Autoridades migratorias en Panamá realizaron en las últimas horas la deportación del undécimo vuelo de deportaciones hacia Colombia con perfiles de personas “peligrosas” que no cumplen con los requisitos humanitarios que migran irregularmente al país.
Por ingresar a Panamá evadiendo puestos de control, a pesar de no tener perfil humanitario, un total de 12 ciudadanos colombianos fueron deportados en horas de la mañana de este 18 de agosto, por el Servicio Nacional de Migración (SNM), a su país de origen.
Los extranjeros fueron trasladados desde el Aeropuerto Internacional de Panamá Pacífico, por miembros del Servicio Nacional Aeronaval, hasta el Aeropuerto Internacional José María Córdoba, de Medellín, Colombia.
Como resultado de un trabajo interinstitucional entre el SNM y el SENAN, se evitaron las dilataciones en los procesos administrativos, que debieron enfrentar estas personas, según los datos suministrados por Migración Panamá.
En una labor coordinada con el Servicio Nacional de Migración, estas personas fueron perfiladas e identificadas y procedieron a realizar el debido proceso de deportación “un proceso ágil y seguro cumpliendo con el debido proceso”, aseguró María Isabel Saravia, subdirectora general del Servicio Nacional de Migración.
La funcionaria aseguró que 378 es la cifra de personas que han sido deportadas en lo que va del año, entre ellas 100 colombianos, “superando la cantidad del 2022″ tomando como referencia la seguridad en las personas migrantes y la región respecto al ingreso de personas que no cumplen con los parámetros legales para ingresar a Panamá.
El número de migrantes que trata de llegar a Estados Unidos a través de la selva del Darién, entre Panamá y Colombia, se ha triplicado en las últimas semanas, pese a la advertencia de Washington de impedir su ingreso al país.
“El flujo de migrantes ha aumentado en este mes de agosto, el aumento es muy considerable”, señala a la AFP el ministro de Seguridad de Panamá, Juan Manuel Pino, durante un recorrido con periodistas por la zona fronteriza con Colombia.
Según el departamento de Migración de Panamá, hasta el 17 de agosto cerca de 300.000 personas, una quinta parte menores de edad, habían cruzado el Darién en 2023.
Esa cifra pulveriza el récord de todo el año anterior, cuando 248.000 migrantes atravesaron la jungla panameña en busca del “sueño americano”. En 17 días de agosto, realizaron esa travesía más de 42.000 personas, un registro que triplica las cerca de 13.400 que cruzaron esa ruta en el mismo número de días de junio, y supera en más de un 60% a las 27.000 del mismo lapso de julio.
La frontera natural del Darién, de 266 km de largo y 575.000 hectáreas de superficie, se ha convertido en un corredor para los migrantes que, desde Sudamérica, tratan de llegar a Estados Unidos recorriendo América Central y México.
Los migrantes tienen como principal destino Estados Unidos, pese a que el país norteamericano ya ha advertido que no permitirá el ingreso de quienes lleguen a Panamá irregularmente.
“No es solo que lleguen y crucen ilegalmente a Estados Unidos, es ya el cruce a Panamá lo que los descalifica” para los diferentes permisos migratorios, señaló el jueves Luis Miranda, subsecretario adjunto de comunicación del Departamento de Seguridad Interior (DHS).
El 12 de mayo, el gobierno del presidente estadounidense Joe Biden levantó una norma sanitaria que permitía bloquear a casi todos los migrantes que llegaban sin los documentos necesarios para entrar al país.
Al mismo tiempo implementó nuevas reglas para entrar a través de citas por una aplicación de teléfono móvil o por medio de trámites en los países por los que transitan. Además, Washington aplica desde mayo una norma que permite la expulsión con prohibición de reingreso durante 5 años y un posible procesamiento judicial.
Desde entonces, Estados Unidos ha deportado ya a más de 145.000 personas. “Quiero dejar en claro que continuamos aplicando la regla que anunciamos en mayo, con consecuencias para quienes no tienen una base legal para permanecer en Estados Unidos”, recordó Miranda.
“Han pasado por cosas horribles durante el viaje y muchas veces es porque no sabían que había una vía legal” para ingresar a Estados Unidos, dijo en el mismo sentido Marta Youth, subsecretaria de Estado adjunta de la Oficina de Población, Refugiados y Migración.