Cuba autorizó a partir de lunes la libre importación de alimentos, medicamentos y productos de aseo para viajeros, a tres días de las inéditas manifestaciones que estallaron en la isla.

El Gobierno acordó “autorizar excepcionalmente y con carácter temporal la importación por la vía del pasajero, es decir del equipaje acompañante en el viaje, los alimentos, implementos de aseo y medicamentos sin límite de valor de importación y libre de pago de aranceles”, dijo el primer ministro Manuel Marrero en la televisión cubana.

Esta era una de las medidas solicitadas por académicos e intelectuales en una reciente carta abierta al Gobierno, para aliviar la escasez de alimentos y medicinas, que figuraron entre las motivaciones de las multitudinarias protestas del 11 y 12 de julio en unas cuarenta ciudades de la isla.

“Esto es una medida que estamos tomando hasta el 31 de diciembre, después haremos una valoración”, dijo Marrero en compañía del presidente Miguel Díaz-Canel.

Las leyes cubanas permiten la importación no comercial de 10 kg de medicamentos, libre de impuestos, mientras que pone cantidades tope a alimentos y otros productos, por los que sí cobra impuestos.

“Usted puede traer la cantidad de alimentos, de productos de aseo y la cantidad de medicamentos que usted considere. El límite no lo ponemos nosotros, no lo pone el país, no lo pone la aduana, el límite se lo puede poner la aerolínea”, dijo Marrero.

Un grupo de artistas e intelectuales, entre ellos el cineasta Fernando Pérez y el economista Carmelo Mesa Lago, habían pedido que se “faciliten y viabilicen el proceso para permitir la entrada de medicamentos y enseres médicos al país”.

Servicio de internet

Por otra parte, el servicio de internet móvil empezó a restablecerse este miércoles en Cuba, después de tres días de interrupción tras las manifestaciones del domingo, pero era imposible acceder a las redes sociales y a las aplicaciones de mensajería instantánea con datos móviles, constató la AFP.

El acceso a WhatsApp, Facebook y Twitter, a través de las tecnologías 3G o 4G, seguía bloqueado, pero se podía entrar de manera inestable a la red. En la calle, la gente lograba conectarse intermitentemente.

Las redes sociales desempeñaron un papel movilizador el domingo en las primeras protestas y han difundido mucha información, una parte desmentida por los medios estatales en la isla.

“Las redes sociales son totalmente agresivas, llamando al asesinato, llamado al linchamiento, al atentado de personas y en particular de personas identificadas como revolucionarias”, dijo el presidente Miguel Díaz-Canel en una reunión reportada por el Noticiero Nacional de la Televisión.

Añadió que “ese discurso que están tratando de montar (en las redes) de que el Gobierno cubano está reprimiendo... es una total mentira y una calumnia”, y las acusó de practicar el “terrorismo mediático”.

El martes, el ministro de Exteriores, Bruno Rodríguez, acusó a Estados Unidos de llevar a cabo una campaña en Twitter a través de la etiqueta #SOSCuba para incitar el malestar social en la isla.

Washington llamó el martes al rápido restablecimiento de “todos los medios de comunicación, los digitales y los no digitales”.

“Cerrar el acceso a la tecnología, cerrar los canales de información, eso no hace nada para responder a las necesidades y legítimas aspiraciones del pueblo cubano”, dijo el portavoz del Departamento de Estado, Ned Price.

El miércoles, la calma reinaba en las calles de La Habana, pero la presencia policial y militar fue reforzada considerablemente en torno al Capitolio, sede del Parlamento, y otros puntos de la capital, constataron periodistas de la AFP.

Cerca del Capitolio marcharon el domingo miles de cubanos al grito de “tenemos hambre” y “abajo la dictadura”, y este miércoles estaban aparcados varios camiones y patrullas de la Policía. Nuevas convocatorias a manifestarse en esa área circularon el martes en la redes sociales.

Un hombre murió y más de un centenar de personas fueron detenidas durante las manifestaciones del domingo y el lunes contra el Gobierno comunista, que niega “un estallido social” en medio de las críticas de Washington.

Con información de la AFP.