La situación en Nueva York está desbordada, de acuerdo a la información difundida por fuentes de medios de Nueva York, durante los últimos meses, se ha registrado la llegada de un asombroso total de 110.000 migrantes en condiciones irregulares a la ciudad, lo que equivale a un impresionante promedio de aproximadamente 500 personas al día.

Este aumento sostenido en la migración irregular ha generado un profundo impacto en la comunidad y en los recursos disponibles para atender a aquellos que buscan un nuevo comienzo en una de las ciudades más importantes de Estados Unidos.

Conforme a las regulaciones estatales, es responsabilidad del gobierno proporcionar atención médica, educación, asistencia social y alimentación a los ciudadanos necesitados. En este contexto, se estima que aproximadamente 20.000 de estos individuos son niños, y de este grupo, unos 19.000 han iniciado sus clases durante esta misma semana.

Migrantes en las calles de Nueva York. (AP Photo/John Minchillo). | Foto: Copyright 2023 The Associated Press. All rights reserved.

La gestión de hospedaje, alimentación y otros servicios esenciales para estos ciudadanos ha supuesto un desembolso significativo para la Administración Municipal, que ha ascendido a más de $ 1.500 millones hasta la fecha. Además, se prevé que este gasto podría aumentar drásticamente, llegando a alcanzar la cifra de $ 12.000 millones para el año fiscal 2025, si no se producen cambios sustanciales en la situación actual. Este desafío económico y logístico representa un importante tema a abordar en el futuro cercano.

Para contrarrestar esta crisis, el alcalde de Nueva York, Eric Adams, presentó una controvertida y polémica propuesta que dio de qué hablar y rápidamente generó rechazo en la opinión pública. “Nunca en mi vida había tenido un problema al que no le viera solución, no veo cómo va a terminar esto. Este problema destruirá a la ciudad de Nueva York”.

Por tal razón, ante la insuficiencia de ayuda por parte del Gobierno federal y estatal, planteó la necesidad de que cada agencia municipal realice recortes en sus gastos, con un objetivo inicial del 5 %, para implementarse a partir del próximo mes de noviembre.

El alcalde de la ciudad de Nueva York, Eric Adams, reconoció no encontrar solución para la crisis migratoria. | Foto: Foto AP/Yuki Iwamura

Esta propuesta despertó a las organizaciones comunitarias, defensores de los derechos de los inmigrantes y ciudadanos neoyorquinos en situación de vulnerabilidad, junto con líderes locales, que rechazaron contundentemente la propuesta y consideraron que tiene tintes xenófobos.

En particular, han levantado sus voces alertando que reducir los recursos asignados a agencias cruciales como Salud, Educación, Transporte y Vivienda sería un grave error, con un impacto negativo pronunciado en la calidad de vida de aquellos neoyorquinos que dependen de programas de apoyo esenciales. Además, han señalado que el alcalde Adams parece estar utilizando la llegada de nuevos residentes como una excusa para promover recortes que ya había intentado implementar en el pasado.

Theodore Moore, vicepresidente de Políticas y Programas de la Coalición de Inmigración de Nueva York (NYIC), ha expresado fuertes críticas hacia el alcalde por su intención de reducir los recursos destinados a estas agencias.

El venezolano Frederick Pinango, de 28 años, camina con su hija Freyderlinck de tres años y su esposa Julianis Contreras, de 23, para abordar su autobús a Nueva York, en el Centro de Bienvenida a Migrantes administrado por la ciudad de El Paso y la Oficina de Manejo de Emergencias, en El Paso, Texas, EE. UU., 3 de octubre de 2022. | Foto: Paul Ratje

Moore ha destacado que esta no es la primera vez que el Alcalde usa a los solicitantes de asilo como chivos expiatorios para justificar recortes presupuestarios. Además, señala que la Administración no ha abordado adecuadamente el problema subyacente: la sobrecarga en el sistema de alojamiento de la ciudad de Nueva York y la crisis de asequibilidad.

A su vez, las autoridades neoyorquinas, también demócratas, reclaman más controles en la frontera sur con México, decretar estado de emergencia y ayudas federales para lidiar con esta ola migratoria.

Y sobre todo, reclaman que se agilicen los permisos de trabajo para los nuevos llegados. “No hay nada más antiestadounidense que no poder trabajar”, dijo el lunes el alcalde. En esta meca del turismo, que el pasado año recibió 56 millones de visitantes, las autoridades quieren evitar que se parezca “a otras ciudades donde hay carpas en cada calle”.

*Con información de AFP.