El aumento de los precios internacionales de los alimentos, derivado de la invasión rusa de Ucrania, podría llevar a más de 10 millones de personas a la pobreza, advirtió este martes la secretaria del Tesoro estadounidense, Janet Yellen.
Yellen advirtió durante un acto realizado en la sede del Tesoro, en Washington, que el alza de precios y desequilibrios en los suministros del sector suponen el riesgo de exacerbar la situación de los pobres en el mundo. “Las primeras estimaciones sugieren que al menos 10 millones de personas más podrían verse empujadas a la pobreza sólo por el aumento de los precios de los alimentos”, destacó en su discurso.
“La guerra ha empeorado una situación que ya era grave. El impacto de los precios y de los suministros ya se están materializando, lo que se añade a las presiones inflacionarias globales, crea riesgos para los balances externos y socava la recuperación tras la pandemia. Quiero ser clara: las acciones de Rusia son las responsables de esto”, añadió.
La invasión lanzada por Rusia contra su vecino, así como las sanciones de represalia impuestas a Moscú por países de Occidente desde fines de febrero, han provocado una subida de los precios del petróleo y de los cereales, y han restringido el comercio de fertilizantes.
Yellen hizo sus declaraciones en momentos que el Banco Mundial (BM) y el Fondo Monetario Internacional (FMI) celebran sus respectivas reuniones de primavera (boreal). En ese sentido, sugirió que los prestamistas con sede en Washington podrían proporcionar ayuda a las personas vulnerables, impulsar inversiones en agricultura y ordenar las cadenas de suministro para abordar las necesidades críticas, como los fertilizantes.
También sugirió que el grupo G20, cuyos ministros de Finanzas se reunirán este miércoles, podría utilizar una herramienta lanzada por primera vez durante la crisis financiera mundial de 2008 para aumentar la inversión en agricultura y ayudar a los pobres del mundo. “Tenemos un sistema internacional fuerte y tenemos que trabajar juntos ahora”, dijo Yellen.
Parte de la crisis va derivada en la importancia de las exportaciones de Ucrania hacia el mundo, ejemplo del problema es que los precios de los granos volvieron a subir esta semana, en particular el trigo y el maíz que rozan sus máximos históricos, en medio de la guerra en Ucrania y con la perspectiva de una caída de las reservas mundiales de trigo.
Los precios están “en niveles cercanos a los máximos registrados. La situación en Ucrania no mejora, y esto cobra más importancia a medida que nos acercamos a períodos cruciales para las siembras de primavera” boreal, alertó Gautier le Molgat, analista de Agritel. Antes de la guerra, Ucrania, un país que era conocido como “el granero de Europa”, exportaba 12% del trigo, 15% del maíz y 50% del aceite de girasol a nivel mundial.
Pero “la continuación del conflicto dilata la capacidad de Ucrania para volver al mercado y el momento en que los puertos podrán volver a exportar”, advierte Edward de Saint-Denis, corredor de Plantureux y Asociados.
La capacidad de exportación de Ucrania se vio reducida a un 10% de su potencial, y únicamente por rutas y trenes. Los puertos vecinos del mar Negro en Bulgaria y Rumania están saturados. Los precios de los cereales son impulsados también por los del petróleo. El alza del crudo conlleva una subida de los oleaginosos, utilizados en la producción de gasoil, como la colza o la soja, y del etanol a base de maíz en Estados Unidos.
Con información de AFP.
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