El crucero Coral Princess, con dos muertos y varios enfermos de coronavirus a bordo, atracó este sábado en Miami, luego de haber sido rechazado en varios puertos latinoamericanos en una odisea que comenzó hace un mes en Chile.

"Nos entristece profundamente informar que dos pasajeros fallecieron en el Coral Princess", informó Princess Cruises, la compañía que opera el barco, sin detallar las causas de muerte. "Nuestros corazones están con sus familiares, amigos y todos los que se ven afectados por esta pérdida", añadió la empresa en un comunicado enviado a la AFP. Princess Cruises había anunciado esta semana la confirmación de 12 casos de coronavirus en el barco. El crucero, con 1.020 pasajeros y 878 tripulantes, arribó a Miami luego de que fracasaran los esfuerzos por atracar en otro puerto 50 km al norte, en Fort Lauderdale. El Coral Princess zarpó el 5 de marzo desde Santiago de Chile para un viaje por Sudamérica que iba a terminar en Buenos Aires el 19 de marzo. Pero el puerto argentino le negó entrada cuando se desató la crisis del coronavirus en cuestión de días y se cerraron las fronteras internacionales. Lo mismo ocurrió en Uruguay y Brasil. "Ya hemos pasado por esto varias veces, ya empacamos antes nuestras maletas", dijo Shannon Kilbane, una pasajera del Coral Princess, cuando el capitán anunció que habían atracado en Miami. "Solo quiero salir del barco, subir a un avión y ver a mi familia", dijo al diario local Miami Herald. El desembarco de los pasajeros tomará varios días debido a la escasez de vuelos. La línea informó que dará prioridad a los que necesiten atención médica. Los que tengan síntomas leves o aún se estén recuperando, permanecerán en el barco hasta que mejoren. Al llegar al puerto, muchos pasajeros saludaron a tierra desde los balcones de sus camarotes y llevando máscaras. Luego de que se registrara un inusualmente alto número de personas con síntomas de gripe en el barco, todos los pasajeros han permanecido confinados desde el martes en sus camarotes. - Atendiendo enfermos a bordo - El jueves habían arribado a Fort Lauderdale dos cruceros de la línea Holland America —el Zaandam y el Rotterdam—, con cuatro muertos y decenas de enfermos a bordo. Los desembarcos pusieron fin a una intensa polémica en la que acabó interviniendo el presidente Donald Trump porque las autoridades locales habían rechazado inicialmente los amarres. Los cerca de 1.200 pasajeros aparentemente saludables del Zaandam y del buque que lo asistió desembarcaron el viernes entre fuertes medidas sanitarias. Los que presentaban síntomas permanecieron a bordo, así como todos los tripulantes. Las líneas Princess Cruises y Holland America son subsidiarias de la corporación Carnival. Esta semana, la Guardia Costera ordenó a los barcos con más de 50 personas a bordo que traten por su cuenta y "por un tiempo indefinido" a los enfermos con síntomas respiratorios, porque los hospitales no tienen capacidad para atenderlos. También ordenó a los capitanes que envíen a las personas que necesiten ser hospitalizadas a los países donde están registrados las embarcaciones. Las líneas de cruceros de Carnival, Norwegian y Royal Caribbean, por ejemplo, tienen buques basados en Miami con banderas en islas del Caribe, como Bermudas o Bahamas, un archipiélago que aún no se recupera del huracán Dorian del año pasado. Actualmente hay docenas de cruceros alineados en mar abierto, frente a los puertos de Miami y de Fort Lauderdale. Muchos tienen a su tripulación a bordo.