Estonia, Letonia y Lituania anunciaron el viernes que enviarán misiles antitanque y antiaéreos para ayudar a Ucrania a defenderse de “una posible agresión rusa”.
Los tres países bálticos precisaron en un comunicado que enviarán misiles estadounidenses Javelin y Stinger, tras haber obtenido, a principios de semana, la autorización de Washington para hacerlo.
“Ante el aumento de la presión militar de Rusia sobre Ucrania y sobre la región, los Estados bálticos decidieron responder a las necesidades de Ucrania y ofrecer un ayuda adicional en defensa”, señala el comunicado.
“Esta ayuda reforzará aún más la capacidad de Ucrania a defender su territorio y su población ante una posible agresión rusa”, agrega.
Estonia proporcionará misiles antitanque Javelin; Letonia y Lituania proporcionarán los Stinger antiaéreos.
“Esperamos sinceramente que Ucrania no tenga que usar esas armas”, declaró el ministro de Defensa lituano, Arvydas Anusauskas.
“Los estados bálticos instan a Rusia a cesar su comportamiento agresivo e irresponsable”, añadió, afirmando que las armas se entregarán “en un futuro próximo”.
El ministro de Defensa estonio, Kalle Laanet, declaró que era “importante apoyar a Ucrania de todas las formas posibles”.
De momento, Rusia anunció el jueves ejercicios navales a gran escala. Más de 140 naves de guerra y unos 10.000 efectivos tomarán parte en enero y febrero de ensayos militares en el Atlántico, el Ártico, el Pacífico y el Mediterráneo.
Kirby reconoció que la tensa situación con Rusia había suscitado debates sobre la envergadura del ejercicio naval, pero “tras discusiones con nuestros aliados, la OTAN decidió seguir adelante”, explicó.
Entre tanto, Rusia y Estados Unidos volverán a reunirse “la próxima semana” tras mantener este viernes en Ginebra conversaciones “francas” sobre la crisis en torno a Ucrania, en cuya frontera siguen concentradas fuerzas militares rusas.
La reunión de Ginebra entre los jefes de la diplomacia rusa, Serguéi Lavrov, y estadounidense, Antony Blinken, es la última de una serie de iniciativas diplomáticas que empezaron con dos conversaciones telefónicas entre los presidentes Vladimir Putin y Joe Biden en diciembre.
Aunque el tono fue “franco y sustancial”, según Blinken, también sirvió para rebajar tensiones tras semanas de escalada verbal.
Lavrov señaló haber acordado con el secretario de Estado estadounidense “un diálogo razonable” para “calmar las emociones” tras algo menos de dos horas de reunión.
Tras el encuentro, el Ministerio ruso de Relaciones Exteriores advirtió en un comunicado que si los occidentales seguían “ignorando las preocupaciones legítimas de Rusia” en relación a la ampliación de la OTAN en Ucrania y en su frontera occidental, habrá “graves consecuencias”.
“Esto puede evitarse si Washington reacciona positivamente a nuestros proyectos de acuerdo sobre garantías de seguridad”, dijo el ministerio.
El jefe de la diplomacia estadounidense pidió a Rusia que demuestre que no tiene intención alguna de invadir a su vecino y “una muy buena manera para empezar sería desescalando, haciendo retroceder esas fuerzas en la frontera de Ucrania”, dijo Blinken.
El Kremlin niega cualquier intención bélica, pero condiciona la desescalada a la firma de tratados que garanticen la no expansión de la OTAN y la retirada de la Alianza transatlántica de Europa del Este.
Algo inaceptable, según Occidente, que amenaza a Rusia con duras sanciones si ataca a Ucrania, una exrepública soviética.
Blinken aceptó poner sobre la mesa “ideas” la semana que viene, pero no dijo si cumplirían las demandas detalladas de los rusos. Sin embargo, el estadounidense advirtió que habría una respuesta incluso en caso de agresión “no militar” de Rusia contra Ucrania.
Con información de la AFP.