La cumbre del G7, que reúne a los países más poderosos del mundo desde hoy en Canadá, se ha calentado antes de comenzar por las polémicas generadas por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump.El mandatario estadounidense manifestó que quiere usar la cumbre para resolver lo que él llama pactos comerciales injustos con los socios de Estados Unidos."Espero enderezar los acuerdos comerciales injustos con los países del G7. Si eso no ocurre, saldremos mucho mejor", escribió Trump en una serie de tuits matutinos antes de su partida para la cumbre este viernes y sábado en Quebec.También puede leer: EE. UU., China y la UE se enfrentan en el G20 por los aranceles al aceroTrump también aprovechó el espacio para pedir el reintegro de Rusia al bloque, petición que no se espera que sea bien recibida por sus aliados, pues ese país fue excluido de la organización desde que anexó a Crimea."He sido la peor pesadilla de Rusia", dijo Trump, "pero habiendo dicho eso, digo que Rusia debería estar en esta reunión", afirmó.Los demás miembros del G7 se preparan para confrontar a Trump, que hace pocos días anunció el aumento de aranceles al acero y aluminio importado de Canadá y la Unión Europea.Al malestar generado por esta medida, se suma la que produjeron sus decisiones de retirar a su país del acuerdo climático de París y del acuerdo con Irán.El presidente francés, Emmanuel Macron, ha manifestado que el objetivo es convencer a Trump de no aplicar los aranceles recientemente impuestos sobre el acero y el aluminio.“Trump puso en práctica sus compromisos de campaña, tiene un carácter previsible", dijo Macron, que sin embargo espera persuadir al dirigente de que "la guerra comercial no es buena para nadie"."Estoy convencido de que Europa mantendrá su unidad y la mantendrá todo el tiempo que se extiendan estos temas", afirmó, prometiendo hacer un frente común.En contexto: Emmanuel Macron, el nuevo Luis XIVResta conocer hasta dónde irá Japón, que intenta por su lado no ser marginado de las negociaciones entre Washington y Corea del Norte; así como el nuevo gobierno populista italiano y Alemania, más expuestos a represalias comerciales que los otros países europeos.Por su parte, el mandatario canadiense, Justin Trudeau no apreció que Washington invocara la "seguridad nacional" para gravar el acero y el aluminio canadiense, y así lo hizo saber."He sido educado, he sido respetuoso, pero también he sido siempre muy, muy firme sobre los intereses de nuestro país, de nuestros ciudadanos y sobre nuestros valores", señaló Trudeau el jueves.Trump será el primer dirigente en irse de la reunión del G7, en la mañana del sábado, unas horas antes que sus homólogos. El presidente estadounidense se dirigirá desde allí directamente a Singapur para su cita cumbre del 12 de junio con el dirigente norcoreano.El sábado, el suspenso diplomático girará en torno a si se produce una declaración final conjunta en la cumbre.El año pasado, durante la reunión del G7 en Italia, por primera vez se mencionaba la excepción estadounidense, en ese momento por el acuerdo de París sobre el clima. Desde ese entonces, a nivel ministerial, Estados Unidos a menudo rehusó firmar un texto común.Si esta vez no hubiera ninguna declaración común, es posible que Trump se amolde perfectamente a ello.Con información de AFP