Los cubanos eligieron a sus autoridades municipales en un contexto de fuerte crisis económica y de llamados a la abstención por parte de opositores, que denunciaron “presiones” contra sus candidatos.
Estos comicios abren un proceso electoral que seguirá con la renovación del Parlamento y culminará con la elección presidencial en 2023.
Las casillas cerraron a las 7:00 p. m. del domingo 27 de noviembre, una hora más tarde de lo previsto, en una jornada que transcurrió en calma. La autoridad electoral informó que los colegios electorales y los propios votantes solicitaron la ampliación de tiempo.
El Consejo Electoral Nacional informó que hasta las 5:00 p. m. acudieron a votar el 63,85 % de los ocho millones de personas mayores de 16 años convocadas a emitir su sufragio directo y secreto a 12.427 delegados municipales del poder popular.
Por la mañana, el presidente Miguel Díaz-Canel acudió a votar con su esposa Lis Cuesta en una casilla del municipio de Playa, en el oeste de la capital.
Este “proceso electoral ratifica que Cuba mantiene la estabilidad política” y “su estabilidad social, independientemente de la batalla de asfixia económica que nos están tratando de implantar para que la población por el descontento (...) vaya al anhelado estallido social que quiere” Estados Unidos, dijo el mandatario a la prensa tras votar.
Hay que señalar que el municipio es el único nivel en el que los ciudadanos votan de manera directa por sus candidatos.
Campañas a favor y en contra
Con la etiqueta “YoVotoEl27″, el gobierno desplegó una intensa campaña en redes sociales, así como en la prensa y la televisión, ambas bajo control del gobernante Partido Comunista (PCC, único), que no postula, pero supervisa el proceso.
La ley cubana no permite a los candidatos hacer proselitismo. Una vez que los candidatos son definidos su biografía, se coloca en los centros de votación para que la población conozca sus trayectorias y elija.
Por su parte, el Consejo para la Transición Democrática (Ctdc), una plataforma opositora que promueve cambios por vías legales, llamó a la abstención bajo el lema “Sin pluralismo, #YoMeAbstengo”.
El vicepresidente de Ctdc, Manuel Cuesta, explicó a la AFP que a tres candidatas del Consejo “la policía política (...) les imposibilitó la participación (en las asambleas) porque tenían serias oportunidades de ganar”.
Un cuarto candidato, José Cabrera, “fue nominado” en el municipio de Palma Soriano, en Santiago de Cuba, pero luego “comenzaron a amenazarlo con la expulsión del trabajo” y “a presionarlo para que tomara distancia del Consejo”, añadió.
“La seguridad y la policía mantienen vigilada su cuadra” y su biografía como candidato no fue publicada. Asimismo, el gobierno cubano tilda a los opositores de “mercenarios” de Estados Unidos.
Por otro lado, los concejales electos formarán los gobiernos municipales y propondrán en 2023 de entre ellos el 50 % de los candidatos al Parlamento nacional; el otro 50 % será propuesto por una comisión integrada por organizaciones sociales cercanas al gobierno.
El Parlamento, a su vez, propondrá las candidaturas para integrar el Consejo de Estado y para la presidencia, que es de periodos de cinco años con opción a reelegirse una vez.
La elección, la primera desde que Díaz-Canel tomó la dirigencia del país (2018), se da en medio de una profunda crisis económica que vive la isla, con escasez de alimentos y medicinas y cotidianos apagones, así como de éxodo migratorio.
La elección, justo dos años después de la manifestación de artistas frente al ministerio de Cultura, ocurre también en un ambiente de efervescencia social luego de las históricas marchas del 11 de julio 2021 e innumerables protestas en pueblos y barrios este 2022 por los apagones eléctricos.
*Con información de AFP.