Un enérgico grupo de jovencitas cantaba de alegría mientras una máquina soltaba burbujas y música de fiesta. El escenario: La Suprema Corte de Estados Unidos. El motivo: se acababa de revocar el derecho federal al aborto.
Alguien gritó “ganamos” y un coro se elevó desde los manifestantes de la campaña antiaborto, una de ellas ondeó una pancarta que tenía dibujada una lápida marcando las fechas 1973-2022, el tiempo de vida de ese derecho en Estados Unidos.
“Estoy extasiada, demasiado feliz, emocionada por la revocación de Roe vs. Wade. Esta es una nueva era de feminismo”, gritó con la música de fondo Faith Montgomery, una estudiante de 18 años.
Una manifestación paralela tenía lugar a solo unos pasos. Esta en cambio llena de incredulidad, rabia y llamados a la resistencia el fallo sobre uno de los asuntos que más encienden políticamente el debate en una nación profundamente polarizada.
“Ganchos de ropa... y todas las cosas absurdas que las mujeres solían considerar para deshacerse de un embarazo, ahora estamos de regreso en ese punto de nuevo”, dijo Amy Senkowicz, de 63 años, quien llegó desde Florida.
Ella tuvo un aborto legal a los 16 años, poco tiempo después de que la decisión de la Suprema Corte garantizara en 1973 el derecho de las mujeres al procedimiento. Hoy está aterrada de ver que ese derecho les fue arrebatado.
“Creo que es horrible”, dijo la mujer, madre de tres hijos.
La división en Estados Unidos frente al tema se demostró con las manifestaciones contrarias, que a veces se encontraban debatiendo a los gritos, aunque sin que se anticipara violencia.
La escena se daba bajo la vigilancia atenta de la policía y de agentes antidisturbios con cascos y escudos, apostados mientras algunos miembros del Congreso hablaban a las afueras de la corte.
La congresista Sara Jacobs, demócrata de California, le dijo a la AFP: “Esto nos devuelve a una época en la que tenía menos derechos que mi madre o mi abuela. Estoy furiosa”.
¿Qué sigue?
La decisión se convertirá probablemente en el grito de batalla de los estadounidenses que apoyan el poder de decisión de las mujeres a tener un aborto, como lo fue en su momento la Roe vs. Wade para los conservadores.
Anna Lulis, de 24 años, junto a un grupo antiaborto llamado Estudiantes por la Vida de Estados unidos, dijo que activistas ya están trabajando en los próximos pasos en su causa.
“Informarán a nuestra comunidad, pero también irán a los estados donde ahora se presionarán leyes radicales proaborto, con el objetivo de sembrar una cultura de la vida allí”, dijo.
La decisión abre la puerta para que los estados restrinjan o prohíban el aborto, pero no los previene de permitir el procedimiento.
Lulis indicó que los abortos mediante medicamentos aumentarán luego de la decisión del viernes, y añadió que su grupo se asegurará de que “nada ilegal ocurra detrás de escena”.
“Nuestra meta es abolir el aborto por completo”, dijo, argumentando la necesidad de que haya “estándares médicos de sentido común” para proteger la salud de la mujer en el caso de que se usen las píldoras.
Los proponentes del aborto además estuvieron observando qué vendrá después, especialmente con unas elecciones legislativas clave que se asoman en noviembre.
“Será una larga, larga, larga batalla para poner las cosas como estaban antes”, dijo Senkowicz.
Sin embargo, algunos han quedado con la impresión de que la corte está sobrepasada por las febriles guerras culturales estadounidenses alrededor del aborto o del porte de la propiedad de armas.
“Están capturados y esclavizados por las personas que los nominaron”, dijo Kim Boberg, de 49 años, refiriéndose así a la corte y a su abrumadora mayoría conservadora, luego de que en administración Trump nominara a tres magistrados de su cuerda.
“Esto debería estar por encima de la política, pero no lo está”, dijo, preocupada por las posibilidades que la decisión se amplíe.
“Entonces, ¿qué viene?¿Será la píldora del día después? ¿la anticoncepción? ¿Cuántos derechos nos tienen que arrebatar antes de decir que es suficiente”.
*Con información de AFP.