En medio de las investigaciones que adelantan las autoridades argentinas para el esclarecimiento de un caso de asesinato doble, reportado esta semana, donde un presunto grupo de hombres armados ingresó a una residencia familiar ubicada en el barrio Vicente López, de Buenos Aires, y tras asesinar a una pareja de adultos mayores, los dueños de la vivienda, hurtó varios objetos de valor, los investigadores han dispuesto la detención de una mujer de 64 años, quien se desempeñaba como empleada doméstica, y quien fue vinculada a la investigación como presunta cómplice del crimen.
Así, el hecho que ha causado conmoción en Buenos Aires pasa de tener en la empleada doméstica, identificada como María Ninfa Aquino, oriunda de Paraguay, la principal testigo, a ser una de las presuntas implicadas en el crimen que tiene como víctimas a José Enrique Del Río y de su esposa, Mercedes Alonso.
Según los investigadores del caso, existirían varios factores que motivaron la captura de la mujer, quien ahora es investigada como cómplice, presuntamente por ser la responsable de la entrega de información sensible para la incursión armada a la vivienda, razón por la cual será puesta a disposición de las autoridades correspondientes, quienes adelantarán las debidas interrogaciones para determinar si existe o no relación de la mujer con los delincuentes.
Sobre el caso, medios locales también han precisado que fue realizado en momentos en que la familia víctima organizaba una mudanza, pues tenían previsto cambiar de casa, habiendo sido cometido el crimen solo pocas horas antes de la hora prevista para el trasteo.
Dentro de las anomalías que llevaron a las autoridades a disponer de la captura de la mujer, que hasta el momento era considerada como testigo clave para el esclarecimiento del crimen, está que la empleada comenzó a caer en una serie de imprecisiones y contradicciones en la versión entregada originalmente.
Adicional a lo anterior, según detallan medios argentinos, una operación de allanamiento a la casa de Aquino por parte de los investigadores, permitió el hallazgo, en ese lugar, de una cartera, en la que las víctimas solían guardar las llaves e indicaciones de la caja fuerte, lo que sembró aún más un manto de duda frente a las versiones del crimen que habían sido entregadas por la mujer.
Sobre las inconsistencias en las versiones entregadas por la mujer está que ella declaró que llegó a la vivienda de sus patrones la mañana siguiente a la noche en la que se presume ocurrió el asesinato, antes de las 7:00 a. m., y se puso a hacer algunas de las labores domésticas, sin percatarse de que, en el comedor, aún estaba servida la cena del día anterior, y que existían varias habitaciones de la vivienda desordenadas por la acción de los delincuentes.
Según el testimonio entregado a las autoridades, y recogido por el diario argentino La Nación, la mujer afirmó que no sospechó del desorden dejado de los delincuentes, en tanto lo consideró ‘normal’ dado que sus jefes preparaban una mudanza; no obstante, investigadores del caso advirtieron que, al llegar al lugar, los elementos del trasteo, estaban debidamente empacados en cajas.
En ese mismo sentido, la mujer afirmó que las sospechas de que “algo no se encontraba en orden” derivaron de que, pasadas las 9:00 a. m., los dueños de casa aún no bajaban a desayunar, por lo que ella decidió llamar a la terapista de uno de sus jefes para comentarle la situación, siendo esta segunda quien le sugirió que examinara la casa, para finalmente encontrar los cuerpos de sus jefes en el interior del automóvil que estaba parqueado en el garaje.
Sobre el particular, también llamó la atención de las autoridades que la mujer, tras evidenciar el asesinato, no diera inmediata alerta a las autoridades o vecinos, sino que, por el contrario, afirmara que decidió apagar la luz del lugar y dirigirse a ordenar la casa, una actitud que los investigadores declararon cómo atípica.
Sobre la escena encontrada por los investigadores al llegar al lugar para realizar el levantamiento, se ha detallado que la pareja de adultos mayores fue encontrada al interior del vehículo, donde fueron asesinados, al parecer tras llegar del supermercado, pues en el baúl del vehículo fueron encontrados varios elementos que habían comprado esa noche, tal y como consta en las cámaras de seguridad de un supermercado de la ciudad.
De igual modo, los investigadores informaron que, pese a que la vivienda contaba con cámaras de seguridad, el sistema de vigilancia había sido vulnerado, pues no pudieron localizar el DVR de las grabaciones de las cámaras de seguridad, el cual podría haber sido retirado, ya sea por los ladrones o por sus supuestos cómplices.
En el interior del vehículo donde fueron hallados los dueños de la casa también fueron hallados casquillos, lo que presume que fueron ultimados con tiros realizados a muy corta distancia.