizo llegar a la AFP el francés Clément Chapelle, que está atrapado en La Libertad, estación de surf de El Salvador, en América Central, junto a una docena de compatriotas. "Las autoridades (francesas) no pueden esperar 15 días para reaccionar", protesta.
Además de Perú, Chile, Argentina, Colombia, Brasil y Uruguay anunciaron cierres de fronteras, parciales o totales. La embajada de Francia en Montevideo dijo que estaba "relevando el número de franceses que están de paso y no han encontrado lugar en los vuelos comerciales hacia Francia o Europa".