Miles de colombianos continúan atrapados en tierras extranjeras en medio de la emergencia sanitaria por el coronavirus. Para varios de ellos ha sido difícil acceder a un vuelo humanitario que los traiga de regreso a casa y han tenido que prolongar su estadía bajo complejas condiciones, hasta que disminuya la crisis. Daniela Tello Rioja contó en SEMANA el drama que atravesó en India en medio de la pandemia. La colombiana, de 31 años, es una de las afectadas. Llegó a la India el 22 de enero gracias al programa de becarios Kautilya de Indian Foundation, para complementar sus estudios y participar en un proyecto que lucha contra la pobreza y vulnerabilidad económica entre Colombia, India y otros 50 países participantes.
Alcanzó a viajar por varias zonas de la India, pero no logró tomar el vuelo de conexión para regresar a Colombia, el cual tenía para el 18 de marzo. El coronavirus llegó a ese país y el Gobierno comenzó a tomar medidas de prevención, como la cancelación de vuelos y el cierre de fronteras. A Daniela nunca se le pasó por la cabeza que se quedaría allí por más de dos meses. Contó con suerte. La colombiana fue recibida por la familia de Arindam -a quien conoció durante sus viajes- para pasar el aislamiento en la ciudad de Ghaziabad, al norte del país. Los padres del joven son doctores, la madre es médico general y el padre es especialista en pediatría y pulmones. Así que en la casa de los Jha han sido estrictos con los protocolos de protección. Sin embargo, luego de realizarse un primer test de coronavirus el resultado dio positivo, por lo que -de inmediato- las autoridades de Ghaziabad le indicaron a Daniela que una ambulancia la recogería para llevarla a un centro de covid-19 y así continuar con el aislamiento. La mujer temió que el acceder a ese lugar fuera a empeorar su estado de salud e incluso su integridad como mujer.
“Eso fue un momento de mucho drama en la familia porque esos centros acumulan a más de cien familias en espacios reducidos, no hay acceso a agua embotellada, no hay separación de cuartos, no hay distinción de género para las personas que no están acompañadas y en India tristemente, como tal vez podría pasar en otros países, para una mujer hay altas posibilidades de acoso y abuso sexual especialmente si se trata de mujeres extranjeras”, contó Daniela para SEMANA. La familia Jha comenzó a luchar para evitarle ese destino a Daniela. Lograron que fuera remitida a un hospital privado, a pesar de que el costo económico de estar allí era imposible de pagar. Por esto, Daniela pidió auxilio a la Embajada de Colombia en ese país, pero nunca tuvo una respuesta ni una solución de parte de esta. Arindam y sus padres se convirtieron en sus ángeles guardianes. “La familia desde el día uno en que empezó todo no ha descansado por tenerme sana y salva", dijo Daniela. Gracias a los contactos y denuncias de los Jha, la colombiana consiguió pasar la cuarentena en el hospital aunque continuaba asintomática, pero la pesadilla no acabó. Las condiciones de vida allí dolían quizás más que la propia crisis en la que se encontraba.
Durante los primeros días solo recibía de comida arroz y naranjas, además de que le faltaban elementos básicos de higiene como gel antibacterial, toallas húmedas y hasta ropa interior. En medio de todo, y de estar rodeada por otras mujeres en cuarentena, la ha reconfortado el poder comunicarse con su familia en Colombia, la cual tampoco ha descansado en busca de soluciones para su hija. De acuerdo con la Cancillería, el Ministerio de Transporte y Migración Colombia, más de 2.600 connacionales han regresado al país en vuelos humanitarios y se estima que durante la próxima semana lleguen 800 más. A pesar de ello, para el retorno a Colombia desde India, el valor del tiquete superaba los 11 millones de pesos, una suma difícil de pagar para la mayoría de ellos. Ante esto, la familia de Daniela en Colombia convocó a la solidaridad de sus amigos y las personas que pudieran ayudarles para poder adquirir el tiquete. En tiempo récord, consiguieron reunir el dinero. En tan solo un día tenían el tiquete a la libertad en sus manos. "Siento mucha gratitud. Son sentimientos encontrados, el tener a mi familia al frente de todo y la gestión que llevaron a cabo, me hace sentir mucha compañía. Sin embargo, pienso en que ese dinero podría aliviar a muchas personas en Colombia".
La segunda prueba de covid-19 arrojó negativo, lo que le hizo suponer que ya no había más obstáculos para regresar. No obstante, Daniela debe esperar por otro test, puesto que el haber estado por varios días con personas que sí están infectadas por el coronavirus pudo haberla puesto en riesgo y no se descarta la posibilidad de que ahora sí esté contagiada. Por el momento, sigue en el hospital y consiguió tener más alimentos como huevos y leche. Así comienza la carrera contra reloj de Daniela Tello, quien ansía salir antes del hospital para montarse en el vuelo humanitario que la traería de regreso a su casa en Cali el próximo 17 de mayo. Esa es la única condición para que pueda regresar, si no debe continuar aislada en el hospital de Ghaziabad. Sin los Jha, no sabe qué hubiera sido de ella en medio de esta pandemia. “Yo quisiera que si algún otro colombiano en el exterior pasa una situación de ese tipo, en que su integridad está en riesgo, que no existan esas esperas por aprobaciones. Cómo alguien le puede hacer eso a una vida, a un connacional o a otro ser humano”, concluyó Daniela Tello en SEMANA.