Mientras que en la ciudad de Los Ángeles, en Estados Unidos, algunos de los principales líderes de las naciones del continente americano se encuentran en la Cumbre de las Américas, desde La Habana, el Gobierno de Cuba –uno de los excluidos de la cita– elevó una serie de comentarios en contra de la cita continental. Advirtió que de ella no derivará ningún “resultado efectivo” en materia migratoria para la región.
Para los dirigentes de Cuba, en declaraciones recogidas por medios internacionales, dicha realidad se derivará de la falta de una discusión a fondo y, por ello, la reunión no tendrá los resultados esperados.
“No debe esperarse resultado efectivo alguno para un problema que seguirá pesando sobre nuestras sociedades y sobre las relaciones hemisféricas”, dijo Miguel Díaz-Canel, presidente de Cuba, quien cuestionó las posibilidades del encuentro de obtener resultados efectivos frente a una de las problemáticas más palpables del continente.
En declaraciones recogidas por medios internacionales, el mandatario de la isla advirtió que “segmentos crecientes de la población continuarán buscando la satisfacción de sus necesidades y sus sueños de prosperidad en las economías avanzadas del norte”.
Dichas declaraciones fueron entregadas durante un encuentro que adelantó el mandatario con una serie de representantes de ONG de su país, que tampoco pudieron asistir a un evento paralelo de estos organismos que se desarrolla también en Los Ángeles.
Una de las fuertes razones por las que la postura del mandatario de Cuba pueden ser acertadas según otros es que, debido a la exclusión de algunos gobiernos como los de Nicaragua, Venezuela y Cuba, se hicieron ausentes de manera voluntaria los primeros mandatarios de otros países. Algunos de ellos son significativamente claves en el tema; no obstante, pese a la no asistencia de estos presidentes, sí lo hacen algunos representantes gubernamentales.
Esas naciones cuyos presidentes decidieron excluirse voluntariamente de participar son México, Honduras, Guatemala y Bolivia.
De otro lado, a los no asistentes se sumó el presidente de Uruguay, Luis Lacalle Pou, tras haber dado positivo por covid-19.
Precisamente, una de las ausencias más destacables de la Cumbre es la de Andrés Manuel López Obrador, presidente de México, país clave para el abordaje del tema, en tanto por su territorio, diariamente, transitan miles de ciudadanos centroamericanos que aspiran a llegar a Estados Unidos en busca de un mejor futuro.
En igual sentido, la presencia de Cuba hubiese podido ser importante, si se tiene en cuenta que un estimado de 150.000 cubanos abandonaron la isla en los recientes siete meses. Esta es una cifra superior a la registrada en 1980, año en que se había presentado la más significativa diáspora hasta el momento.
Pese a que Estados Unidos se ha mostrado presto a colaborar en el tema, anunciando inversiones en Centroamérica por cerca de 2.000 millones de dólares, para los mandatarios de estos países esa inversión continúa siendo ínfima, si se tiene en cuenta el grave momento que atraviesan.
En ese sentido, Díaz-Canel señaló a Washington de mantener vigente una “política de guerra económica”, que solamente busca afectar la población de esos países, a lo que se suma el cierre de las puertas para aquellos que quieren inmigrar.
Sobre los controles de acceso legal a Estados Unidos, se ha denunciado que dichas reglas solamente están estimulando “la migración ilegal”, recordando que, en el caso de los cubanos, Estados Unidos otorga residencia a quienes, provenientes de cuba, logran ingresar al país.
En ese sentido, el dirigente cubano afirmó que “es la receta perfecta para promover la migración irregular”.
*Con información de la AFP.