A pesar de que ha bajado la cifra de personas que no quieren vacunarse, en parte por algunas teorías conspirativas que se han conocido en torno a la vacunación contra el coronavirus, lo cierto es que todavía hay una pequeña parte de la población que se niega a esta solución contra la pandemia, incluso desde la iglesia católica.
Al respecto, el papa Francisco decidió enviar un mensaje en español dirigido a los pueblos de América Latina y señaló que vacunarse es “un acto de amor”. Asimismo, el pontífice ha manifestado en varias ocasiones que la salud es un derecho de todos y debe ser protegida para todos.
“Con espíritu fraternal, me uno a este mensaje de esperanza para un futuro mejor. Gracias a Dios y al trabajo de muchos, hoy disponemos de vacunas para protegernos del covid-19. Esto da esperanzas de acabar con la pandemia, pero sólo si están al alcance de todos y si trabajamos juntos”, sostuvo el Papa.
Como un “acto de amor” para cuidar a todas las personas en medio de esta pandemia, el pontífice recordó que se debe acceder a la vacuna. “Vacunarse, con vacunas autorizadas por las autoridades competentes, es un acto de amor. Y ayudar a que la mayoría de la gente se vacune es un acto de amor. Amor por uno mismo, amor por la familia y los amigos, amor por todos los pueblos. El amor es también social y político, existe el amor social y el amor político, es universal, siempre desbordante de pequeños gestos de caridad personal capaces de transformar y mejorar las sociedades”.
El llamado del Papa encuentra eco en varios cardenales de la región, que recuerdan unánimemente la necesidad de vacunarse contra el coronavirus. Por ejemplo, el mexicano José Horacio Gómez, presidente de los obispos de Estados Unidos, espera que con la ayuda de la fe la gente pueda afrontar los riesgos de la pandemia y que todos se puedan vacunar. Carlos Aguiar Retes, arzobispo de la Ciudad de México, llamó a la vacunación desde el norte hasta el sur del continente porque -dijo- todos están interconectados y la esperanza debe ser sin exclusión.
Sin embargo, algunos representantes de la iglesia decidieron no acudir a la vacunación viendo hoy consecuencias, como es el caso del cardenal estadounidense Raymond Leo Burke fue hospitalizado por covid-19 y está conectado a un ventilador.
El trino del prelado, quien ha sido un constante crítico de la vacunación contra el coronavirus, fue publicado el pasado 10 de agosto y se señala que dio positivo para coronavirus. “Gracias a Dios, estoy descansando cómodamente y recibiendo una excelente atención médica”, escribió.
“¡Alabado sea Jesucristo! Deseo informarle que recientemente he dado positivo por el virus COVID-19. Por favor, ore por mí al comenzar mi recuperación. Confiemos en la Divina Providencia. Dios lo bendiga”, indicó el purpurado al dar a conocer si situación de salud.
Cuatro días después, el 14 de agosto, desde la cuenta del cardenal Burke, fue publicado otro trino en el que se informó sobre su ingreso a un centro hospitalario como consecuencia del coronavirus.
“El cardenal Burke ha sido ingresado en el hospital con COVID-19 y está siendo asistido por un ventilador. Los médicos se sienten alentados por su progreso. ÉL rezó fielmente el Rosario por los que padecían el virus. En esta Vigilia de la Asunción, recemos ahora el Rosario por él”, se indicó.
El cardenal Burke ha sido uno de los más visibles opositores a la vacuna contra el coronavirus. De hecho, en una homilía en diciembre de 2020, se refirió al covid-19 como el “misterioso virus de Wuhan” y dijo que “ha sido utilizado por ciertas fuerzas, contrarias a las familias y a la libertad de estados, para avanzar en su agenda malvada”.
El prelado ha sido un crítico del papa Francisco y fue reasignado del tribunal superior del Vaticano a un puesto inferior en 2014. Y a pesar de que el sumo pontífice ha invitado a los feligreses a vacunarse, y él mismo se aplicó las dos dosis recomendadas, el cardenal estadounidense dijo en el Foro de la Vida de Roma que la inmunización viola la integridad de los ciudadanos.