La humanidad ha intentado, durante milenios, conocer cómo será el fin de la humanidad, o al menos saber identificar las señales para comprender que el final de la existencia, como se conoce, está cerca. Para ello, se ha hecho uso de la observación de las estrellas, en donde se decía que el destino de los seres humanos estaba escrito. No obstante, con la llegada del desarrollo científico, todo cambió.
Aunque los astrónomos, biólogos y demás expertos en estudiar el espacio que rodea a la humanidad, tanto en el lejano universo, como en los cercanos ecosistemas, deducen que las mismas personas podrían acabar con su existencia por el impacto que está generando el cambio climático en la Tierra, aún se divulgan ciertas profecías que relatan cómo sería el fin del mundo, respecto a una cultura o creencia.
El libro del Apocalipsis, el cual es el último libro de la Biblia, describe cómo será el fin del mundo, pero también da a conocer las señales que marcarán el principio del fin, por lo que los fieles se han tomado en serio las escrituras a tal punto de estar en constante vigilancia por si uno de estos signos llegase a evidenciarse, como los sonidos de las siete trompetas o señales en el cielo.
La oscuridad como principio del fin
La penumbra ha sido utilizada en varias ocasiones por algunas comunidades religiosas para ejemplificar algunas profecías, demostrando el abandono de una deidad hacia los humanos por los malos comportamientos que se han venido presentando en la Tierra. Y una de las premoniciones más famosas en la historia reciente de la humanidad tiene como protagonista a la oscuridad.
Según la tradición católica, los “tres días de oscuridad” serán una señal clara del comienzo del final de los tiempos. Esta profecía se basa en tres elementos muy importantes para la religión de Roma, siendo el primero el libro del Apocalipsis en donde se describe que el mundo estará envuelto en tinieblas antes del fin absoluto.
Por otro lado, las revelaciones de la Virgen de Fátima a principios del siglo XX también se vieron protagonizadas por el anuncio de los días de oscuridad, con la diferencia de que este evento marcaría la llegada del Salvador. De hecho, otros textos místicos expresan que antes de los tres días de penumbra llegarán dos cuerpos muy brillantes que proveerán de luz a la Tierra durante 7 días y 7 noches.
Una visión catastrófica
El tercer elemento hace referencia a una revelación de la beata Ana María Taigi, una servidora italiana la cual aseveró que un castigo divino traería oscuridad a la Tierra la cual solo podría ser vencida con la luz de la velas benditas, y viendo la magnitud del relato, el padre Pío de Pietrelcina, señaló que esos días serían muy fríos, por lo que no se podría salir a la calle, además de que se deberían tener puertas y ventanas cerradas.
Como si los detalles no fueran suficientes, en San Sebastián de Garabandal, España, durante una de las apariciones de la Virgen María, ella habría comunicado a los fieles de que tal evento pasaría a las 8 p. m. de un día jueves. No obstante, no hubo más datos luego de estas palabras.
Con el eclipse anular solar que tendrá lugar el próximo 14 de octubre en buena parte del continente americano, algunas personas han comenzado a intentar conectar la profecía de los 3 días de oscuridad con el evento astronómico. Sin embargo, con la información que se ha divulgado sobre la premonición, no empataría debido a que el evento ocurrirá un sábado, mas no un jueves.
Asimismo, se había viralizado un contenido en redes sociales donde se decía que mediante un “eclipse galáctico” la Tierra sería consumida por las tinieblas durante tres días, citando a la NASA, no obstante, la entidad desmintió dicha información.