En un momento en el que los demócratas están divididos, el destino de su partido frente a las elecciones presidenciales del próximo año es todavía incierto. Aún no logran ponerse de acuerdo sobre la mejor estrategia para derrotar a Donald Trump: girar hacia la izquierda o mantenerse en el centro. Lo cierto es que cada vez aparecen más posibilidades. El domingo, a tan solo diez semanas del comienzo de las primarias, el multimillonario Michael Bloomberg anunció formalmente su candidatura. “Me presento como el candidato para derrotar a Trump y reconstruir Estados Unidos”, dijo el noveno hombre más rico del mundo, quien también calificó al actual presidente como una “amenaza existencial” para el país y sus valores.
Kamala Harris: La diversa. Hija de madre india y padre jamaiquino, su origen biorracial le ha generado comparaciones con Barack Obama. Esta “idealista práctica” como la describió la revista Time, puede ser una opción para los demócratas ‘mainstream que consideran a Warren o a Sanders muy de izquierda. Sus propuestas incluyen legalizar la marihuana recreativa, reducir los impuestos a la clase media, y reformar la política migratoria para proteger a los niños. Tiene 54 años, lo que muchos consideran un punto a favor. Las encuestas sitúan a la candidata de la izquierda moderada entre el cuarto y el quinto lugar. Con 17 aspirantes, las primarias del partido demócrata para elegir al adversario de Trump en 2020 son de las más competitivas e inciertas en la historia reciente de Estados Unidos. Pero si Trump ganó en 2016 contra todos los pronósticos, y pese a su evidente incapacidad para el servicio público, todo es posible. La senadora californiana Kamala Harris representa a la izquierda moderada. Pete Buttigieg ha sido la sorpresa política y propone una reforma gubernamental, pero tiende a ser más moderado en temas como la salud. Propone expandir el actual sistema del Gobierno para proveer salud universal. Elizabeth Warren representa el ala más radical de la izquierda, y le está pisando los talones a Bernie Sanders, Y Michael Bloomberg ha coqueteado con el progresismo, pero es un exrepublicano.
Al inicio de la carrera, Bernie Sanders y Joe Biden tenían todas las miradas encima. Hoy, hay otro panorama. Aunque siguen adelante, y Biden continúa en el primer lugar en las encuestas de varios estados, su liderazgo da indicios de desvanecerse. Las cifras de recaudación de fondos públicos sugieren que al vicepresidente de Obama le está costando trabajo conseguir dinero para su campaña, y falta aún la etapa decisoria. A Bernie Sanders el infarto que sufrió en plena campaña le pasó factura en las encuestas, y a Biden lo perjudicó el escándalo del Ucraniagate, a pesar de que no hay evidencia que demuestre que haya actuado de manera corrupta. A eso se suma que aún no está claro el papel que jugará el recién lanzado Bloomberg. El impeachment será también determinante para las elecciones de 2020.
Pete Buttigieg: ‘Millenial’, homosexual, evangélico, exmilitar. Era hasta hace poco un político prácticamente desconocido. Ahora, es uno de los favoritos para enfrentarse a Donald Trump. De 37 años, graduado de Harvard, pianista consumado y veterano de la guerra de Afganistán, para muchos analistas ofrece la mejor opción para enfrentarse al magnate, porque representa todo lo que Trump se ha dedicado a atacar. En las últimas semanas, candidatos que antes se caracterizaban solo por generar curiosidad, hoy representan una opción sólida para llevarse la candidatura demócrata. El caso más evidente es el de Buttigieg, el alcalde millenial de South Bend, Indiana, quien, según una encuesta de Des Moines Register, es el favorito de los votantes demócratas de Indiana, estado determinante pues allá se realiza el primer caucus (asamblea del partido). Buttigieg, quien obtuvo el 25 por ciento del apoyo, le está ganando a Elizabeth Warren por 9 puntos, y a Bernie Sanders y a Joe Biden por 10 respectivamente. Pero eso no es todo, 72 por ciento de los potenciales electores lo ven como el mejor aspirante. Sin embargo, en la historia de Estados Unidos un alcalde en su cargo nunca ha saltado a la Casa Blanca.
Elizabeth Warren: La que pone a temblar al capitalismo. Su propuesta estrella es la salud pública universal, que implica eliminar la mayoría de los seguros privados. Eso generaría un aumento de 20.500 millones de dólares en gasto público, deuda que Warren promete pagar sin subir impuestos. Muchos cuestionan su realismo. Pero lo cierto es que cada vez desbanca más a Bernie Sanders. Todavía no se sabe qué efecto tendrá la candidatura de Michael Bloomberg, pues no participará en las primarias de Indiana, New Hampshire, una estrategia poco ortodoxa y arriesgada. Además, como se dará el lujo de pagar su campaña con sus propios fondos, no podrá participar en los debates presidenciales demócratas, que requieren que los candidatos reciban al menos 10.000 donaciones individuales. Hace 8 meses, Bloomberg rechazó postularse por el Partido Demócrata, pero ahora se la va a jugar toda para ganar. De hecho, gastará 100 millones de dólares solo en propaganda online anti-Trump.
Los demócratas tienen viva la imagen de la derrota inesperada de 2016. Por eso no pueden permitirse errores de cálculo. Y menos, cuando se jugaron el todo por el todo al adelantarle un impeachment o juicio político a Donald Trump. Según las encuestas, desde que se llevaron a cabo las audiencias públicas televisadas, el respaldo al proceso ha crecido notablemente. Hoy, el 47 por ciento de los estadounidenses están de acuerdo con el proceso. ¿Llegará uno de estos cuatro a la Casa Blanca?