Por problemas en las cadenas de suministro de la leche de fórmula para bebés que se vende en los Estados Unidos, se ha generado una escasez de este producto que tiene preocupados a millones de padres de familia.
A esto se suma el retiro de este producto por la compañía Abbott, que en febrero pasado se vio obligada a cerrar su mayor planta de producción de fórmula láctea en ese país debido a motivos de contaminación.
Los estantes de supermercados y otros establecimientos han visto desaparecer este producto, lo que ha llevado, incluso a los padres de familia, a hacer un llamado para que se tomen las medidas necesarias para restablecer el suministro y pedir a través de redes sociales para que las madres lactantes donen leche materna.
Ante esta situación, el Gobierno de EE. UU. intervino y a través de la secretaria de prensa, Jen Psaki, señaló que se están tomando las medidas necesarias para normalizar el abastecimiento del producto en las estanterías.
En ese sentido, señaló que la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) trabaja contrarreloj para hacer frente a cualquier posible escasez.
Indicó que, así mismo, se adelantan los trámites para agilizar las importaciones de fórmula infantil, con el propósito de superar la situación.
El desabastecimiento de la leche de fórmula para bebés ha llevado incluso a que especialistas aconsejen a los padres de familia recurrir a los bancos de alimentos con el propósito de buscar alternativas que les garanticen a los pequeños recibir los nutrientes necesarios.
Sin embargo, destacaron la importancia de que los productos que se venden en el mercado guarden todos los protocolos y que sean seguros para los bebés más pequeños.
Al desabastecimiento se suma otra problemática para madres que dependen del Programa Especial de Nutrición Suplementaria para Mujeres, Bebés y Niños, (Wic, por sus siglas en inglés), que es una estrategia de asistencia federal similar a los cupones para alimentos destinados para madres e hijos.
Muchas mujeres deben acudir a este programa para costear el producto, ya que una lata pequeña cuesta entre 17 y 18 dólares. Pero ante el retiro de la leche de fórmula de Abbott, fueron eliminadas, además, muchas marcas cubiertas por Wic, aunque ahora permite sustitutos.
De acuerdo con la empresa de análisis de datos Datasembly, en ese país el 40 % de las grandes tiendas están sin existencias, frente al 31 % de mediados de abril, mientras que más de la mitad de los estados registran falta de existencias, de acuerdo con cifras recopiladas en 11.000 establecimientos.
¿Por qué el desabastecimiento?
De acuerdo con expertos, la reducción del abastecimiento de este producto comenzó el año pasado, debido a la pandemia del coronavirus, que generó alteraciones en el suministro de los ingredientes, en la fuerza laboral y en el transporte, pero también a la acumulación de las reservas durante las cuarentenas.
Pero la situación más delicada se presentó luego de que laboratorios Abbott se vio obligado, en febrero, a retirar varias marcas importantes y cerró su fábrica en Sturgis, Michigan.
Una investigación adelantada por autoridades federales concluyó que cuatro bebés sufrieron infecciones bacterianas después de consumir la leche de fórmula de esa compañía. Dos menores de edad murieron, según el informe del hallazgo.
Tras ese hecho, inspectores de la autoridad sanitaria de EE. UU., visitaron la planta en marzo y encontraron deficiencias en los protocolos de inocuidad y rastros de una bacteria en varias superficies, que no coincidieron con las muestras tomadas de los infantes, por lo que la FDA no ha explicado cómo ocurrió la contaminación.
Por su parte, Abbott se defendió tras señalar que su fórmula “probablemente no sea la fuente de infección”, aunque el organismo estatal señaló que la investigación continúa.
Incluso, la empresa señaló que podría comenzar a proveer algunas fórmulas especiales no afectadas por los retiros “en casos individuales”, decisión que fue avalada por las autoridades sanitarias, que advirtieron que los padres deberían hablar con sus pediatras antes de usarla.
“Todavía hay algo de riesgo en la fórmula porque sabemos que hay problemas en la planta y la Fda no ha identificado un origen, pero vale la pena liberarla porque estos infantes podrían morir sin ella”, dijo por su parte a Los Ángeles Times, Sarah Sorscher, del Centro para la Ciencia en el Interés Público.