Una de las agentes del FBI que investigan los hechos le declaró al portal Oregon Live que “algunos casos alarman, incluso a los investigadores más experimentados, y este es uno de ellos”.
Lo dijo ante la alta carga de evidencia en contra de Negasi Zuberi, un hombre de 29 años que ha vivido en diez estados, en los cuales habría cometido múltiples abusos contra mujeres.
Por ahora, el caso que ocupa a los fiscales es el de una mujer a la que no solo sometió a vejámenes sexuales, sino que la secuestró en su casa.
El incidente sucedió a altas horas de la noche del pasado 15 de julio, cuando Zuberi solicitó los servicios sexuales de una mujer cerca de la Aurora Avenue, en Seattle, Washington.
Luego de haber recibido los favores de la mujer, Zuberi le mostró una placa que lo acreditaría como un policía encubierto.
Luego, le apuntó con un arma Taser, la esposó, le puso grilletes de hierro en las piernas y la condujo al asiento trasero de su auto, de acuerdo con el informe de un agente del FBI.
Al volante, Zuberi le dijo a la mujer que la llevaba a una estación de policía, pero se encaminó más bien hacia la carretera estatal 5, que conduce a Oregón.
Así logró establecerlo la mujer al ver la aplicación de mapas en el teléfono del hombre, el cual además indicaba que les esperaba un viaje de dos horas y cuatro minutos.
Ello le hizo comprender a la mujer, quien no ha sido identificada, que él no era el policía encubierto que decía ser y que la estaba secuestrando.
El recorrido terminó llevándolos, efectivamente, al sur de Oregon, donde Zuberi se detuvo y forzó a la mujer a tener relaciones sexuales.
Después reemprendió el viaje, que esta vez los llevó al 1300 de la North El Dorado Avenue, en la localidad de Klamath Falls.
Allí, el agresor encerró a su víctima en una celda improvisada por él mismo en el garaje con bloques de cemento y una puerta de metal. Ella recordó que el calabozo estaba pobremente iluminado por una bombilla.
La mujer, cuyos arrestos y voluntad de liberarse han sido elogiados por los investigadores del caso, empezó desde ese momento a intentar salir de ahí.
Comprendió que no tenía otra manera de hacerlo que golpeando la puerta, lo cual hizo insistentemente hasta que logró hacer una pequeña apertura por la que salió arrastrándose por el piso, como se lo contó a Oregon Live el capitán de la policía Rob Reynolds.
Una vez afuera, tras dos horas de estar encerrada, la mujer vio el carro de su secuestrador en la entrada, corrió hacia él y tomó un arma que Zuberi había dejado allí y salió corriendo hasta llegar a una calle donde el conductor de un carro la recogió y llamó al 911.
La víctima fue llevada a Sky Lakes Medical Center, donde fue sometida a un examen forense.
En cuanto a Zuberi, la policía logró rastrearlo a través de su teléfono en Reno, Nevada, donde fue detenido y ahora se está a la espera de su extradición a Oregón, para que responda por lo que hizo.
“La víctima es fuerte y valiente. Ahora está bien físicamente”, informó el FBI, que además le está brindando ayuda en cuando a abogados y recursos para obtener justicia.
Las pesquisas de la policía incluyeron el allanamiento de la casa del criminal, donde comprobó la existencia de la celda donde la mujer había dicho que estuvo en cautiverio, manchada con la sangre de raspones que ella se hizo en la huida.
La oficina de investigación también relato que el truco del policía encubierto ya había sido usado por el delincuente con otras mujeres a quienes drogó para someterlas a abusos sexuales.
Al parecer, uno de sus blancos favoritos son las trabajadoras sexuales, a quienes, además, habría grabado mientras se aprovechaba de ellas.