La periodista Claudia Aguilera, esposa del fiscal paraguayo Marcelo Pecci, asesinado en Cartagena de Indias (Colombia), pidió respeto por su privacidad. “Mi familia y yo estamos sumergidos en un profundo dolor por el asesinato de mi esposo Marcelo Pecci y su pérdida irreparable. El luto no es solo para sus familiares y allegados, sino para todo el país y la comunidad internacional”, señaló.
“Estos últimos días han sido difíciles de superar, por lo que ruego respeto a mi privacidad para poder sobrellevar el duelo y también solicito respeto para mis familiares, sin dejar de agradecer a mis compañeros y colegas la empatía que me manifestaron. Reitero que no daré declaraciones a la prensa. No obstante, seguiré colaborando con las autoridades nacionales e internacionales en todo el proceso de investigación, con quienes también me siento agradecida”, agregó la periodista Claudia Aguilera.
“Valoro sus muestras de cariño y apoyo tanto conmigo como con el bebé que espero. Que la muerte del respetado y admirado Marcelo Daniel Pecci Albertini encuentre justicia y fortalezca la lucha contra el crimen organizado. En lo que a mí concierne, honraré la memoria de mi amado esposo cada día por el resto de mi vida y criaré a un excelente ser humano y cuidadano como lo fue su padre”, puntualizó.
La mujer cerró sus cuentas en redes sociales, claves para el asesinato según las autoridades. En la investigación de la Policía y Fiscalía, tras el asesinato del fiscal paraguayo, se determinó que sus publicaciones podrían haber dado pistas a quienes los seguían de cuál era su ubicación. Días antes del asesinato, Claudia había publicado los momentos de amor en La Heroica, sus paseos por la Ciudad Amurallada, la contemplación apacible del mar y de toda la belleza natural del país. Las imágenes terminaron en todos los medios de comunicación por cuenta del trágico giro de esa historia de amor, tras el asesinato de su esposo, el fiscal Marcelo Pecci.
Sobre el tema de las redes sociales habló en Vicky en Semana el fiscal general Francisco Barbosa. “Llamo la atención de lo siguiente, la necesidad de que funcionarios de alto nivel sobre estos asuntos no deben exponerse a estos delincuentes a través de esas redes. Creo que eso es un mensaje que debemos mandar todos los ciudadanos y es la capacidad que pueden tener esas redes delincuenciales de saber cómo se está moviendo uno en diferentes lugares por cuenta de las ubicaciones que uno mismo pudiera estar dejando en su celular, en sus redes. Son temas que llaman la atención de la Fiscalía General. Con eso hemos podido reconstruir paulatinamente este asunto y esperamos prontamente, con la fiscal paraguaya, dar un resultado sobre qué ocurrió y quién estuvo detrás de este crimen”, aseguró.
El jefe del ente acusador insistió en que “todas las hipótesis están abiertas” y por ello la Fiscalía General de la Nación está analizando el material probatorio y procedió a enviar al cadáver a Paraguay. “Estamos mostrando resultados muy rápidos”, insistió Barbosa al referir en que dichos materiales probatorios los llevarán a mayores datos respecto a quién mató al fiscal Mauricio Bacci y por qué. “La criminalidad nos supera en términos de frontera. Hoy estamos hablando de que hay mucha delincuencia transnacional que está haciendo acuerdos delictivos. Así como nosotros nos ponemos de acuerdo para hacer grandes convenios de cooperación judicial, estos delincuentes están haciendo lo propio en diferentes lugares. Eso es lo que podría avanzarles en este caso”, añadió.
Las versiones que están en poder de la Fiscalía y que fueron entregadas por los testigos, incluso por Claudia Aguilera, esposa del fiscal Pecci, indican que dos hombres llegaron en una moto acuática a la playa privada en la isla de Barú, uno se bajó, caminó por la zona y de un momento a otro disparó contra el funcionario. “Llegaron a la playa privada del hotel… no se pudo hacer nada, llegaron y de forma inmediata dispararon, mientras estábamos en la playa. El personal de seguridad no pudo reaccionar”, relató su esposa Claudia a SEMANA.
Los investigadores iniciaron también un rastreo de cámaras de seguridad de todos los recorridos que hizo el fiscal desde que llegó a Colombia, incluso antes de su salida de la ciudad de Asunción.