La llegada de Gustavo Petro como presidente de Colombia y un eventual reingreso de Lula da Silva al Palacio de Planalto, en caso de vencer en las presidenciales de Brasil, se ha sumado a establecer un nuevo modelo de la izquierda en América Latina.
Se trata de una ideología enmarcada en línea similar a la de presidentes como el peruano, Pedro Castillo, o Xiomara Castro, en el caso de Honduras; mismas que difieren de la postura radical que ha caracterizado en los últimos años a gobiernos como el de Venezuela, Cuba y Nicaragua.
Sobre el mandatario de este último país, Daniel Ortega, la atención se ha centrado recientemente a raíz del asedio contra medios de comunicación opositores e incluso miembros de la Iglesia Católica. El mandatario no pierde oportunidad en desacreditar a otros presidentes o funcionarios que hayan mostrado una postura crítica frente a su administración.
Con motivo de la celebración del aniversario número 43 de la Policía Nacional, Ortega la emprendió contra su homólogo chileno a quien llamó “perrito faldero” en alusión a la intervención de Gabriel Boric en la Asamblea General de Naciones Unidas.
“El gobierno que quiere recibir aplausos del imperio yanqui (Estados Unidos) y de algunos gobiernos de la Unión Europea salen allí, como perritos falderos, a hablar que hay que poner en libertad a los presos políticos en Nicaragua”, dijo Ortega.
El centroamericano nuevamente mencionó que había interferencia en la política interna y que otros líderes estaban centrando su atención en Nicaragua, olvidando el panorama presente en sus propios países.
“¡Como si solo hubiesen presos en Nicaragua! Tienen el techo de vidrio. Tienen los presos en su casa. Tienen un régimen constitucional golpista, terrorista y hablan de esa manera”, sostuvo.
De las palabras de Daniel Ortega tampoco se escapó el subsecretario de Estado estadounidense para el Hemisferio Occidental, Brian Nichols, sobre quien “se descargó” con comentarios racistas. ¿La razón? igual que con Boric, por pedir la liberación de opositores.
“Brian Nichols a cada rato está ahí ladrando contra Cuba, Venezuela y Nicaragua. A eso han puesto al pobre negro, como que fue bien escogido porque realmente tiene rostro de perro buldog ladrando, pidiendo por los presos políticos en Nicaragua, exigiendo la democracia en Nicaragua”, continuó.
Nueva arremetida contra la Iglesia Católica
Como una “dictadura perfecta” calificó el nicaragüense, Daniel Ortega, a la Iglesia Católica, a la que acusó de “apoyar un golpe de Estado” en el país, mediante el uso de “sus obispos”. “¿Desde cuándo los curas están para dar un golpe de Estado? ¿Desde cuándo tienen autoridad para hablar de democracia?”, se cuestionó.
En medio de las tensas relaciones que su gobierno tiene con la institución religiosa, el mandatario insistió en que “si van a ser democráticos, que empiecen a elegir con el voto de los católicos, al papa, a los cardenales, a los obispos”.
En su intervención también aprovechó para acusar nuevamente a los miembros de la iglesia de “asesinos” y “golpistas” por el respaldo que, según él, dieron los templos a las manifestaciones contra su gobierno hace cuatro años.
Los manifestantes “salían de las iglesias, no de todas, armados para lanzar los ataques contra los cuarteles de policía (...) y algunos curas llamando a la gente (para) que me metieran plomo”, recriminó.
Embajadora de la UE sigue, por ahora, en Nicaragua
La Unión Europea aseguró este jueves (29 de septiembre) que todavía no hay un anuncio oficial que obligue a su embajadora en la nación centroamericana, Bettina Muscheidt, a abandonar el país.
“No soy consciente de que haya ningún anuncio oficial. Nuestra embajadora en Managua fue convocada por el ministro de Exteriores de Nicaragua y ahora estamos evaluando su situación en contacto con las autoridades nicaragüenses”, aclaró el Servicio de Acción Exterior del bloque político.
Esta semana las autoridades sandinistas declararon a Muscheidt como persona ‘non grata’, según lo señalaron medios locales.