La Corte Suprema de Justicia de Estados Unidos dejó en pie una ley del estado de Texas que limita el aborto, luego de que el tribunal denegara una apelación hecha por los promotores del aborto para tumbar esta normativa.

Con cinco votos a favor y cuatro en contra, el tribunal supremo de EE. UU. se negó a bloquear la ley del estado sureño, la cual prohibe abortar después de las seis semanas de embarazo, incluso en casos de incesto y violación.

La normativa texana entró en vigencia el pasado 1 de septiembre, razón por la cual movimientos a favor de los derechos de las mujeres y del aborto querían que el tribunal supremo de Estados Unidos tumbara la norma.

Si bien el fallo dejó en firme la norma de Texas, por el momento, aún se pueden presentar más impugnaciones contra la ley.

La ley texana también autoriza a las personas a que presenten demandas contra cualquiera que ayude a realizar un aborto después de las seis semanas. Además, si la demanda llega a ser exitosa, el demandante podría recibir por lo menos US$10.000 como recompensa.

Los jueces que votaron para permitir la ley texana sostuvieron que quienes apelaron la norma no habían cumplido con la alta carga requerida para la suspensión de la ley.

“Al llegar a esta conclusión, enfatizamos que no pretendemos resolver definitivamente ningún reclamo jurisdiccional o sustantivo en la demanda de los solicitantes. En particular, esta orden no se basa en ninguna conclusión sobre la constitucionalidad de la ley de Texas y de ninguna manera limita otras impugnaciones procesalmente adecuadas a la ley de Texas, incluso en los tribunales estatales de Texas”, dijo la orden de la Corte publicada por France 24.

Por otro lado, el presidente del Tribunal Supremo, John Roberts, uno de los seis conservadores de la Corte, se unió a los tres jueces liberales en el disenso y rechazaron la postura de la mayoría, unos con argumentos más críticos que otros. Cada quien escribió diferentes declaraciones para mostrar su desacuerdo.

“La orden de la Corte es asombrosa. Ante una solicitud para prohibir una ley flagrantemente inconstitucional diseñada para que las mujeres no puedan ejercer sus derechos constitucionales y evadir el escrutinio judicial, la mayoría de los jueces han optado por esconder la cabeza bajo la arena. La Corte silenciosamente asintió la promulgación estatal de una ley que incumple con casi 50 años de precedentes federales”, escribió la jueza Sonia Sotomayor en su disenso.

Roberts, por su parte, enfatizó que a pesar de que la mayoría de los jueces negaron la solicitud de bloqueo, “la orden de la Corte es enfática al dejar en claro que no puede entenderse que respalda la constitucionalidad de la ley en cuestión”. Pero creyendo o no que la ley es constitucional, en la práctica, esa mayoría de votos deja en pie la ley antiaborto más estricta que haya habido en el país desde el histórico caso Roe vs. Wade, que en 1973 convirtió el aborto en un derecho constitucional en todo Estados Unidos.

La decisión de la Corte muestra cómo los jueces nombrados por el expresidente Donald Trump han inclinado la balanza hacia posturas más conservadoras, ya que los tres jueces que él eligió fueron determinantes para marcar la mayoría que denegó la apelación de emergencia.

Incluso, el mismo presidente de Estados Unidos, Joe Biden, dijo que la norma iba en contra de la Constitución Política.

“Viola descaradamente el derecho constitucional (…) mantenido como precedente durante casi medio siglo”. El mandatario también denunció que la ley otorga “escandalosamente” a los ciudadanos la facultad de “presentar demandas contra cualquiera que crean que ha ayudado a otra persona a abortar”.

En al menos otros 12 estados se han impulsado prohibiciones similares para el aborto tras las primeras semanas de gestación, pero todas han sido bloqueadas por ser consideradas inconstitucionales. La normativa de Texas logró burlar esa consideración, ya que si bien se puede demandar a los médicos que realicen los abortos, no se puede demandar a las madres.