La Corte Suprema de Estados Unidos dictaminó el jueves que sus ciudadanos tienen el derecho fundamental de portar armas de fuego en público, en una decisión histórica que evitará que los estados restrinjan con normativa propia a las personas de hacerlo.

El fallo, que se produce cuando el país lidia con un aumento impactante en los delitos con armas de fuego, especialmente tiroteos en centros de enseñanza, anula una ley del estado de Nueva York que requería un permiso especial para portar un arma de fuego.

“La Segunda y Decimocuarta Enmienda protegen el derecho de un individuo a portar un arma de fuego para defensa propia fuera del hogar”, dijo el juez Clarence Thomas, quien escribió la opinión mayoritaria.

“El requisito de causa justificada de Nueva York viola la Decimocuarta Enmienda al impedir que los ciudadanos respetuosos de la ley con necesidades ordinarias de autodefensa ejerzan su derecho de la Segunda Enmienda de poseer y portar armas en público para la autodefensa”, agregó.

El pasado martes 21 de junio, senadores estadounidenses develaron un proyecto de ley para restringir el acceso a las armas de fuego luego de una serie de tiroteos mortales, un texto limitado pero celebrado como el primer esfuerzo en décadas en afrontar el espinoso tema.

“Esta legislación bipartidista sobre seguridad con las armas es un progreso y salvará vidas. Aunque no es todo lo que queremos, esta legislación es necesitada urgentemente”, dijo el líder de la mayoría demócrata en la Cámara Alta, Chuck Schumer, en un comunicado.

El grupo expresó confianza de que el texto tendrá suficiente apoyo entre los cien senadores (50 republicanos y 50 demócratas) para que llegue a las manos del presidente Joe Biden tan pronto como la semana próxima.

Las propuestas limitadas no van tan lejos como las reformas solicitadas por Biden, como la prohibición total de los rifles de asalto.

Pero Chris Murphy, el senador que lidera las negociaciones por los demócratas, saludó el proyecto de ley como la “pieza más significativa de la legislación contra la violencia armada en casi 30 años”.

“Este proyecto de ley va a salvar miles de vidas”, tuiteó.

Los legisladores trabajaron durante semanas bajo presión, en medio de una renovada atención en Estados Unidos sobre la violencia con armas de fuego tras el asesinato de 19 niños en una escuela en Texas y 10 afroestadounidenses en un supermercado en el estado de Nueva York, ambos casos en mayo.

La última ley federal de control de armas fue aprobada en 1994 y prohibía la fabricación para uso civil de rifles de asalto y recámaras de alta capacidad.

Pero expiró una década después, sin que se hayan aprobado nuevas reformas, a pesar del alza en el promedio de tiroteos diarios, que llega a este año a 11, según el grupo Gun Violence Archive.

El grupo bipartidista de senadores acordó un marco el 12 de junio que incluye mayores controles de antecedentes para los compradores de armas menores de 21 años, 11.000 millones de dólares de financiación para la salud mental y 2.000 millones de dólares para programas de seguridad escolar.

El proyecto también pide financiación para incentivar a los estados a aplicar leyes de “bandera roja” para retirar las armas de fuego a las personas consideradas una amenaza.

De su lado, la Asociación Nacional del Rifle (NRA), el poderoso lobby por los derechos de las armas en Estados Unidos, rechazó el acuerdo.

“Nos opondremos a esta legislación de control de armas porque se queda corta en todos los niveles”, dijo la NRA en un comunicado.

“Hace poco para abordar realmente los delitos violentos, mientras que abre la puerta a cargas innecesarias sobre el ejercicio de la libertad de la Segunda Enmienda por parte de los propietarios de armas respetuosos de la ley”.

Con información de AFP