El presidente de Argentina, Alberto Fernández, nombró este jueves como nuevo “superministro” de Economía, con tres despachos bajo su control, a Sergio Massa, hasta ahora presidente de la Cámara de Diputados, en un intento por conjurar una profunda crisis política y económica.
Con su nombramiento se fusionarán los ministerios de Economía, donde había sido designada Silvina Batakis el pasado 4 de julio, el de Desarrollo Productivo y el de Agricultura, Ganadería y Pesca.
Argentina registra una de las tasas de inflación más altas del mundo, con un acumulado del 36,2 % para el primer semestre de este año, y la pobreza alcanza al 37 % de la población.
Massa, un abogado de 50 años y de larga trayectoria política, asumirá una vez que “se resuelva su alejamiento de su banca” parlamentaria, indicó un comunicado de la Presidencia.
Para designar su reemplazo en el Congreso, Massa convocará a una sesión parlamentaria el próximo martes, anunció él mismo a la prensa.
“Massa no es un economista, sino un político. Pero el punto es que la crisis argentina es política. Hace falta una persona con espalda y habilidad política”, comentó a la AFP el analista Carlos Fara.
“Massa reúne el suficiente consenso en la cúpula de la coalición gobernante Frente de Todos (centroizquierda) y podrá tomar algunas medidas que quizá no resultarán simpáticas”, opinó Fara.
Interna difícil
Desde hace meses, el Gobierno se ha visto lastrado por los enfrentamientos y desencuentros entre el presidente Fernández y su vicepresidenta Cristina Kirchner, y en los últimos días también los gobernadores.
La decisión de poner a Massa al frente de los tres ministerios que se fusionarán, ocurrió el mismo día en que regresó a Argentina Batakis luego de una visita a Washington donde se entrevistó con la directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Kristalina Georgieva, y otros funcionarios de organismos multilaterales.
Fernández estuvo reunido este mismo jueves con Batakis, una economista con carrera en la función pública, y con Daniel Scioli, hasta hace poco embajador en Brasil y recientemente designado ministro de Desarrollo Productivo.
Batakis ocupará a partir de ahora la presidencia del Banco Central, mientras que Scioli regresará a la embajada en Brasil, indicó la Presidencia.
Ajuste y crisis cambiaria
Argentina está comprometida con un ajuste fiscal acordado con el Fondo Monetario Internacional (FMI), en el marco de un programa crediticio por unos 44.000 millones de dólares suscrito a principios de año para refinanciar un préstamo que el país contrajo en 2018.
El acuerdo, que fue ratificado por el Congreso, contempla una reducción del déficit de las finanzas públicas del 3 % de 2021 a 2,5 % este año, 1,9 % en 2023 y 0,9 % en 2024.
Pero la disciplina fiscal pesa sobre los sectores más pobres, que ven sus pocos ingresos devorados por la inflación galopante.
Este mismo jueves, miles de personas marcharon hasta las puertas de la Casa Rosada, la sede de la Presidencia, para reclamar que se instaure un “salario universal” equivalente a dos canastas básicas alimentarias para un adulto, unos 67.000 pesos (cerca de 490 dólares al tipo de cambio oficial) para todas las personas de bajos ingresos.
“La pobreza nos ganó el país”, deploró Mónica Sulle, dirigente del movimiento Teresa Vive, durante la manifestación.
Las organizaciones sociales que agrupan a desempleados y trabajadores informales han sido cercanas a la coalición oficialista, pero conforme se deteriora la situación económica se muestran más combativas frente al gobierno.
El país sufre además una crisis cambiaria, con una fuerte brecha entre la cotización del dólar oficial en unos 137 pesos, y el paralelo o “blue” que se comercia en el mercado informal, por encima de los 300 pesos.
*Con información de la AFP.