Hans Zollner, experto en el tema de abuso sexual en la iglesia, renunció a la Comisión Vaticana para la Protección de menores. Ante la polémica de su renuncia, el sacerdote y psicólogo alemán concedió una rueda de prensa a Asociación de la Prensa Extranjera de Roma, en dónde no explicó los motivos de su renuncia, sino que habló de los obstáculos para combatir el abuso sexual a menores en la institución.
“Aunque ha aumentado el compromiso de muchos en este tema, hay mucha gente que trabaja y la red ha crecido enormemente, hay algunos que obstaculizan esto. Y las víctimas siguen teniendo la impresión de que no son escuchadas”, señaló en rueda de prensa en Roma este lunes 17 de abril Zollner, que dimitió en marzo de su cargo en la Pontificia Comisión para la Protección de Menores.
“Aunque vi con mis propios ojos cómo el papa Francisco se toma tiempo y escucha a las víctimas y él es un ejemplo de la actitud que debería tener la Iglesia, algunos a veces no quieren escuchar”, lamentó. Además, afirmó que, “la Iglesia no debería huir cuando una víctima de abusos acude a ella”.
Para Zollner, los puntos críticos del organismo del Vaticano tienen que ver con tres cuestiones fundamentales: “Transparencia, respeto de las reglas y rendición de cuentas”, de acuerdo con el Papa Francisco, quien los había identificado como esenciales en la lucha contra los abusos en ocasión de la Cumbre sobre la protección de menores de 2019.
No obstante, revela que en varias ocasiones escribió a los directivos de la comisión para advertirles que veía que las cosas no funcionaban en estos puntos, sin recibir jamás una respuesta. “Si uno no sabe de qué es responsable, si no tiene claros sus límites precisos y competencias y a quién tiene que rendirle cuentas, hay confusión. Y esto crea dificultades en el respeto de las reglas y también en la transparencia”, argumenta.
En este sentido, apunta que si la Iglesia no sirve a los heridos, como son las víctimas de abusos, no tiene sentido. “Muchas víctimas ya no esperan nada, pero muchas otras aún desean encontrar una imagen humana de la Iglesia y el dolor más grande es que no la encuentran”, avisa.
Asimismo, considera que la Iglesia “no está acostumbrada al lenguaje de estas tres palabras -transparencia, respeto de las reglas y rendición de cuentas-, y no es una cuestión de derecha o izquierda, de liberales o conservadores”. “No es una cuestión de partido, sino de actitud”, concluyó.
Zollner dejó de formar parte de la Pontificia Comisión Vaticana para la Protección de Menores (PCPM) creada por el papa Francisco hace nueve años con su ayuda tras denunciar “falta de transparencia, respeto de las reglas y rendición de cuentas”, según señaló.
El cardenal estadounidense Sean O’Malley, arzobispo de Boston y presidente de la comisión, había anunciado previamente en un comunicado que la dimisión de Zollner ―que desde hace 11 años dirige el Instituto para la Protección de Menores de la Pontificia Universidad Gregoriana y es también consultor de la diócesis de Roma― se debía a una sobrecarga de trabajo.
Zollner admite que para él no fue fácil tomar la decisión de irse. “Muchas veces me pregunté: ¿Este gesto corresponde al espíritu de equipo y a la discreción necesaria en cualquier trabajo de grupo? ¿Con mi decisión, daño al Santo Padre que está muy interesado en el trabajo de la PCTM?”, se pregunta.
También deja claro que su decisión de comparecer ante la prensa no fue tomada con “objetivos polémicos o para dañar la comisión”. Con todo, asegura que la Pontificia Comisión para la Protección de Menores es “muy compleja desde el punto de vista político y emotivo, por obvias razones” y ha destacado que “tiene una enorme importancia en la lucha contra los abusos y tiene un valor intrínseco que no puede ser sustituido por nada”.