Un atracador multirreincidente francés fue condenado a 14 años de cárcel por un tribunal de París por su espectacular fuga en helicóptero de una prisión cercana a la capital gala en 2018.
La acusación había reclamado 22 años de cárcel contra el atracador Rédoine Faïd, de 51 años, y de 18 años contra su hermano Rachid, que secuestró a un piloto de helicóptero y lo forzó a aterrizar en el patio de la prisión de Réau el primero de julio de 2018.
Sin embargo, el tribunal penal de París lo condenó a 10 años de prisión. También decretó un año de cárcel suspendida para Brahim Faïd, de 63 años, que se encontraba en el patio del centro penitenciario junto a su hermano cuando escapó.
Además, tres sobrinos del atracador que ayudaron a su tío durante los tres meses posteriores a la fuga recibieron penas de dos, seis y ocho años de cárcel.
El ladrón, que cumplía condena por un atraco en 2011 y una evasión anterior en 2013, debía terminar su pena en 2046. Como la unificación de penas no se aplica en el caso de las evasiones, ahora debería permanecer entre rejas hasta 2060.
En el juicio, Rédoine Faïd relató la minuciosa organización de un plan de fuga concebido alrededor de un “defecto irracional”: la ausencia de cables antiaéreos en los patios de la prisión, que los instaló después de la evasión.
En la mañana del primero de julio, en apenas “7 minutos y 33 segundos”, el comando lanzó bombas de humo desde el helicóptero, extrajo al atracador y escapó en la nave entre aplausos de los reos, sin haber realizado un solo disparo, destacaron Faïd y su defensa.
Historia de un escape de película
Los guardias de la prisión de Réau no tuvieron tiempo para reaccionar. En menos de diez minutos, un helicóptero beige tipo Alondra se posó en vuelo estacionario sobre el patio de la cárcel.
De la aeronave surgieron tres encapuchados armados de fusiles AK-47 y arrojaron granadas de humo que obligaron a los vigilantes a resguardarse. Dos de los bandidos, en medio del turbio ambiente de las bengalas, se lanzaron al piso y recorrieron los 100 metros que los separaban de la sala de visitas en la que se encontraba el famoso criminal Rédoine Faïd.
Con sierras industriales vulneraron las puertas de seguridad y, en segundos, antes de que sonara la alarma, desaparecieron con el prisionero en los cielos del norte de Francia.
En 2017 había sido condenado a 10 años de prisión por su primera fuga espectacular de la prisión de Sequedin, en el norte de Francia, en 2013, utilizando explosivos. El fiscal había solicitado 22 años de prisión para el atracador armado multirreincidente, de 51 años. La abogada del acusado, Marie Violleau, calificó la propuesta como “una sentencia de asesino, impuesta a quienes lastiman a niños”, según el diario Le Monde.
Cuando se anunció la decisión, el acusado se mostró, en palabras de su abogado, “bastante contento por sus allegados”, aquellos a quienes, con esta fuga, había arrastrado a su vorágine judicial: cinco miembros de su familia con antecedentes judiciales limpios o insignificantes.
Durante el juicio, Rédoine Faïd sostuvo que la fuga había sido organizada en gran medida por “profesionales” y no por personas cercanas a él. Una historia “inventada” por el ladrón para “limpiar” a su familia, replicó la fiscalía, que cree que el “corazón del caso” es el “sacrificio familiar“.
Contra su hermano Rachid, de 65 años, que admitió haber subido a un helicóptero y haber cerrado las puertas que conducían a Rédoine Faïd, los fiscales generales habían solicitado una pena de 18 años de prisión. Más que un “abuelo servicial“, es el “hombre de recursos” de Rédoine Faïd, afirmaron. El tribunal finalmente lo condenó a 10 años de prisión.
Un tercer hermano de Faïd, Brahim, de 63 años, que se encontraba en la sala de visitas con Rédoine en el momento de la fuga, había jurado durante este juicio que duró siete semanas que no había sido informado del proyecto. Los fiscales generales le creyeron y pidieron su absolución. No el tribunal, que lo condenó a un año de prisión suspendida.
Otra absolución inesperada, la de todos los acusados, incluido Rédoine Faïd, por el “secuestro del avión“. No se pudo caracterizar, porque a bordo solo estaba el piloto y ningún pasajero, dijo el presidente.
En sus últimas palabras ante el tribunal el lunes, el ladrón volvió a pedir disculpas al piloto y a sus seres queridos implicados en esta “sed de libertad“, afirmó. También prometió hacer todo lo posible para no “empezar de nuevo“.
*Con información de la AFP.