La presencia de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), una alianza de países de Europa y Norteamérica, en la zona de influencia rusa en Ucrania, ha despertado el enojo de Vladimir Putin y su gobierno, que en los últimos días, según los países occidentales, desplegó al menos 100.000 soldados, carros y artillería en la frontera con el territorio ucraniano.
Sin embargo, en los últimos días la tensión ha aumentado entre Estados Unidos (aliado de Ucrania) y Rusia, teniendo en cuenta que el Kremlin (gobierno ruso) estaría pensando en emplazar misiles en Cuba y Venezuela, vecinos estratégicos en el continente americano. Aunque esta noticia no ha sido confirmada por las autoridades rusas, tampoco se han dado muestras de rechazo a la misma; de hecho, en un par de ocasiones, sus representantes han asegurado que desde Moscú estudian varias estrategias para defender lo que Rusia ha tildado como un claro intento de amenaza por parte de la OTAN.
“En el contexto de la actual situación, Rusia piensa en cómo garantizar su propia seguridad”, manifestó el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, en una rueda de prensa.
Cabe recordar que la idea de un posible emplazamiento de misiles en Centro y Suramérica la dio el viceministro de Exteriores ruso, Serguéi Riabkov, quien simplemente dejó este pensamiento en el aire, pues no confirmó o desmintió que desde el Gobierno se estén planteando esta iniciativa militar.
“Respecto a América Latina, no podemos olvidar que hablamos de países soberanos”, explicó Peskov en su conversación con los medios de comunicación.
No obstante, el representante del Ejecutivo ruso dio luces para entender que, en caso de ser necesario, están pensando en opciones para “garantizar nuestra propia seguridad”, recordando que desde Estados Unidos ya han mostrado sus cartas de cara al conflicto. Peskov trajo a la memoria de los periodistas las declaraciones de la subsecretaria de Estados de Estados Unidos, Victoria Nuland, quien hace algunos días dijo que las fuerzas de Defensa de su país ya han estudiado 18 diferentes respuestas para intervenir en Europa en caso de que se presente una invasión rusa sobre Ucrania.
“Nosotros también estudiamos diversas variantes. Consideramos que en realidad deben ser muchas menos, ya que para nosotros se trata de un asunto extremadamente concreto. No es necesario complicar aquello que posiblemente no sea tan complicado. Las preguntas se formularon de un modo directo y concreto”, añadió.
Oposición a esta idea
Como era de esperarse, al conocerse que esta iniciativa estaba siquiera estudiándose en las toldas del Gobierno presidido por Vladimir Putin, los políticos de oposición en Venezuela decidieron rechazar tajantemente estos intentos de traer la guerra a su territorio.
La exdiputada Olivia Lozano aseguró que esta sería una muestra de la forma en que las “alianzas peligrosas” entabladas por el chavismo con Rusia han “puesto en peligro los principios de soberanía, independencia, autodeterminación de los pueblos y la no intervención, poniendo en riesgo el futuro de las próximas generaciones de venezolanos”.
Por su parte, Juan Guaidó, quien fue ‘presidente interino’ en 2019, manifestó que “Rusia no tiene que desplegar ninguna fuerza militar” en su país.
“El riesgo de guerra aumenta”
Cabe recordar que la tensión entre occidente y Rusia ha sido tal, que la Organización por la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE), creada durante la Guerra Fría para, precisamente, tener un canal de diálogo entre Estados Unidos y Rusia, ya ha tenido que intervenir para hacer un llamado a la calma y lograr reducir los discursos bélicos en esta situación.
“La situación en la región es peligrosa. Es imperativo encontrar una manera, por la vía diplomática, de detener la escalada y empezar a reconstruir la confianza, la transparencia y la cooperación”, indicó la alemana Helga Schmid, secretaria general de la organización.
Por su parte, durante la reunión del Consejo Permanente de la OSCE, el ministro de Asuntos Exteriores de Polonia, Zbigniew Rau, indicó que la urgencia de buscar la paz crece cada día más, pues “parece que el riesgo de guerra en la zona de la OSCE nunca ha sido tan intenso en los últimos 30 años”.
“Se trata de un reto importante para la organización, cuyo objetivo es precisamente prevenir la guerra en Europa”, concluyó.