Una grave denuncia se conoció este jueves sobre el enrolamiento en las filas rusas que participan en la invasión a Ucrania de personas enfermas con sida y hepatitis C.
Así se desprende de un informe publicado por la agencia de inteligencia de defensa de Ucrania en el que se indicó que el gobierno del presidente Vladimir Putin comenzó una nueva estrategia de reclutamiento ante las dificultades para incorporar a personal para participar en el conflicto.
En ese sentido, señaló que estaría obligando a personas enfermas que estaban en prisión a luchar a engrosar las filas y en las que estarían personas con enfermedades infecciosas graves como el VIH y la hepatitis C.
Incluso, advirtió que estos soldados son identificados con pulseras de colores en sus manos, según su condición: rojas si son seropositivos y blancas si tienen hepatitis.
“El hecho de que más de 100 reclusos con VIH o hepatitis C confirmados hayan sido ‘movilizados’ en la Colonia Penal No. 5 en Metalostroi (Leninhrad Oblast, Rusia) al Wagner PMC muestra que este fenómeno está muy extendido”, sostuvo la agencia ucraniana.
La entidad señaló que, entre las filas rusas, crece la incomodidad por el reclutamiento de estas personas y por tener que participar en enfrentamientos en el campo de batalla.
“Se sabe que los médicos rusos se niegan rutinariamente a brindar atención a los soldados heridos con hepatitis o VIH”, señaló.
“Varios combatientes con VIH o hepatitis ya están en cautiverio ucraniano y han confirmado la información sobre el reclutamiento masivo de prisioneros infectados por parte de la empresa militar privada Wagner”, puntualizó.
Reclutamiento de presos a cambio de salario y amnistía
En Bajmut, una pequeña ciudad en el este de Ucrania, Rusia sigue avanzando con el grupo paramilitar Wagner, encabezado por Yevgeny Prigozhin.
Se trata de un oligarca ruso, supuestamente cercano al presidente Vladimir Putin, pero con crecientes ambiciones políticas personales, pues parece dispuesto a todo para alcanzar este trofeo militar.
Desde principios de octubre, Ucrania lo acusa de enviar allí a miles de combatientes reclutados directamente de las cárceles rusas a cambio de la promesa de un salario y amnistía.
Desplegados desde hace varias semanas en la línea del frente y, sobre todo de noche, estos exdetenidos sirven de “cebo humano”, según varios testimonios de soldados ucranianos consultados por la AFP en Bajmut.
Anton, conocido como “Poliak”, de 50 años y miembro de la 93.ª brigada ucraniana, dijo que “esos soldados sin experiencia son enviados ante nuestras balas, durante varios minutos, y se quedan allí”.
Según él, se pueden enviar hasta siete u ocho de los llamados “comandos de distracción” a una posición en una sola noche.
“Su trabajo es avanzar en nuestra dirección para que les disparemos y así puedan localizarnos”, señaló por su parte, desde el borde de la línea de contacto Serguéi, conocido como “Tanathon”, comandante de la 53.ª brigada de las fuerzas ucranianas.
“Luego envían artillería u otros comandos más experimentados a nuestras posiciones”, agregó. La mayoría de los combatientes rusos caen ante la munición ucraniana. Solo algunos son capturados.
Esa misma mañana, Tanathon encontró vivo a uno de los combatientes de Wagner, exconvictos a quienes los ucranianos llaman “soldados desechables”. “En cierto sentido tiene suerte porque aún está vivo, la mayoría de sus compañeros han muerto”, comentó.
En un video que grabó el mismo día y al que tuvo acceso la agencia AFP se puede ver el cautivo ruso tendido en el suelo de una habitación, herido en la mano derecha y la pierna izquierda. Fue interrogado por el mayor ucraniano.
- ¿Cuál es el número de tu prisión?”, le consultó
- “Es Kopeica (centro penitenciario número 1 de Vorónezh, en el oeste de Rusia)”, responde el mercenario ruso.
Este último dice que se unió a Wagner un mes antes y que recibió una formación rápida en tres lugares diferentes, el último de ellos en Lugansk. Todos los que estaban con él eran “convictos” reclutados por el grupo Wagner, precisó.
Unos días antes apareció un video en el que se le veía, con toda probabilidad, reclutando a presos de un centro penitenciario ruso para enviar a Ucrania.
Para Moscú, estas operaciones de reclutamiento son como admitir un fracaso, en un momento en que su Ejército enfrenta dificultades en varios frentes ucranianos y que la movilización anunciada de 300.000 rusos ha hecho tambalear la confianza nacional.
Para combatir en Bajmut, el jefe de Wagner habría conseguido reclutar hasta 2.000 presos, aseguró el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, en una declaración del 16 de octubre.
*Con información de la AFP.
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