Este lunes, 19 de septiembre, volvió a temblar fuertemente en México. Sería común -este país está ubicado en una zona de “alta sismicidad”- si no hubiese ocurrido el mismo día en que México ha sido sacudido por dos terremotos considerados como los más destructivos de su historia reciente.

¿Coincidencia o ciencia? La probabilidad de que tres terremotos se registren el mismo día pero con años de diferencia existe, pero es muy baja, según los científicos, quienes resaltan la importancia de abrir nuevas líneas de investigación al respecto para poder dar respuestas “apropiadas”.

El sismo de magnitud 7,4 que se registró este lunes tuvo como epicentro Michoacán y se sintió con fuerza en la Ciudad de México, casi una hora después de que se realizara el simulacro por los otros dos grandes temblores que se cobraron miles de vidas en la capital del país, en 1985 y 2017.

El 19 de septiembre de 1985 el terremoto tuvo una magnitud 8,1 y provocó daños severos en cientos de edificios en la Ciudad de México y miles de personas perdieron la vida. El 19 de septiembre de 2017, cuando se conmemoraba el aniversario número 32, otro sismo de magnitud 7,1 sacudió a México; el epicentro fue Puebla, una ciudad cerca a la capital del país.

La cifra oficial de muertos que dejó este temblor de 2017 es de 369, mientras que unas 250.000 personas quedaron damnificadas, más de 180.000 viviendas sufrieron daños con los dos terremotos y de esas, 50.610 tuvieron daños totales.

¿Qué dicen los científicos?

“La probabilidad es muy baja, pero no es imposible”, explicó el científico Víctor Hugo Espíndola, jefe de analistas del Servicio Sismológico Nacional de la Universidad Nacional Autónoma de México (Unam), sobre la relación que podría existir entre los tres sismos con una magnitud superior a 7 en la escala de Richter que han ocurrido el mismo día en años distintos.

“Si nosotros vemos todo el catálogo sísmico que tenemos desde principios de 1900, vemos que se han repetido sismos mayores de 7 en diferentes meses, por ejemplo vemos varios en el mes de diciembre, varios en otros meses, entonces ciertamente la probabilidad de que ocurra el mismo día es muy baja”, detalló el científico a CNN.

Luis Quintanar Robles, investigador del Departamento de Sismología del Instituto de Geofísica de la Unam, coincidió en que no existe una certeza científica de que los sismos ocurran el mismo día.

“Lo que sí podemos decir es que los sismos se disparan generalmente cuando hay una liberación de esfuerzos producidos en una zona aledaña”, explicó.

Víctor Hugo Espíndola calificó este suceso más bien de “una desagradable coincidencia”, algo en lo que también coincide el Servicio Sismológico Nacional que escribió a través de Twitter que “la ocurrencia de tres sismos de magnitud superior a 7 el día 19 de septiembre es una coincidencia. No hay ninguna razón científica que lo explique o justifique”.

Además, el Sismológico Nacional aseguró que esta coincidencia “merece abrir nuevas líneas de investigación científica. Hay que hacerlo con seriedad y metodología. En la ciencia, las nuevas preguntas requieren respuestas apropiadas”.

El temblor de este lunes se produjo apenas con nueve minutos de diferencia con respecto al de 2017 y, según reportó el presidente Andrés Manuel López Obrador, solo una persona falleció debido a la caída de una barda (muro) de un centro comercial en Manzanillo, estado de Colima.

Tras las horas de pánico en varios sectores de la capital y otros estados del centro del país, Protección Civil descartó el riesgo de tsunami en la costa del Pacífico por ese fuerte nuevo temblor.

No es la única “coincidencia”

En la noche del 7 de septiembre de 2017 los mexicanos fueron sorprendidos por un terremoto de 8.2 grados, que tuvo como epicentro las costas de Chiapas y pudo sentirse de manera importante en el sureste del país y en la Ciudad de México. Es el terremoto de mayor intensidad registrado instrumentalmente en este país.

Ese mismo día, pero en el 2021, se volvió a registrar otro sismo. Tuvo una magnitud de 7.1 grados con epicentro en Guerrero, sintiéndose muy fuerte en la Ciudad de México, en donde varios sectores se quedaron sin energía eléctrica tras el terremoto. Ese 7 de septiembre se registraron cerca de 200 réplicas.