La Asamblea General de la ONU empezó a analizar este miércoles 2 de noviembre una nueva propuesta de resolución presentada por Cuba, que pide “poner fin al bloqueo económico, comercial y financiero” impuesto por Estados Unidos hace 60 años.
El proyecto de resolución, que será votado el jueves, manifiesta “preocupación” por el mantenimiento del embargo comercial, económico y financiero, y sus “efectos negativos sobre la población cubana”.
Cuba defiende la “igualdad soberana” de los Estados, la “no injerencia en sus asuntos internos” y la “libertad de comercio y navegación internacionales” para exigir que se derogue este embargo impuesto en febrero de 1962, en plena Guerra Fría, por el entonces presidente John F. Kennedy y reforzado progresivamente desde entonces.
Un informe del secretario general de la ONU, Antonio Guterres, realizado a pedido de la Asamblea General como exige Cuba en cada resolución, concluye que “la continuación del bloqueo financiero y comercial de Estados Unidos contra Cuba es incompatible con un sistema internacional basado en el Estado de Derecho”.
“Se basa más bien en el ejercicio del poder político y económico”, asegura.
“Ilegal”, “inhumano”
“Ilegal”, “inaceptable”, “criminal”, “inhumano”, “agresión económica”, fueron algunos de los adjetivos más utilizados por parte de la treintena de oradores, de los 44 inscritos, que se sucedieron a lo largo de la mañana en la tribuna, muchos latinoamericanos. El canciller cubano, Bruno Rodríguez, presente en la sesión, tiene previsto dirigirse al foro este jueves.
“Estados Unidos debe cesar estas medidas y reparar los daños” infligidos al pueblo cubano, dijo el embajador de México, Juan Ramón de la Fuente. Colombia, por su parte, rechazó la “injusta” inclusión de Cuba en la lista de países patrocinadores de terrorismo. Ya el presidente Gustavo Petro se manifestó en contra de dicha medida y espera que desde Estados Unidos se le dé vuelta a la situación.
“Delicada situación”
Dieciocho exmandatarios latinoamericanos, entre ellos la brasileña Dilma Rousseff, el uruguayo José Mujica, el colombiano Juan Manuel Santos y el ecuatoriano Rafael Correa enviaron este miércoles una carta al presidente estadounidense Joe Biden, para “rogarle” que, ante la “delicada situación que atraviesa el pueblo cubano”, “disponga lo que sea necesario para levantar estas restricciones que golpean a los más vulnerables”.
También le piden que retire a Cuba de la lista de países patrocinadores del terrorismo en la que la metió el mandatario republicano Donald Trump días antes de concluir su mandato en enero de 2021.
Pese a sus promesas de campaña, Biden, que el próximo 8 de noviembre se juega en las elecciones de medio término la estrecha mayoría de la que dispone en las dos Cámaras del Congreso, mantiene esas sanciones con excepción de algunos cambios en materia de visados, viajes y remesas a la isla.
La Habana ya le había solicitado el pasado 19 de octubre a Biden que levantara las sanciones que dependen de él, ya que el resto, solo el Congreso puede suspenderlas, para hacer frente a los estragos que dejó el devastador huracán Ian.
Cuba atraviesa su peor crisis económica en tres décadas con escasez de alimentos, medicinas y combustible, mientras que enfrenta apagones cotidianos por la obsoleta tecnología de sus termoeléctricas, agravada por los efectos de la pandemia del nuevo coronavirus.
Según las autoridades cubanas, el embargo ha supuesto daños económicos equivalentes a 154.217 millones de dólares actuales. “La ‘trumpificación’ de la política de Estados Unidos con Cuba se ha solidificado”, le dice a la AFP Harold Cárdenas, director del blog La Joven Cuba.
“Llevamos 60 años en este juego entre los dos gobiernos y el pueblo cubano atrapado en el medio”, asegura.
Esta es la 30ª resolución que presenta Cuba desde 1992 contra el embargo estadounidense. Solo en 2020 no hubo una resolución debido a la pandemia de covid-19. En la primera resolución de 1992, solo 59 países votaron a favor, pero ahora casi todos miembros de la ONU la respaldan, con excepción de Estados Unidos e Israel, que suelen ser los únicos que votan en contra.
Apenas en 2016 Washington se abstuvo, a raíz de la política de acercamiento del gobierno del entonces presidente demócrata Barak Obama (2009-2017), que restableció relaciones con el régimen cubano en 2015 y cambió radicalmente con la llegada de Trump a la Casa Blanca (2017-2021).
Con información de AFP.