La violencia en Ecuador ha escalado a niveles inimaginables desde hace semanas, pero en estos últimos días, los crímenes aumentaron después de que alias Fito, líder de la banda Los Choneros, se fugara de una prisión en Guayaquil, por lo cual el gobierno de Daniel Noboa anunció un estado de excepción para combatir libremente a las bandas criminales, pero esto provocó una dura respuesta de parte de los delincuentes.
El martes 9 de enero, los criminales hundieron al país en una seria crisis de seguridad al tomarse la sede del canal TC mientras estaban en una transmisión en directo. Así mismo, en varias partes del país se reportaron incidentes de seguridad, como autos incendiados, tiroteos, desmanes, motines en cárceles y asesinatos a lo largo de Ecuador.
Con esto en mente, el presidente Noboa se manifestó al respecto de lo ocurrido en las últimas horas. Primero manifestó: “Vivimos un momento muy duro”, pero aclaró que el Gobierno está firme con la dura situación y dijo que “se acabaron los gobiernos tibios” con la delincuencia que azota al país en los últimos meses y que llegó al punto de ser insostenible.
“Consideraremos también a los jueces y fiscales que apoyen a estos grupos terroristas, como parte de esos grupos”, manifestó el mandatario de los ecuatorianos. Así mismo, el mandatario no fue solo para los funcionarios judiciales, sino también los miembros de la Policía y las Fuerzas Armadas que traben cualquier operativo, “ya que serán procesados por asistir a grupos terroristas”.
“Sí, estamos en un conflicto armado, no internacional. Estamos luchando por la paz, luchando contra grupos terroristas”, enfatizó el mandatario, contando que, efectivamente, están viviendo una guerra contra las bandas ligadas al narcotráfico.
Entre las medidas que tomará el Gobierno, estará la intervención en las cárceles para recuperar el control de estas. “Estamos haciendo lo posible y lo imposible para traerlos a todos sanos y salvos (a los guías penitenciarios), pero no podemos parar la guerra por eso, porque el Estado está en guerra en todas las provincias”, dijo el mandatario de 36 años.
Ecuador enfrenta este miércoles por tercer día el terror de bandas criminales y narcos, que ha dejado desde el lunes al menos 10 muertos, más de un centenar de policías y personal penitenciario retenidos por presos, agresiones a periodistas y un sinnúmero de ataques armados.
Centenares de militares custodian las desoladas calles alrededor de la sede presidencial en el centro de Quito, mientras en el norte, el parque de La Carolina, el más grande de la ciudad de casi tres millones de habitantes, estaba vacío, sin sus habituales deportistas.
Por su ubicación estratégica, Guayaquil se ha convertido en los últimos años en epicentro del tráfico de drogas hacia Estados Unidos y Europa. Ante la nueva ola de violencia, el presidente Daniel Noboa, de 36 años, declaró el martes a Ecuador en “conflicto armado interno”, tras haber ordenado el lunes el estado de excepción.
Brasil, Colombia, Chile, Venezuela, República Dominicana, Estados Unidos, España y la Unión Europea rechazaron la violencia. Francia y Rusia advirtieron a sus ciudadanos que no viajen a Ecuador y Perú declaró bajo estado de emergencia toda su frontera con Ecuador.
Ubicado entre Colombia y Perú, los mayores productores de cocaína, Ecuador fue durante muchos años un país a salvo del narco, pero en los últimos tiempos se ha transformado en un nuevo bastión del tráfico de droga con una veintena de bandas enfrentadas por el control del territorio, pero unidas en su guerra contra el Estado. El 2023 cerró con más de 7.800 homicidios y 220 toneladas de droga incautadas, nuevos récords en la nación de 17 millones de habitantes.